* No le demos vueltas, la inflación es de dos dígitos y amenaza con crecer, a la misma velocidad en que se incrementa la depreciación del poder adquisitivo del peso y disminuye su valor frente al dólar
Gregorio Ortega Molina
La narrativa del éxito del gobierno de EPN derivada del Pacto por México y las reformas estructurales hace agua por todos lados, se desfonda desde los monederos de las amas de casa y los bolsillos de los pantalones de los mexicanos de a pie, rascados incesantemente por quienes los traen puestos, para encontrar las monedas necesarias para completar para el pasaje.
Y no es empeño en perjudicar la imagen histórica del regreso del PRI al poder. Las consecuencias están a la vista, las cifras y las estadísticas no pueden recibir el mismo tratamiento de las palabras, aunque siempre pueden maquillarse.
La investigación de Excélsior para darnos cuenta del estado en que se encuentra la economía familiar, la que cuenta porque está relacionada directamente con las necesidades básicas para vivir con decoro y aspirar a una educación humanista, indican que “el costo de la canasta alimentaria básica, que incluye productos considerados indispensables para la despensa de un hogar, se encareció 0.9 por ciento en diciembre, con lo que acumuló un alza de 25.6 por ciento a lo largo de 2017”.
¿De qué lado se ubica la realidad? ¿En las estadísticas oficiales, o en las mesas de los mexicanos? Es cierto, el TLC es mayormente un éxito, pero sobre el salario y hambre de los mexicanos, de ahí la dificultad de la renegociación. Las asimetrías económicas entre los socios comerciales se ensancharon.
Pero vamos a la información proporcionada por Excélsior: “para adquirir esta canasta básica se necesitaban 1,254.00 pesos el 31 de diciembre de 2016, cantidad que se elevó a 1,575.60 pesos 12 meses después.
“Los productos que aumentaron más de manera anual fueron la papa, cuyo kilo pasó de 16 pesos el 31 de diciembre de 2016 a 26.90 pesos, lo que representó un aumento de 68.1 por ciento. Le sigue la cebolla, que subió de 16 a 26.90 pesos en igual lapso, con un alza de 68.1 por ciento.
“Al listado de mayores aumentos se suma el kilo de chile cuaresmeño, que el último día de diciembre de 2016 se comercializó en 20 pesos el kilo, mientras ayer se vendió en 32.90 pesos, lo que representó un avance de 64.5 por ciento; en tanto, el kilo de azúcar pasó de 18 pesos a 28.90 pesos en los últimos 12 meses, lo que representó un incremento de 60.6 por ciento”.
No le demos vueltas, la inflación es de dos dígitos y amenaza con crecer, a la misma velocidad en que se incrementa la depreciación del poder adquisitivo del peso y disminuye su valor frente al dólar. Habrá que medir también la depreciación del ejercicio del poder.
Este es el verdadero costo de la política económica y la negativa de negarse a acompañarla de una reforma del Estado. La elección estará calientita.
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