* Hechos políticos encadenados en una sucesión temporal, dejan en los observadores la percepción de que la administración de justicia, en lo penal y lo electoral, así como las reformas a los estatutos del PRI, fueron planchados con el propósito de ganar la sucesión presidencial vs AMLO
Gregorio Ortega Molina
Los sucesos se desarrollaron casi simultáneamente, aunque desconozco el orden y el nombre del coordinador de los distintos acuerdos políticos.
Mientras los ingenuos priistas de las bases, además de esos recalcitrantes que se niegan a aceptar la fuerza implacable del poder presidencial, se ocupaban en pretender rechazar acuerdos que se planchaban lejos de las mesas de discusión, el IEEM dio constancia de mayoría a Alfredo del Mazo III, y casi al mismo tiempo se hizo público el otorgamiento de la libertad al hijo del ex gobernador panista de Sonora. El recuento realizado después fue un artificio mediático.
Las sanciones a los corruptos se diluyen tras los arreglos políticos.
Veamos, cuando se toma la decisión de administrar justicia por razones políticas, resulta que Guillermo Padrés Dagnino, hijo del exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, obtuvo el auto de libertad tras permanecer casi nueve meses en prisión.
Un juez federal ordenó liberar a Padrés Dagnino, inmediatamente después de que la PGR se desistió de la acusación en su contra, tras determinar que no había elementos para seguir un caso penal ni administrativo; se ordenó ponerlo en libertad, porque no existe parte acusadora.
Cuando fue detenido, el Consejo de la Judicatura Federal informó que Padrés Dagnino estaba acusado de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, por lo cual no obtuvo el beneficio de la libertad provisional bajo caución, y quedó a disposición del juez de la causa e ingresó en el Centro de Readaptación Social 1 Altiplano, en Almoloya de Juárez.
Una vez dado el paso anterior para hacer realidad los acuerdos políticos, Alfredo del Mazo Maza se convirtió en gobernador electo, entre severas críticas al Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México por parte de los partidos de izquierda, por declarar la validez de la elección del 4 de junio pasado, a pesar de existir juicios pendientes ante el TEPJF.
Para que la percepción de democracia sea aceptable, en respuesta a la legitimación del tercer del Mazo, la candidata de Morena al Gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, afirmó que pedirá la nulidad del proceso electoral que dio como ganador al priista. Y sentenció: “El que le hayan dado el papelito, no quiere decir que sea el Gobernador, todavía”.
Para afianzar la “normalidad democrática” y darnos una idea de cuál será el papel del PRI en la inmediata contienda presidencial, la dirigencia nacional del PAN anunció que impugnará la declaración de validez y el cómputo final de la elección de Gobernador en el Estado de México.
Luego, el escándalo de la fortuna de Ricardo Anaya Cortés.
Ahora ya sabemos quién manda en la partidocracia. Hasta hoy.
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