La inseguridad ha sido uno de los principales retos en México, especialmente debido a la presencia del crimen organizado. A lo largo de los años, se han implementado diversas políticas para enfrentar este problema, sin lograr una reducción significativa de la violencia. Sin embargo, la nueva estrategia de seguridad presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum en octubre de 2024 plantea una solución integral que ataca tanto las causas estructurales de la violencia como su manifestación en delitos de alto impacto.
Esta propuesta se distingue por su enfoque coordinado y multifacético, integrando acciones sociales, fortalecimiento de las instituciones de seguridad y el uso intensivo de la inteligencia para combatir el crimen. La estrategia se fundamenta en cinco pilares clave que, a su vez, están diseñados para trabajar en conjunto y ofrecer resultados sostenibles a largo plazo.
Principales pilares de la estrategia:
Atención a las causas de la violencia:
La desigualdad y la falta de oportunidades son factores clave que alimentan la delincuencia. El plan incluye programas sociales para fomentar el desarrollo comunitario, centrándose en la prevención de la desintegración familiar y la creación de oportunidades para los jóvenes vulnerables.
Fortalecimiento de la Guardia Nacional:
Se propone consolidar la Guardia Nacional como una fuerza civil clave, coordinando sus acciones con las policías locales y aprovechando la infraestructura y el respaldo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Este esfuerzo se enfocará particularmente en las zonas más violentas del país.
Inteligencia e investigación policial:
La creación de un Sistema Nacional de Inteligencia permitirá compartir información entre agencias, y la creación de la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial dentro de la Secretaría de Seguridad ayudará a convertir los datos en investigaciones concretas que desmantelen redes criminales. Este esfuerzo incluirá una colaboración cercana con la Fiscalía General de la República (FGR).
Coordinación intergubernamental:
La fragmentación institucional ha sido un obstáculo recurrente en la política de seguridad. Se crearán comités interinstitucionales para asegurar una colaboración constante entre los gobiernos federal, estatales y municipales. Asimismo, se implementarán plataformas tecnológicas para facilitar el intercambio de información en tiempo real.
Combate al financiamiento ilícito:
El Gabinete Alterno de Seguridad, que incluirá a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Procuraduría Fiscal, trabajará para desmantelar las redes de lavado de dinero y corrupción que financian a las organizaciones criminales.
Enfoque en los municipios más peligrosos
Uno de los aspectos más destacados de la nueva política de seguridad es su enfoque específico en los municipios prioritarios que registran los niveles más altos de violencia en México. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), estos municipios han sido identificados por su alta tasa de homicidios y otros delitos vinculados al crimen organizado.
Los diez municipios prioritarios son:
- Colima, Colima
- Tijuana, Baja California
- Acapulco, Guerrero
- Celaya, Guanajuato
- Cajeme, Sonora
- Ciudad Juárez, Chihuahua
- Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco
- Chihuahua, Chihuahua
- León, Guanajuato
- Benito Juárez, Oaxaca
Estas localidades han sido señaladas como focos clave en la lucha contra la violencia debido a su alta tasa de homicidios relacionados con el crimen organizado. En estas zonas, la estrategia busca no solo contener la violencia, sino también atacar sus causas estructurales.
El fortalecimiento de la Guardia Nacional será esencial en estos municipios, consolidando su presencia y operatividad en colaboración con la SEDENA para enfrentar las amenazas de manera más eficaz. La estrategia también promoverá un trabajo coordinado con los gobiernos locales para asegurar que las intervenciones se adapten a las necesidades específicas de cada región.
Proximidad social y prevención del delito
Además de fortalecer las instituciones de seguridad, la estrategia prioriza la proximidad social y la construcción de confianza entre las fuerzas de seguridad y las comunidades. Esto permitirá una cooperación más efectiva en la prevención del delito y la reconstrucción del tejido social en zonas afectadas por la violencia.
La prevención del delito se plantea como un eje transversal, con el objetivo de que comunidades fuertes y cohesionadas sean más resilientes frente al crimen.
La estrategia de Claudia Sheinbaum no es solo una respuesta inmediata a la violencia, sino una propuesta de largo plazo. Los principales objetivos incluyen:
Reducir la incidencia de homicidios dolosos y otros delitos de alto impacto.
Neutralizar los generadores de violencia mediante el desmantelamiento de las redes del crimen organizado.
Fortalecer la capacidad de las policías locales en términos de prevención y proximidad.
Este enfoque integral, que combina inteligencia, proximidad social y la neutralización de las finanzas del crimen organizado, tiene el potencial de transformar el panorama de seguridad en México y ofrecer un entorno más seguro y estable a sus ciudadanos.