* Es urgente regresar al Estado laico, a la observancia de la ley, y al cumplimiento, a rajatabla, del mandato constitucional, para modificar el modelo político, que está podrido y nos pudre
Gregorio Ortega Molina
Los mexicanos todos, pagamos un alto costo por elegir gobernantes ineptos, inescrupulosos, corruptos, amorales, al menos desde 1982. Habría que rescatar la obra de Rafael Ruiz Harrel: Exaltación de ineptitudes, en la que describe las peculiaridades de Miguel de la Madrid Hurtado por las que lo sentaron en la silla del águila.
Las organizaciones civiles, hoy tan perseguidas, ponen el dedo en la llaga. De los envíos de información de Sem-México, rescatamos lo siguiente: “Familiares y organizaciones pro derechos de las mujeres exigen a las autoridades del gobierno de la CDMX y de la Procuraduría General de Justicia de la CDMX, para que, de una vez por todas, atiendan con la diligencia que se merecen, todos y cada uno de los casos de mujeres, niñas y adolescentes desaparecidas en esta ciudad.
“En una carta pública señalan su preocupación por las desaparecidas, pero también por la forma en que se realizan las investigaciones, y piden se atiendan los contextos con los que una y otra vez se repiten las desapariciones, además de que se investigue con perspectiva de género, de edad y la existencia de delitos conexos a las desapariciones (trata de personas, tráfico de órganos, corrupción de menores, violencia de género, etc.).
“Señalan que es aún más importante, que se realicen búsquedas físicas y de campo que lleven a la localización de quienes se encuentran desaparecidas, todo ello conforme a la Ley General en la materia y al protocolo homologado. Así también exigen la operatividad urgente de la reciente Comisión Local de Búsqueda de Personas.
Consideran necesario que la atención empiece por el reconocimiento público, por parte de las autoridades, sobre su existencia y la obligación de informar los nombres de todas y cada de las desaparecidas, ya que minimizar o negar el hecho para proteger su imagen pública, solo trae como consecuencia la impunidad y la continuidad”.
Ante lo arriba descrito comprendemos que la sociedad preste menos atención a otros problemas, aunque nada comparado con la pérdida de un ser querido. Sin embargo, no puede soslayarse que todos los delitos crecen, la economía se deteriora y amenaza con recesión -es cierto que el ámbito económico internacional no ayuda, pero las decisiones presidenciales tampoco-, y, lo asombroso, hay una carencia absoluta de líderes políticos, todo lo absorbieron los evangélicos adueñados del poder, y no son mejores que los católicos.
Es urgente regresar al Estado laico, a la observancia de la ley, y al cumplimiento, a rajatabla, del mandato constitucional, para modificar el modelo político, que está podrido y nos pudre.
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@OrtegaGregorio