Seré sincera. Si en unas cuantas horas se hubiera advertido y garantizado que el incidente del 31 de enero en el edificio B-2 del Centro Administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex) tuvo como causa una falla técnica o de mantenimiento, muchos de nosotros estaríamos inconformes, de igual forma el hecho de que las conclusiones del peritaje se hayan postergado por más de cuatro días, nos tienen escépticos con respecto a la conclusión final de las autoridades como causa de lo ocurrido la semana anterior en el complejo de Pemex, aquí en la Ciudad de México.
Postergar el por qué de lo sucedido –aún cuando se esté en tiempos y modos legales de peritajes–, ya abonó a la especulación. Desde una bomba que se relaciona con maletas que fueron sacadas de los escombros, hasta la presunción de que se hacía la búsqueda específica de unos documentos del área siniestrada.
Alrededor de los comentarios de la existencia de maletines y papeles entre sospechosos y comprometedores, se han tejido toda una serie de especulaciones y conjeturas que tienen como origen la corrupción de las administraciones y los gobiernos a la mexicana.
Vivimos en un país conformado por una sociedad desconfiada de los resultados en todas las materias que tengan que ver con los gobiernos, con quienes nos administran y hasta con quienes organizan “nuestras elecciones”.
Por lo pronto, la corrupción nos tiene cautivos y atados, como en un estado de inmovilidad. No podemos avanzar porque en lugar de hablar con la verdad y aceptar nuestras responsabilidades como institución, como entidad, como sociedad, como líder o individuo, nos la pasamos ocultándola y endosándoles la culpa a otros.
Lo más terrible aún, es que la maldita corrupción nos tiene ahora a los mexicanos –y desde hace un buen tiempo, más allá de las administraciones federales panistas–, en un verdadero ambiente de inseguridad.
Porque si el incidente en el B-2 del complejo Pemex se originó por una falla técnica, de mantenimiento o un atentado. ¿Quién nos garantiza que cualquiera de estos elementos u otros posibles no nos sorprenda de forma negativa en cualquier otro edificio de gobierno, terminal de comunicación o transporte, comercio o en la misma calle?
Acta Divina…“No vamos a descartar ninguna hipótesis de inmediato, las que sean las vamos a investigar y a desahogar. Sería muy irresponsable si al momento les informo sobre causas que sólo pudieran estar en mi imaginación, esperemos en dos o tres días que haya resultados de los peritajes”, advirtió Jesús Murillo Karam, titular de la Procuraduría General de la República, tras el suceso del 31 de enero pasado en el edificio B-2 del complejo Pemex de la Ciudad de México.
Para advertir… Enrique Peña Nieto ha dicho que colaborará con La Hay si se presenta demanda contra Felipe Calderón… Y entre tanto, Calderón presume su actividad desde Harvard a través de su cuenta de Twitter.
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