Corre, lee y dile
Germán Martínez Aceves
La mayoría es un lector. Incluso el desarrollo vertiginoso de las tecnologías potenció la lectura. No es extraño mirar en cualquier rincón del planeta a alguien que deambula con un dispositivo móvil “leyendo”. Lee lo que se considera “información”, lee mensajes rápidos, lee instrucciones, lee lo que le pueda indicar el camino. Es un lector a secas que usa lectura como una forma inherente a la cotidianidad.
Pero un leedor, como Pablo Sol Mora, es alguien que hace de la lectura, su vida. Nos explica que el término le quedó claro cuando leyó un libro del crítico literario suizo Albert Béguin, que distinguía entre un lector lee normalmente de forma ordinaria y el leedor, aquel que no puede vivir sin leer, es su vocación, “la lectura es un acontecimiento trascendental en su existencia”.
Así lo explica Pablo Sol: “En su caso, vida y lectura corren siempre parejas, iluminándose la una a la otra, inseparables. No hay vida por un lado y lectura por otro. Para el lector verdadero, para el leedor, vida y lectura están fundidas indisolublemente”.
Con el entusiasmo que le provoca leer de manera irredente, el autor nos ofrece el libro Memorias de un leedor, coeditado por El Equilibrista y la Editorial de la Universidad Veracruzana, para compartirnos que la lectura no es un accesorio o un simple hobby sino la sustancia que le da sentido a la vida.
Pablo Sol Mora tiene una sólida formación como leedor que, curiosamente, no comenzó leyendo, sino escuchando a su madre leyéndole el viaje mágico de la Alicia de Lewis Carroll y su aventura que inicia con la aparición del Conejo Blanco vestido con chaleco, reloj en mano, siempre presuroso. Alicia lo sigue y cae en la madriguera que la lleva a un país fantástico con laberinto de puertas, botellas y pasteles que al beberse o comerse la hacen crecer o empequeñecer y conocer personajes entre el delirio y la felicidad.
Ser leedor lo convirtió en un crítico literario formado en letras hispánicas en la Universidad Veracruzana y en El Colegio de México. Dirige la revista Criticismo y colabora para Letras Libres, que en su versión electrónica escribió quincenalmente “Memorias de un leedor” que se publicaron entre 2021 y 2022.
Pablo Sol Mora, a través de las páginas del libro, nos convida de sus lecturas en un acto autobiográfico aderezado de su certera crítica literaria. Fácilmente el libro lo podemos acompañar de una bebida y sentarnos para leer y comprender la emoción personal que le despertaron al autor cada uno de los escritores que aborda.
Son 24 pequeños ensayos que nos hacen disfrutar de Lewis Carroll, Miguel de Cervantes Saavedra, Arthur Conan Doyle, José Agustín, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Fedor Dostoyevski, Antón Chéjov, Italo Svevo, Alejandro Rossi, Franz Kafka, Thomas Mann, Ramón López Velarde, George Steiner, Christopher Domínguez Michel, Marco Aurelio, Stendhal, Laurence Sterne, Alain, Charles M. Schulz, Fernando Pessoa, Michel de Montaigne, Philip Roth y Enrique Vila-Matas.
Así como un melómano que nos recomienda música y nos descubre sonidos nuevos, un leedor nos remite a autores que a lo mejor ya conocemos, que hemos oído hablar de ellos o que nos los encontramos por primera vez gracias al entusiasmo que nos trasmite el crítico literario. Nos transmite el gusto, el sabor, el amor a las letras que dejan acuñadas ideas, sentimientos y pensamientos.
A lo largo de las páginas de Memorias de un leedor no encontraremos un orden cronológico, si no una ruta de la experiencia que de manera caprichosa nos da a conocer el autor. Cada lectura es un recuerdo, cada autor se convierte en un amigo con quien se identifica, cada libro que forja la vida un asidero al que se recurre permanentemente y nos lleva a la pasión y la madurez de un leedor.
Pablo Sol Mora explica que el libro surgió de una plática con Emilio Renzi (Ricardo Piglia) que señala que la crítica literaria es una autobiografía. Que hablar de los otros en realidad es hablar con uno mismo (como sucede entre Piglia y Renzi). Ese fue el motivo para escribir su autobiografía lectora, aunque claro está, aún no completa.
Infancia es destino lector. El autor cobijado por un entorno familiar de maestros lectores se adentró en el viaje de Alicia, en las aventuras del Quijote “posleedor” de novelas de caballería, en la sagacidad de Sherlock Holmes, en la onda de José Agustín, el arte y embrujo literario de Borges, la hondura y las pasiones humanas escritas por Dostoievski o Chéjov, el realismo de Stendhal, el deslumbramiento verbal de Ramón López Velarde, el bisturí literario de Christopher Domínguez Michael, el modelo crítico de George Steiner, la sencillez y profundidad del trío Charles M. Schulz-Charly Brown-Snoopy (la fórmula de la felicidad: “cultiva tu Snoopy interior”) o el ineludible para un leedor el contagio de Montano y su obsesión desmedida por la literatura llevada de la mano de Enrique Vila-Matas.
Memorias de un leedor nos conduce por un camino muy agradable de gozo y placer guiado por un enamorado confeso por la literatura. Como escribe el propio Pablo Sol Mora: “No sé qué tan buen lector he sido. Con frecuencia me sorprendo deponiendo todo instinto crítico, analítico, y dejándome llevar por completo por la dicha de la lectura. Sé que seré siempre un lector amateur, en el sentido de que amo intensamente lo que hago, y que estoy profundamente agradecido con mi destino de lector. No hubiera querido ser otra cosa y, si tuviera que definirme como una sola cosa, diría: soy un lector. Mejor aún, un leedor”.
Memorias de un leedor, de Pablo Sol Mora, es una coedición de El Equilibrista en su colección Pértiga y la Editorial de la Universidad Veracruzana, 92 páginas, 2025. Para adquirirlo lo puedes encontrar en Nogueira #7, zona centro de Xalapa, Veracruz. Próximamente en https://libreria.uv.mx/