- Los videojuegos pueden ser una gran forma de desarrollar habilidades académicas y profesionales clave para el siglo XXI.
- Los esports ayudan a gestionar mejor el tiempo, perseverar ante las dificultades y trabajar en equipo.
- Ricardo Cerda, director nacional de esports en Tecmilenio, habló con nosotros sobre la Arena Halcones Alienware y las competencias que desarrollan los gamers.
Monterrey, Nuevo León, a 22 de julio.- Aunque aún se debate el valor educativo de los videojuegos, hay una realidad incuestionable: los jugadores de esports desarrollan algunas de las competencias más valoradas en el mundo académico y profesional del siglo XXI. Mientras los críticos se preocupan por el tiempo “perdido” frente a las pantallas, la investigación científica revela una verdad sorprendente: estos jóvenes construyen arsenales de habilidades que van desde la gestión eficiente del tiempo hasta la perseverancia inquebrantable, competencias que se traducen directamente en mejores resultados académicos y ventajas profesionales significativas.
Los esports trascienden la percepción tradicional del entretenimiento para convertirse en sofisticados simuladores de desarrollo personal. Los estudios han indicado que los esports pueden contribuir al cultivo de una amplia gama de habilidades del siglo XXI, como trabajo en equipo, liderazgo, pensamiento crítico y resolución de problemas. Esta transformación no es accidental: los jugadores competitivos desarrollan rutinas de entrenamiento que rivalizan en rigor con las de atletas profesionales tradicionales.
Un jugador profesional de League of Legends o Valorant no simplemente “juega” durante horas; estructura sesiones de práctica específicas, analiza replays para identificar errores, dedica tiempo a entrenar mecánicas particulares y establece horarios de descanso estratégicos. Esta disciplina autoimpuesta genera patrones de comportamiento que se extienden naturalmente hacia otras áreas de la vida, particularmente los estudios.
La ciencia detrás de la gestión del tiempo gamer
La relación entre gestión del tiempo y rendimiento académico está ampliamente documentada en la literatura científica. La gestión adecuada del tiempo se correlaciona positivamente con un mejor rendimiento académico, y la gestión eficaz del tiempo está asociada con un mayor rendimiento académico y menores niveles de ansiedad en los estudiantes.
Los jugadores de esports desarrollan intuitivamente estas habilidades a través de la necesidad práctica. En juegos como Starcraft o Age of Empires, cada segundo cuenta: los recursos deben gestionarse con precisión, las construcciones deben programarse eficientemente y los ataques deben cronometrarse. Esta presión constante por optimizar el tiempo entrena a los jugadores en técnicas de gestión temporal que luego aplican naturalmente a sus responsabilidades académicas.
Forjando la perseverancia ante el fracaso
Uno de los aspectos más poderosos de los Esports es su capacidad para enseñar perseverancia a través del fracaso controlado. Algunos estudios encontraron que los niños que jugaron videojuegos estratégicos y desafiantes mostraron mayor regulación emocional y persistencia en su trabajo académico. Nature señala que los juegos que aumentan gradualmente el nivel de dificultad permiten a los jugadores aprender y desarrollar mecanismos de afrontamiento a su propio ritmo, fomentando la perseverancia, paciencia y habilidades de resolución de problemas.
La estructura inherente de los videojuegos competitivos crea un ambiente seguro para experimentar con el fracaso y la recuperación. Cuando un jugador pierde una partida clasificatoria, debe enfrentar la derrota, analizar qué salió mal, ajustar su estrategia y volver a intentarlo. Este ciclo de fracaso-análisis-mejora-repetición es exactamente el mismo proceso que impulsa el crecimiento académico y profesional.
El ecosistema de competencias transferibles
Las evidencias son claras: los juegos bien diseñados pueden ser herramientas poderosas para construir resistencia, perseverancia y una mentalidad de crecimiento. Los esports desarrollan habilidades técnicas específicas del juego y cultivan un ecosistema completo de competencias cognitivas y emocionales.
Los jugadores aprenden a manejar la presión en situaciones de alto estrés, a comunicarse efectivamente bajo presión temporal, a liderar equipos diversos y a mantener la concentración durante períodos extendidos. Estas habilidades se manifiestan directamente en mejores resultados académicos: mayor capacidad de concentración durante los estudios, mejor gestión de los tiempos de examen y una actitud más resiliente frente a los desafíos académicos.
Rutinas de élite: La disciplina invisible
Los jugadores profesionales de Esports mantienen rutinas que incluyen horarios fijos de práctica, periodos dedicados al análisis estratégico, ejercicio físico para mantener la salud mental y tiempos de descanso programados. Esta estructura disciplinaria se transfiere naturalmente a la vida académica, donde los estudiantes gamers frecuentemente muestran mejor organización de sus horarios de estudio, mayor consistencia en la preparación de exámenes y una comprensión más sofisticada de cuándo y cómo tomar descansos efectivos.
Ctrl + Alt + Éxito
La revolución digital redefinió las competencias necesarias para el éxito en el siglo XXI. Los empleadores buscan profesionales más capaces de adaptarse rápidamente, gestionar múltiples proyectos simultáneamente, trabajar efectivamente en equipos diversos y mantener el rendimiento bajo presión. Los esports, sin proponérselo, se han convertido en el entrenamiento perfecto para estas demandas.
“Los estudiantes que participan en esports no solo están jugando, están desarrollando competencias que serán fundamentales en su vida profesional: disciplina, gestión del tiempo, trabajo bajo presión y liderazgo colaborativo”, explica Ricardo Cerda, director nacional de Esports en Tecmilenio. “Vemos cómo estas habilidades se reflejan directamente en su rendimiento académico y en su preparación para el mercado laboral”.
La formación integral del mañana entiende que las competencias humanas—disciplina, perseverancia, gestión del tiempo, trabajo en equipo—son tan importantes como las competencias técnicas especializadas. Eventos como la Competencia Interhalcones y espacios como la Arena Alienware Halcones de Tecmilenio demuestran que el futuro de la educación superior reconoce esta realidad. Un modelo educativo innovador que integre estas dimensiones humanas con la excelencia académica no solo enseña conocimientos específicos, sino que cultiva estas habilidades fundamentales que los estudiantes ya están desarrollando naturalmente en sus experiencias gaming, creando un puente orgánico entre la pasión por los esports y el éxito académico y profesional.
El gaming competitivo ha demostrado ser mucho más que entretenimiento: es una escuela de vida que prepara a los jóvenes para los desafíos del mañana con las herramientas cognitivas y emocionales que necesitarán para triunfar en cualquier campo que elijan.
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Acerca de Tecmilenio
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Sus egresados tienen un alto nivel de empleabilidad (9 de cada 10 estudiantes de Tecmilenio cuentan con trabajo antes de graduarse de su carrera profesional), y gracias al programa Semestre Empresarial® las y los estudiantes pueden brindar soluciones a problemas reales de las empresas mientras implementan prácticas positivas en ellas. Actualmente, está conformado por 30 campus tradicionales y 12 espacios connect, distribuidos en 29 ciudades de México. Su comunidad está integrada por más de 50,000 estudiantes, más de 5,000 docentes, 2,480 colaboradores y más de 161,000 egresados. Para conocer más sobre nuestro proyecto educativo, visita www.tecmilenio.mx