* ¿Difamó Carlos Loret de Mola a Pío López? Obvio no, sólo cumplió con una función, un deber: informar. Pero ahora que acumulan todo el poder político, voltean el chirrión por el palito, y hacen saber a la sociedad que gobierna, que sólo los capitostes de la 4T son los poseedores de la verdad, y lo que ellos sostengan y afirmen, debe ser aceptado en silencio. La verdad que escuchen o perciban los gobernados, será convertida en difamación
Gregorio Ortega Molina
Los López Obrador, López Beltrán y el único López Gutiérrez, distan mucho de ser lerdos o tontos, sino que con lo aprendido del comportamiento del patriarca Andrés Manuel -antes y después de ser presidente de México- se transformaron en los forajidos esféricos. Saben dejarse corromper y son unos redomados corruptores.
Hemos visto hasta la saciedad los videos de Pío López con las manos ávidas por recibir el o los sobres amarillos con las “aportaciones” para el movimiento, lo mismo que nos azoró el video de René Bejarano en la prisa y la codicia por llevarse todo lo que Carlos Ahumada le entrega sólo ajustado con ligas. El mote que se le endilgó pronto fue olvidado, pero él -Bejarano- dejó de lado sus usos y costumbres, otra vez es operador de la 4T, un ejemplar servidor de la nación.
Ahora el indignado Pío López, debido a que su honor y prestigio fueron mancillados por Carlos Loret de Mola, lo demanda a sabiendas de que es altamente posible de que, con ayuda de la nueva administración de justicia, lo despoje de una buena cantidad de millones, tan solo porque lo exhibió haciendo lo que siempre hace: refocilarse con el calor de los sobres y billetes ajenos en sus manos, porque cuando el hecho se hace público, ya se sabe protegido por el aura del poder, seguro de que nada podrá ocurrirle que Andrés Manuel no quiera.
Pío López dista mucho de representar o ser lo que su nombre indica. Amparado en la sombra de su hermano Andrés Manuel siempre procedió como le venía en gana, pues pronto aprendió que la impunidad se arrebata y transforma en un modo de vida, pues no es lo mismo transitar con la frente en alto, que agachado y tímido debido a las denostaciones y difamaciones formuladas desde el poder presidencial.
¿Difamó Carlos Loret de Mola a Pío López? Obvio no, sólo cumplió con una función, un deber: informar. Pero ahora que acumulan todo el poder político, voltean el chirrión por el palito, y hacen saber a la sociedad que gobierna, que sólo los capitostes de la 4T son los poseedores de la verdad, y lo que ellos sostengan y afirmen, debe ser aceptado en silencio. La verdad que escuchen o perciban los gobernados, será convertida en difamación.
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