* Pareciera que AMLO y Calderón se pusieron de acuerdo para acelerar la descomposición social y la confrontación entre mexicanos. Si el bloqueo en Paseo de la Reforma dividió a México, la declaración de guerra al narco armó esa confrontación
Gregorio Ortega Molina
La legitimidad constitucional está rota. No de ahora, ocurrió en el momento en que Felipe Calderón Hinojosa corrió a refugiarse a la casa de Tony Garza, absolutamente para acceder a todo con tal de legitimarse. Cumplió la profecía de Robert Lansing formulada el 5 de febrero de 1920.
Pareciera que AMLO y Calderón se pusieron de acuerdo para acelerar la descomposición social y la confrontación entre mexicanos. Si el bloqueo en Paseo de la Reforma dividió a México, la declaración de guerra al narco armó esa confrontación.
Lo que los mexicanos padecemos es la reformulación fallida del proyecto de patria, impulsada por la globalización y el reordenamiento geoestratégico de América del Norte. No es una guerra civil disfrazada, es el desmembramiento de la república, la fragmentación de las instituciones, la apuesta a la balcanización; todo ensombrecido en la soberbia de los gobernantes que mangonean México desde 1988.
Revisemos. En materia territorial la autoridad legal cede espacio.
¿Quién recuerda los viajes en FNM escoltados por la tropa? Muchas veces viajé del Distrito Federal a Guadalajara y Monterrey en carros de ferrocarril escoltados por militares; olían a sudor de soldado, de hambre, de ansias porque estaban allí para servir, mientras nadie era capaz de verlos.
Hoy, escoltan los trenes que transportan alimentos, asaltados puntualmente varias veces por semana. Ocurre en Guanajuato. Desconocemos si son los asaltantes que trafican comida o los muertos de hambre los perpetradores del delito, o si alternan y comparten.
La delincuencia organizada disputa con la autoridad constituida amplios territorios en todas las entidades federativas, pero notoriamente en Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas, México, Hidalgo, Zacatecas, Coahuila, Chihuahua… de donde más información se tiene de su fragmentación territorial.
Si a la disputa por el espacio sumamos la que, día a día, se da por la legalidad, siempre puesta en entredicho por la corrupción, que no necesariamente es pecuniaria, sino que también se reduce a una actitud, como la que muestran con ese desprecio manifestado en los viajes en helicóptero, para descender sobre arrecifes declarados reservas naturales, sin que el senador priista Emilio Gamboa Patrón recibiera un extrañamiento por parte de sus colegisladores.
La corrupción lo suficientemente propagada enmudece, porque hace cómplices, y esas complicidades son, con mucho, más duraderas que las amistades, pregunten, si no, a Héctor Gómez Barraza.
Día a día contribuyen a la disminución ética y moral y territorial y legal de la nación. La patria toda debiera ser declarada reserva natural.