* La manera de determinar si la fusión administrativa y de servicios del sistema de salud es posible, consiste en armarse de humildad y hacer uso de los derechos que la ley confiere, acudir a las clínicas médico familiares, a las de especialización y, por fuerza, llegar a las seis horas y hacer fila en los laboratorios donde se tomarán las muestras para análisis
Gregorio Ortega Molina
Poner orden en el sector salud, dista mucho de obligar a una fusión. Ya se ha intentado, quienes instruyeron a sus subordinados para estudiar cómo lograrla y evitar desperdicio o duplicidad de funciones, desistieron.
Fue Guillermo Soberón, como secretario de Salud, quien solicitó a un grupo de trabajo multidisciplinario y de su absoluta confianza, que estudiara la manera de fusionar al IMSS, el ISSSTE y los propios servicios médicos de la secretaría a su cargo, en un único ente administrativo. Los objetivos eran diversos. Naturalmente el ahorro, evitar duplicidad de funciones, pero sobre todo garantizar un mejor servicio de salud, impulsar la medicina preventiva y salvar vidas, haciendo énfasis en aquellas que todavía tenían la oportunidad de ser productivas.
El asunto no es menor. Si en aquella época de bonanza económica las asimetrías entre uno y otro servicio parecían menores, hoy se han ahondado, y sólo unos cuantos hospitales de cada una de las instituciones, pueden brindar servicios médicos de excelencia. Los demás hacen lo que pueden, con lo que tienen, a pesar de haberse acelerado la digitalización de las historias clínicas y quizá, no lo sé, poder compartirse ya en la red.
Se hacen esfuerzos que no se notan, pero existen. En mis visitas a algunas de las clínicas del IMSS y del ISSSTE, en algunas épocas se anunciaba en los pizarrones de información o en las farmacias, que podían solicitarse equivalencias con clínicas y hospitales de uno y otro de los Institutos, en caso de que uno de ellos no contara con el equipo requerido o la especialidad necesaria. Supongo que fueron ensayos, aproximaciones, acercamientos, porque hace al menos seis años que dichos anuncios desaparecieron.
Una cosa muy distinta es combatir el robo de medicamentos o de instrumental quirúrgico, y otra es fusionar servicios conceptuados para entes distintos y administrados bajo diferente régimen administrativo.
Es momento de preguntar cuántos de los integrantes del gabinete y de la Presidencia de la República asisten a sus clínicas del ISSSTE, para tratados de sus enfermedades, o a los diversos hospitales del sistema. Que lo prueben y sea comprobable. La manera de determinar si la fusión administrativa y de servicios del sistema de salud es posible, requiere armarse de humildad y hacer uso de los derechos que la ley confiere, acudir a las clínicas médico familiares, a las de especialización y, por fuerza, llegar a las seis horas para hacer fila en los laboratorios donde se tomarán las muestras para análisis. Entonces comprenderán lo que sí o no puede hacerse.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio