* El Mediterráneo, el mar Rojo, Suez y el norte de África, son claves en el comercio mundial y en la necesidad del mantenimiento de una paz que requiere de un poco de mala voluntad para irse al caño. Como sucede en México con la presencia del narcotráfico
Gregorio Ortega Molina
Lo que sucede entre Ucrania, Rusia y el dubitativo apoyo de la Comunidad Europea, Inglaterra y Estados Unidos a Zelenski, me deja claro que lo que se juega en esa parte del mundo, es un reordenamiento geopolítico y económico, en donde la ideología nada tiene que ver, sino la voluntad de Vladimir Putin de afianzar a su nación como Imperio, con la complacencia de China. Renace el zarismo, pues.
Descifrar los acontecimientos de Oriente Medio es complicado, por los componentes que la conformaron y que carecen de solución, pues sobre la cohabitación secular entre palestinos y judíos antes de que decidieran imponer el Estado israelita, se permitió una vida sin sobresaltos, pero también sin compromisos.
Lo que hoy se vive en la zona, es consecuencia de una solución territorial al holocausto que los nazis organizaron para financiarse su Tercer Reich. La idea fue avalada por seis millones de ejecutados y asesinados en condiciones trágicas, pues como nunca antes en la historia se programó la muerte sistemática de seres humanos.
Puede decirse que la producción agrícola de los primeros kibutz o asentamientos israelitas, fueron regados con sangre judía y sus tierras fertilizadas con esas cenizas producidas en los hornos crematorios.
Está, entonces, el componente emocional e histórico sobre el bíblico, el del regreso a una tierra prometida abandonada, después de una diáspora de cientos de años, si no es que un milenio y medio. Es la esencia de una pugna religiosa cuyo final llegará con el Mesías, o cuando coincida con “el fin de los tiempos”.
Encima de las consideraciones anteriores, está el fanatismo islamista, el yihadismo, la necesidad de crear un Estado palestino, y la torpeza de la extrema derecha judía, tan similar a la de Anás y Caifás, o a la de Herodes Antipas. Se niegan a aceptar que las condiciones anímicas, sociales, económicas y la sobrepoblación de esa zona, obligan a crear nuevas condiciones políticas para lograr la convivencia, pues de lo contrario se acercan a convertirse en el combustible de una conflagración mundial, avivada lo mismo por hutíes que por iranís.
El Mediterráneo, el mar Rojo, Suez y el norte de África, son claves en el comercio mundial y en la necesidad del mantenimiento de una paz que requiere de un poco de mala voluntad para irse al caño. Como sucede en México con la presencia del narcotráfico.
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