* En la negociación “en cuclillas” de los nuevos compromisos que adquiere México para “gozarse” en el novedoso TLC, hay obstáculos y se pierde la dignidad
Gregorio Ortega Molina
A pesar de las pérdidas humanas inmediatas, son menos dañinos los embates de la naturaleza que las amenazas de Donald Trump y la “falsa” renegociación del TLC. Las consecuencias a largo plazo son profundas, sin misericordia y, lo padecemos, cruentas.
De mi lectura de las secciones de economía de los medios impresos y cibernéticos, me entero que la negociación “en cuclillas” de los nuevos compromisos que adquiere México para “gozarse” en el novedoso TLC, hay obstáculos en varios temas y, lo peor, se pierde la dignidad.
Los redactores de El Financiero destacan para los lectores que si en efecto hay 7 capítulos renegociados que tienen gran avance, como el de la integración de las Pymes a cadenas productivas y el de transparencia, también están en la mesa 12 puntos con grandes dificultades, según se desprende de lo asegurado por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, durante su participación en el Foro Forbes 2017; allí, además agregó que en la tercera ronda de negociaciones, que inició el 22 de septiembre en Ottawa -después del sismo de 7.1 y de los rostros de funeral de las integrantes del Poder Ejecutivo-, enfocaron su esfuerzo en los temas con diferencias entre los tres países. Para concluir su participación, destacó que en cuatro de esos temas en los que ya tienen un mayor avance, espera queden definidos los textos.
A unas cuantas horas de leerse en El Financiero lo anterior, la naturaleza respingó por lo que sucede en la República y en la mente de los mexicanos que la tienen a cargo.
Apareció, esa misma mañana, la versión de El Economista, en la que se destaca que en la renegociación del Tratado, hay dos o tres temas clave para definir si habrá acuerdo o no, también según Ildefonso Guajardo.
La nota informativa es puntual: En la víspera del inicio de la tercera ronda de negociación, el funcionario dijo que <<el reto es encontrar la cuadratura a dos o tres temas no tradicionales dentro de las mesas de negociaciones comerciales, que es lo que va a definir si al fin del día vamos a tener acuerdo o no vamos a tener acuerdo>>.
¿Puede México vivir sin TLC? ¿Hay otras opciones? ¿Impulsó el desarrollo de todos los mexicanos, o sólo favoreció el de esa élite que de inmediato recurrió a la reforma laboral, al outsourcing y a las reformas estructurales, para asegurar su preeminencia sobre los proles, por los siglos de los siglos?
Otra vez estarán sentados negociando, aunque los representantes mexicanos estén distraídos por los pormenores de la sucesión presidencial, lo que se dijo en el Consejo Político priista y la manera en que Margara se desmarca de Felipe, si quiere aglutinar voluntades, poder y dinero que la eleven a la Presidencia de la República, ¿o sólo servirá de escabel a José Antonio Meade (Made in)? Falta poco para saberlo.
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