El mercado laboral actual se ha vuelto más competitivo y cambiante que nunca, por lo que es imprescindible poner sobre la mesa cómo optimizar la productividad mediante la adopción de tecnologías avanzadas. Contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, esto no solo beneficia a las empresas, sino también a los trabajadores. En lugar de limitarse a aumentar las vacaciones, fomentar el home office o reducir las horas de trabajo, con la finalidad de conseguir apoyo electoral, es crucial centrarse en estrategias que mejoren los salarios, la calidad de vida y especialmente la eficiencia laboral.
La mayoría de nuestros legisladores solo se fija en los muchos días y horas que la fuerza laboral dedica a su trabajo. Sí, eso es importante, pero es, como la mayoría de las cosas que hacen, superficial. La historia nos ha demostrado que los cambios que realmente hacen más productivo a un país y mejoran los ingresos de las personas solo se logran adoptando nuevas tecnologías y herramientas que hagan el trabajo más eficiente y medible.
Las recientes reformas laborales han llevado a las empresas a enfrentar aumentos salariales, ampliación de vacaciones y reducción de jornadas laborales. Estas medidas pueden representar un desafío económico significativo. Sin embargo, en lugar de ver la tecnología como un gasto adicional, las empresas deberían considerarla una inversión crucial. Herramientas como la Inteligencia Artificial y los softwares de gestión de rendimiento pueden transformar la eficiencia operativa. Ignorar esta oportunidad limita el desarrollo y obliga a las empresas a adaptarse a leyes que, a largo plazo, podrían ser perjudiciales para su crecimiento.
En 2023, la productividad laboral en México alcanzó su nivel más bajo, con un registro de 93.2 puntos según el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE). Este declive se agrava aún más en 2024, donde las empresas enfrentan un panorama complicado debido a nuevas reformas e iniciativas. La OCDE destaca algo que a mi me preocupa: México es uno de los países donde más se trabaja, con un promedio de 2,128 horas al año por trabajador, casi 500 horas más que el promedio de la OCDE. Sin embargo, la productividad por hora sigue siendo una de las más bajas.
La tecnología, especialmente la IA, puede ser un gran aliado en este contexto. La IA tiene la capacidad de automatizar tareas repetitivas, mejorar la atención al cliente y optimizar procesos, ofreciendo una oportunidad para incrementar la productividad en la mayoría de los entornos laborales. Según un estudio realizado por McKinsey, la implementación de IA puede aumentar la productividad en hasta un 40% en ciertos sectores. Herramientas como chatbots, análisis predictivo y automatización de procesos robóticos (RPA) pueden liberar a los empleados de tareas rutinarias, permitiéndoles enfocarse en actividades de mayor valor agregado.
Adoptar estas tecnologías no solo puede transformar la forma en que trabajamos, sino también mejorar significativamente la eficiencia y la productividad. La implementación de herramientas de gestión de proyectos y colaboración en la nube, por ejemplo, puede facilitar la comunicación y coordinación entre equipos, independientemente de su ubicación geográfica. Un estudio de Accenture muestra que las empresas que adoptan estas herramientas pueden mejorar la eficiencia operativa en un 30%. Además, la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) pueden utilizarse para capacitación y simulaciones, reduciendo los costos y mejorando los resultados de aprendizaje.
Además, es esencial que las empresas inviertan en capacitación digital para sus empleados. Un informe de Deloitte sugiere que las empresas que invierten en la capacitación de sus empleados y en salarios competitivos tienen un 20% más de probabilidad de retener talento de alto rendimiento. Esta capacitación no solo mejora las habilidades técnicas de los empleados, sino que también fomenta una cultura de innovación y adaptación constante.
Para aumentar la eficiencia y la calidad del trabajo, debemos centrarnos en tres principios básicos:
- Salario Competitivo: Reconocer el compromiso de los empleados con una remuneración competitiva, basada en resultados y complementada con capacitación y educación digital.
- Implementación de Tecnología de Vanguardia: Adoptar herramientas tecnológicas avanzadas, como plataformas de gestión de proyectos y soluciones de colaboración en la nube, para mejorar la comunicación, la coordinación y la eficiencia. Tecnologías emergentes pueden ofrecer insights valiosos para la toma de decisiones.
- Enfoque en la Eficiencia en lugar de la Extensión de Vacaciones: En lugar de extender los períodos vacacionales, debemos centrarnos en la eficiencia, el compromiso y el bienestar de los trabajadores. Un entorno de trabajo estimulante, salarios competitivos basados en resultados y acceso a tecnología avanzada pueden llevar a mayores niveles de productividad y, en última instancia, proporcionar más tiempo libre y mejores remuneraciones. Un reporte de Gallup indica que la satisfacción laboral está más relacionada con el reconocimiento y el desarrollo profesional que con el número de días de vacaciones.
Un enfoque integral para abordar el desafío de mejora salarial y tecnología refleja el compromiso con el bienestar y el éxito de las empresas en conjunto con sus colaboradores. Es esencial que el sector privado y el público colaboren estrechamente para superar los desafíos actuales y construir un futuro más productivo para la fuerza laboral mexicana. La adopción de tecnologías avanzadas no solo mejorará la competitividad de nuestras empresas, sino que también elevará la calidad de vida de todos los mexicanos.
Norberto Maldonado