Desde la antigüedad, la justicia es, debe de ser y fue concebida como característica de un todo bien ordenado. La justicia en materia penal, es aquella doctrina que sostiene que la retribución o concepción proporcional por una falta o delito es moral y jurídicamente aceptable, independientemente del castigo al transgresor de la ley o de lo querido por la parte ofendida.
También aquí cabe decir que la justicia distributiva es y fue para Aristóteles, lo justo o correcto respecto a la asignación de bienes en una sociedad. Los principios de la justicia distributiva son principios normativos diseñados para encausar la asignación de los beneficios y las cargas de la actividad económica.
Para precisar, también cabe decir, que Aristóteles definía en su momento a la justicia como: “el orden de la comunidad política”.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., paralelamente quiere referir un punto de vista que le sería de utilidad para el segundo piso de la Cuarta Transformación de la Nación. Si la justicia se presenta como un todo, es la afirmación de un orden político y social, la justicia es el reconocimiento de ese orden.
La justicia, consiste en reconocer los daños sufridos por la sociedad y repararlos por un bien equivalente; la justicia es el dar a cada quien lo que le corresponde.
México requiere, necesita y tiene sed de justicia. La Primera Magistrada de la Nación, si fuera bien asesorada por quien debe de asesorarla, sabría que la relación de justicia se obtiene aplicando las leyes vigentes a todos, sin condescendencias, ni partidistas, ni amistosas.
El triunfo de un orden político radica en que se aplique la norma que perciba acciones en las que se aplique la equidad y eso al parecer es lo que ignoran los asesores o asesoras del Poder Ejecutivo Federal.
La igualdad que exige la justicia no consiste en brindarle impunidad a nadie.
La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, desde ya, y sin consultar a quienes no la asesoran, debería de saber que la justicia concede prioridad al bien de México.
El segundo piso de la Cuarta Transformación de la República, debería de saber, lo que México ya sabe: “sin justicia no hay buen gobierno”.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..