* “Las madres buscadoras representan una resistencia ética y política ante la violencia estructural que impera en México. Su lucha ha puesto rostro y voz a una tragedia que durante años fue invisibilizada; ignorar su experiencia sería injusto e ineficaz. Para que México avance en la solución del problema de las desapariciones, es fundamental que se reconozca el valor de estas mujeres y se institucionalice su participación en las reformas que buscan construir un país más justo y más humano”
* Lo que sucede en este ámbito de seguridad y justicia, indica que los compromisos del gobierno no están con los mexicanos de a pie, no con los más pobres. Entonces, ¿con quiénes tiene acuerdos este gobierno de la 4T?
Gregorio Ortega Molina
Algo se modifica en el estado de ánimo de las familias en las cuales uno o varios de sus integrantes desaparecen, pero es cierto que las que más padecen las consecuencias del vacío dejado son las madres, ellas se constituyen en el emblema de lo que realmente sucede en México.
En un texto de El País Semanal de hace más de cinco lustros, leía que si bien existen términos, palabras, definiciones que identifican al viudo, al huérfano, al divorciado, nada describe la pérdida de los hijos. Ahí radica la fuerza que impele a las madres, lo que las convierte en motor de una búsqueda que conduce a ningún lado, porque -en resumidas cuentas- lo que anhelan encontrar es la certeza de la muerte de sus vástagos, y así ellas convertirse en mujeres cuya situación no puede definirse según el lenguaje, mucho menos en términos jurídicos y de seguridad.
¿Qué necesitaba saber el padre de Debanhi Escobar? Sólo confirmar que se quedó solo y su hija no sufre. ¿Lo entienden las autoridades? Supongo que saben lo que ocurre detrás de las desapariciones, y por eso se niegan a recibir a las lideresas de los colectivos de buscadoras de fosas clandestinas. ¿Qué ocurriría en esta nación si Jesús Ernesto o alguno de los nietos de AMLO llegara a desaparecer? No quiero ni imaginarlo.
Isaac Amezcua López, de la Universidad Intercontinental, anota: “La figura de las madres buscadoras surge como resultado del abandono institucional. Muchas de estas mujeres iniciaron sus búsquedas con palas, varillas y picos en mano, rastreando fosas clandestinas y terrenos baldíos, sin más respaldo que su propia convicción.
“A lo largo de los años, han construido redes de apoyo, documentado hallazgos, confrontado al crimen organizado y presionado al gobierno. Su movilización ha sido clave para que el tema de los desaparecidos se mantenga en la agenda pública nacional e internacional.
“En marzo de 2025 los colectivos exigieron a la presidenta Claudia Sheinbaum que las incluyera en la elaboración de reformas al Sistema Nacional de Búsqueda de Personas (Forbes México, 2025).
“Esta petición es legítima y además estratégica: su experiencia en el terreno, sus registros independientes y su conocimiento empírico del problema superan en muchos casos al de las propias autoridades. Ignorar su participación sería, como ellas mismas lo han dicho, repetir la exclusión institucional que ha perpetuado la impunidad.
“En el ámbito político han forzado a los gobiernos a responder, crear fiscalías especializadas, y promulgar leyes como la Ley General en Materia de Desaparición Forzada.
“El impacto de estas mujeres es múltiple. En el plano social han creado conciencia sobre una crisis que afecta a más de 100 mil familias en el país.
“En el plano jurídico sus denuncias han abierto investigaciones y sentencias en tribunales nacionales e internacionales. Son, en todos los sentidos, defensoras de derechos humanos.
“Sin embargo, enfrentan múltiples obstáculos: amenazas de grupos criminales, indiferencia gubernamental, recursos limitados y criminalización. El Estado mexicano tiene la responsabilidad de garantizar su seguridad, reconocer su legitimidad y facilitar su participación en la toma de decisiones relacionadas con las políticas de búsqueda, verdad y justicia.
“Las madres buscadoras representan una resistencia ética y política ante la violencia estructural que impera en México. Su lucha ha puesto rostro y voz a una tragedia que durante años fue invisibilizada.
“Ignorar su experiencia sería injusto e ineficaz. Para que México avance en la solución del problema de las desapariciones, es fundamental que se reconozca el valor de estas mujeres y se institucionalice su participación en las reformas que buscan construir un país más justo y más humano”.
Lo que sucede en este ámbito de seguridad y justicia, indica que los compromisos del gobierno no están con los mexicanos de a pie, no con los más pobres. Entonces, ¿con quiénes tiene acuerdos este gobierno de la 4T?
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@OrtegaGregorio