* Los que tuvieron posibilidades de ser “alguien” en la sociedad mexicana y las perdieron, votarán contra el sistema y en contra de sus padres, porque ellos fueron los celosos guardianes de ese modelo político que les prometió un futuro cierto que no fue y no será
Gregorio Ortega Molina
Existe un silabario para hacer y vivir las campañas electoreras, pero definitivamente lo olvidaron, o decidieron hacer caso omiso de una realidad imborrable, por el puro deseo de distorsionar, provocar, causar desazón, desestabilizar y encausar a la sociedad a una ciega aceptación de la violencia, a un equívoco nacionalismo, cuando quienes lo promueven son los mismos que desestructuraron el concepto de patria.
Lo que de manera descuidada y cínica proponen los candidatos y la mujer de Felipe Calderón en el discurso, es una manera irresponsable de buscar los votos, porque, todos lo saben, del plato a la boca se cae la sopa o, si lo prefieren, del dicho al hecho…
Después de dos campañas anteriores desconocer que AMLO es un provocador natural para imponer agenda y se hable de él más que de los otros, resulta absurdo. Ahí está el viral video de la Niña bien que, en apariencia, causa estupor entre las buenas conciencias, los católicos y los deseosos de descarrilar a AMLO ya.
Vi y escuché a Almudena Ortiz Monasterio, o quien sea, justo después de leer un interesante análisis de Ricardo Raphael publicado en El Universal del 19 de marzo. El tema: el techo de cristal en el electorado pro AMLO. Creo que se equivocó, y quienes aciertan son los que conceptuaron, desarrollaron, filmaron y subieron a las redes el video. Expongo mis razones.
Los resultados de las políticas económicas disminuyeron en gran número las familias con mirreyes, niñas bien, yeguas finas y ninis con posibilidades económicas. Los que tuvieron posibilidades de ser “alguien” en la sociedad mexicana y las perdieron, votarán contra el sistema y en contra de sus padres, porque ellos fueron los celosos guardianes de ese modelo político que les prometió un futuro cierto que no fue y no será. Las cifras de lo que queda de la clase media y del número creciente de mexicanos en pobreza alimentaria y pobreza extrema, desmienten todo optimismo.
Además, es necesario sumar el efecto de las redes sociales, por más infiltradas que aparezcan. Así como algunas de las aventuras revolucionarias del siglo XX fueron alimentadas por la burguesía y la clase media ilustrada, hoy la transformación del modelo político y las reformas necesarias al proyecto económico, podrían decidirse por el rompimiento del techo de cristal al que refiere Ricardo Raphael. El hastío de los que están saciados se manifiesta de misteriosas maneras y tendrá, para ellos mismos y sus familias, terribles consecuencias.
En cuanto al juego político de la jerarquía católica, no hay que perder de vista que Norberto Rivera disfruta de merecido descanso, y Carlos Aguiar Retes coincide más con las ideas sociales de Francisco, pontífice, que con los compromisos políticos y rencores de su antecesor.
No se trata de discernir si las descolocadas propuestas de AMLO son causa de pesadillas entre sus competidores y la señora de Felipe Calderón, y de alarma entre los barones del dinero, sino de argumentar el por qué no son viables, y cuáles son los beneficios que se esperan de llegar a romperse el sistema de complicidades, corrupción e impunidad que impide que los <<muertos de hambre>> accedan a empleos remuneradores y al reparto de la riqueza a través de su fuerza de trabajo, ya no rehenes de un outsourcing que hace de los empleados peones acasillados. Trajeron el modelo de las haciendas a las oficinas, las fábricas y los comercios.
A todos los que desean que el presidencialismo permanezca porque los beneficia de manera singular, les recomiendo la lectura de Fouché, retrato de un hombre político, donde Stefan Zweig nos obsequia la siguiente reflexión: “Pero por grandioso que sea a la hora de agarrar (Napoleón)… no entiende en absoluto el arte hermano, el arte por excelencia de todas las artes políticas: volver a soltar a tiempo”.
Hace mucho que terminó la época de la permanencia voluntaria, aunque parece que desean servirse de un nacionalismo trasnochado y fuera de lugar, porque se empeñan en sustentarlo en una provocación y no en sucesos reales, como la intervención directa en asuntos internos de México, de mayores y más graves consecuencias, como el operativo rápido y furioso. El país está sobre armado, y el descontento conduce a la irracionalidad.
Hay que recordar que esta no es la primera vez que la Casa Blanca despliega a la Guardia Nacional, la fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas, a su frontera con México.
“En la historia reciente, tanto Barack Obama como George W. Bush, sus predecesores, enviaron a miembros de la fuerza a asegurar la zona durante sus administraciones.
“Y a lo largo de la historia ha habido una presencia de las fuerzas militares cuya misión ha sido desde evitar la huida de los esclavos, hasta suprimir las revueltas mexicano-estadounidenses”.
¿Para qué tanto alboroto, cuando los problemas de fondo son otros?
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