Por María Manuela de la Rosa A.
Estados Unidos como gran potencia mundial mira hacia su horizonte lejano y prioritario de la guerra en Ucrania, puesto que su hegemonía podría verse comprometida. Y muchas son las aristas de este conflicto bélico, en el que el mundo entero se ha visto involucrado, la globalización es un hecho innegable que nos arrastra y polariza a las naciones.
Si bien la frontera con México es un punto bastate vulnerable para los Estados Unidos, también para México, pues la interdependencia económica, estratégica, histórica y social podría calificarse como tal; pero lo cierto es que México es un país dependiente del norte, no sólo por su relación comercial, sino por lo que implican las remesas para su economía, que en épocas de crisis es lo que lo ha sacado a flote, ya que representan el 4.1% del PIB nacional, tan sólo el año pasado fueron de 51,586 millones de dólares y este año se espera un cierre de 56,000 millones; una ironía, considerando que México es una verdadera potencia dentro de la economía regional, pues de acuerdo con un reporte del Foro Económico Mundial sobre la competitividad global en el 2019, de los 141 países analizados que representan el 99% del PIB mundial, que considera 103 variables para su análisis, México ocupa el 2º lugar de América Latina, después de Chile. Y respecto al PIB, México ocupa el 8º lugar del mundo. En el 2014 llegó a ser la décima economía del mundo, en el 2021 ocupó el 15º puesto, que mantiene en este 2022.
Estados Unidos, que es la primera potencia económica, es veinte veces más grande.
Por eso no es de extrañar que durante la visita del presidente Manuel López Obrador, Joe Biden haya mantenido una actitud más bien prudente y condescendiente con su homólogo mexicano, puesto que su principal preocupación es la gira que acaba de iniciar por Medio Oriente, en donde tratará de fortalecer las relaciones con Arabia Saudita, Israel y Cisjordania, alianzas que son necesarias para hacer frente a la amenaza rusa, porque la guerra continúa, se ha tornado en una confrontación de desgaste, en donde no sólo Rusia, sino los miembros de la OTAN y países afines están sufriendo las consecuencias económicas y políticas. Biden está en su nivel más bajo de popularidad, el Primer Ministro inglés ha renunciado, los países europeos enfrentan una gran crisis energética e inflacionaria y no pocos pasan por severos problemas políticos, en donde la derecha se ve enfrentada a la izquierda y los problemas de corrupción salen a relucir cada día, debilitando a los líderes de las potencias.
La visita de López Obrador a Washington.
En su encuentro con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador llegó con cinco propuestas:
Respecto al tema el petróleo: señaló que desde que comenzó la crisis energética México ha destinado el 72% de su producción de crudo y combustible a la exportación a Estados Unidos, que es alrededor de 800 mil barriles diarios y enfatizó que mientras baja el precio de la gasolina en Estados Unidos, se permite que ciudadanos norteamericanos compren la gasolina en las ciudades mexicanas fronterizas, y ofreció que puede aumentar sus inventarios de manera inmediata para garantizar el doble de abasto, con lo que los consumidores ahorrarían 1.66 dólares por litro. Dicha gasolina se produce en la refinería de Deer Park, Texas, que recién compró México.
De la energía eléctrica: puso a disposición del gobierno norteamericano más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera, para transportar gas de Texas a nuevo México, Arizona y California, por un volumen estimado hasta de 750 mega watts de energía eléctrica y abastecer a unos tres millones de personas.
De los aranceles: propuso que algunos podrían suspenderse de inmediato y hacer lo mismo con medidas reglamentarias y trámites, el comercio de alimentos y de algunos bienes que bajarían automáticamente los precios, favoreciendo a los consumidores de ambos países.
Financiamiento: iniciar un plan de inversión privada y pública de manera conjunta para producir bienes que fortalezcan a los mercados y reduzcan las importaciones de otras regiones o continentes. Esto, con inversionistas norteamericanos para licencias de gas, fertilizantes, promoviendo la creación de parques solares en el Estado de Sonora y otros estados fronterizos, con el respaldo de termoeléctricas, con el propósito de exportar asimismo a los Estados Unidos. Agregó que la nacionalización del litio resulta fundamental para no depender de los combustibles fósiles y que será un insumo disponible para la modernización tecnológica de la industria automotriz de los dos países.
Y finalmente se refirió al tema más importante para México, el flujo migratorio: pidió a Biden permitir la entrada de obreros, técnicos y profesionales de las distintas disciplinas mexicanos y centroamericanos de manera ordenada, con visas temporales de trabajo para “asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra”, aludiendo al plan aprobado por el Congreso de destinar más de un billón de dólares para la construcción de obras de infraestructura. Así como regularizar a los migrantes que se encuentran ahí de manera irregular y que trabajan contribuyendo al desarrollo de Estados Unidos. Y muy fiel a su estilo, buscó la afinidad con Biden hablando de “conservadurismo y adversarios”.
Asimismo, López Obrador se comprometió a comprar a Estados Unidos 20 mil toneladas de leche en polvo para apoyar a las familias mexicanas vulnerables, tanto de zonas urbanas como rurales.
También aseguró que México invertirá 1,500 millones para reforzar la frontera. Y al respecto no podemos soslayar que los flujos migratorios han aumentado en un 60%.
Joe Biden pidió paciencia a su homólogo, como político experimentado, escuchó y diplomáticamente recordó que el año pasado se emitió una cifra récord de visados, 300,000 para trabajadores mexicanos de empleos no agrícolas y está trabajando para crear oportunidades por la vía legal, ofreciendo duplicar las visas temporales para los centroamericanos en el siguiente año fiscal; señalando la necesidad de fortalecer las fronteras y combatir las redes de tráfico de personas, a lo que ha destinado 3,400 millones de dólares para mejorar la infraestructura de los cruces fronterizos.
Por lo pronto la visita de Biden a Medio Oriente definirá muchos escenarios. México figura en su agenda y sus propuestas han sido escuchadas.