Vivimos en un mundo en donde los niños ya no juegan en la calle, la tecnología forma parte de la vida diaria, especialmente para los niños y niñas que crecen rodeados de pantallas, viendo TikTok y Youtube. Este entorno ofrece algunas oportunidades, sí “el niño se entretiene solo”, pero también plantea desafíos importantes para su seguridad, privacidad y bienestar.
Hoy en día, los niños acceden a internet desde edades muy tempranas. Según el Informe Especial Audiencias Infantiles 2023 del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el 82% de los niños de entre 7 y 11 años en México usa internet, y un 69% ya está en redes sociales. Esto es un gran aumento, ya que en 2017 solo el 39% de los niños usaba estas plataformas. Las aplicaciones más populares entre ellos son WhatsApp (66%), YouTube (55%), TikTok (49%) y Facebook (34%).
Los niños pasan en promedio 2.6 horas al día viendo contenidos en línea, principalmente en YouTube, usando celulares, Smart TVs o tabletas. ¿Qué ven? Por lo general películas (56%), series (41%), caricaturas (28%) y anime (25%). Sin embargo, en México, solo el 3.9% de los contenidos en 109 plataformas digitales está clasificado como apto para menores, en otras palabras, tienen un buffet digital sin supervisión, con acceso ilimitado a lo bueno, lo malo y lo tóxico.
Muchos papás comparten fotos o videos de sus hijos en redes sociales para celebrar momentos especiales, una práctica que se conoce como sharenting.
Aunque parece inofensiva, puede tener consecuencias. Por ejemplo, al publicar imágenes o datos de los menores, se crea una huella digital que puede ser utilizada por empresas para recopilar información o, en el peor de los casos, por personas malintencionadas.
El sharenting, según especialistas puede consistir en compartir fotos de sus hijos en redes sociales, publicar una entrada de blog sobre la niña o el niño, o enviar un video a través de aplicaciones de mensajería: WhatsApp, Telegram.
La UNICEF, publica algunas recomendaciones o advertencias de especialistas a considerar para los padres antes de compartir información sobre sus hijos menores.
• En algunos países existen comerciantes de datos que crean expedientes digitales sobre los niñas o niños a partir de los datos que publicamos los padres, y quizás utilicen esa información compartida para establecer predicciones sobre lo que dirán o harán, o sobre posibles futuros problemas de salud de nuestros hijos.
• Existe el peligro de que las fotos de nuestros hijos se reutilicen de una forma ilícita o malintencionada que pueda perjudicarles, así como la posibilidad de que alguien cree un meme que llegue a ser viral y muestre una imagen negativa de nuestro hijo o hija.
• Compartir información de los menores sin enseñarles la noción de consentimiento y la importancia de la privacidad.
• Ser conscientes de que los niños llegarán a la edad de utilizar por sí mismos las redes sociales, por los que deben fomentar el respeto a la intimidad de sus padres, hermanas o hermanos y asimismo, respeten la vida privada de compañeras y compañeros no publicando fotos sin su consentimiento.
El Estudio Nacional sobre Violencia Digital contra la Niñez (UNAM, 2024) advierte sobre un crecimiento preocupante en los casos de violencia en línea. Las más comunes:
• Ciberacoso: insultos, humillaciones y burlas en redes sociales que muchas veces vienen desde la escuela… y se viralizan en internet.
• Sexting: el envío de imágenes o videos sexuales a menores, o su difusión sin consentimiento.
• Grooming: adultos que se hacen pasar por niños para ganarse su confianza y luego abusar de ellos.
• Doxing: publicación de datos personales para avergonzar, amenazar o manipular.
• Shaming: ridiculización pública mediante imágenes o videos.
¿Qué pueden hacer los padres?
De acuerdo con especialistas, proteger a los hijos en el mundo digital requiere acciones concretas y diálogo constante, por lo que les comparto algunas recomendaciones prácticas:
Cuidar el sharenting: Evitando compartir fotos donde tus hijos estén sin ropa o en situaciones embarazosas. Reflexiona desde la perspectiva de tu hijo: ¿le gustaría que esto estuviera en internet? Habla con ellos sobre qué es seguro publicar y por qué es importante la privacidad.
Revisar lo publicado: Si ya compartiste mucho, elimina fotos o videos antiguos. Algunas plataformas permiten solicitar la eliminación de contenido. Involucra a tus hijos (a partir de los 9 o 10 años) en la revisión de tus publicaciones para decidir juntos qué borrar.
Establecer límites claros: Explica con calma los riesgos de compartir fotos de tus hijos y pide que no lo hagan sin tu permiso. Pregunta en la escuela si hay políticas sobre publicar imágenes de menores y, si no las hay, propón crearlas.
Enseñar seguridad en línea: Habla con tus hijos sobre los peligros, como el contacto con desconocidos o compartir información personal. Configura controles parentales en dispositivos y plataformas para filtrar contenido inapropiado.
Apoyarse en políticas públicas: Las plataformas digitales y los gobiernos también deben crear entornos más seguros, con reglas claras para proteger a los menores.
Los niños de hoy están creciendo en un entorno hiperconectado donde cada clic deja rastro, donde cada imagen puede volverse viral y donde el anonimato digital no protege, sino que expone. La tecnología no es el enemigo. La desconexión adulta sí.
Como padres, educadores y ciudadanos, nos toca cambiar el enfoque. No se trata de apagar las pantallas, sino de encender el criterio. Porque si no enseñamos a los niños a cuidar su identidad digital desde pequeños, alguien más lo hará… y no precisamente con buenas intenciones.