* El caso es que hoy vamos a peor y no veo proyecto, sólo el de una inoculación ideológica similar a la propuesta en los documentos de Sao Paulo. Lo constatable es que los alumnos mexicanos de primaria y secundaria son incapaces de comprender lo que leen, por eso el temor a la prueba PISA. Pero hay un contrasentido, estudiantes mexicanos ganan olimpiadas en matemáticas, en física y otros concursos
Gregorio Ortega Molina
La educación en México es un problema de índole político, porque los gobernantes decidieron ponerla en manos de un sindicato cuya finalidad es enriquecerse, hacer gobernadores y servir al Poder Ejecutivo en funciones. La tarea esencial que el magisterio nacional debiera resolver le tiene sin cuidado.
Quien haya trabajado en la secretaría de Educación Pública sabrá de la gravedad de un problema irresoluble. Acompañé a Porfirio Muñoz Ledo durante sus 12 meses en el cargo, me nombró director de administración de la Dirección General de Mejoramiento Profesional del Magisterio. La visita inicial que recibí fue la del profesor Víctor Hugo Bolaños, y lo primero que hizo al sentarse enfrente de mí, fue colocar la pistola en medio del escritorio, como para que entendiera con quién y de qué iría la conversación.
Nunca se interesaron en retomar el proyecto vasconcelista, del que sólo conservan su escritorio, y de ello presumen. Nada de brigadas culturales, menos de la formación de los maestros, todavía menos de fomento a la lectura y las humanidades.
En cuanto el secretario Muñoz Ledo -en la hondonada de Los Pinos- concluyó la presentación del proyecto ante el presidente López Portillo para convertirlo en flechador del cielo, y superar a José Vasconcelos, Porfirio fue defenestrado. Años después me confió que el ya civil José López Portillo y Pacheco le confesó que se dejó engañar.
El caso es que hoy vamos a peor y no veo proyecto, sólo el de una inoculación ideológica similar a la propuesta en los documentos de Sao Paulo. Lo constatable es que los estudiantes mexicanos de primaria y secundaria son incapaces de comprender lo que leen, por eso el temor a la prueba PISA.
Pero hay un contrasentido, alumnos mexicanos ganan olimpiadas en matemáticas, en física y otros concursos. Sería interesante saber si esos muchachos fueron formados en escuelas públicas o privadas, o son de esos garbanzos de a libra, que aprenden a pesar de que padres y maestros hacen lo posible por evitar que sepan más que ellos, o simplemente porque son un grupo de desnutridos.
También es cierto que México padece fuga de cerebros, y profesionistas de las universidades públicas y privadas o de las escuelas técnicas, son contratados por empresas extranjeras y llevados a otras naciones, mientras aquí los jóvenes de sembrando el futuro, languidecen en la ignorancia.
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