Guillermo Portugal Vela
A Ernest Feder y Jesús Uribe Ruiz críticos de la revolución verde y defensores de los campesinos del México bronco
A colación de Miguel Muñiz Varela compositor hidrocálido de “El Barzon” que fue de los imprescindibles himnos de lucha en la posrevolución mexicana y cuya narración señala la explotación brutal y despojo de que fue motivo el jornalero rural por las tribulaciones del hacendado y donde quedó atrapado por el círculo de “trabajar-pedir prestado- y subsistir” sin embargo en su reflexión de peón acasillado dudo ¿en tomar el camino de independizarse del patrón o de seguir sembrando?
En contraposición al argumento de la letra de El Barzón indicado y la etapa vigente de transicion neoliberal hacia el modelo económico posneoliberal, deberá la economía social rural ser resiliente para construir una estrategia agrícola “rentable, competitiva y sustentable” a fin de dar respuesta actualizada a la situación de crisis del campo mexicano.
Uno. En este contexto, se consideró como fuente el “Diagnóstico del sector rural y pesquero de México 2012” Sagarpa/Fao), en relación a los seis estratos que conforman los 5 millones 325 mil Unidades Económicas Rurales (UER) del país, sin embargo se excluyen del análisis los Estratos de tipo empresarial de rentabilidad frágil, pujante y dinámico; por lo que únicamente se abordaran los tres restantes Estratos que conforman el sector de la economía social rural:
Estrato E1: Familiar de subsistencia sin vinculación al mercado que corresponde a un 22.4 por ciento de las UER, es decir Un millón 192 mil unidades y de los cuales el 76.9 por ciento obtiene ingresos netos monetarios por debajo del umbral crítico de la pobreza rural, cuestión que se traduce en el infortunio “de la desigualdad entre la desigualdad” pues del 96.6 por ciento de la Población Económicamente Activa que estaba ocupada en el campo en el año de 2010 correspondía a un 23.4% de los que tenían ingresos menores a un salario mínimo, el 23.5% percibía entre uno y hasta dos salarios mínimos, y el 23.6% no recibía ingresos por tratarse de trabajadores dependientes no remunerados o por propia cuenta dedicados a actividades de subsistencia.
El Estrato E2: UER familiar de subsistencia con vinculación al mercado, que integra el 50.6 por ciento del total de las UER y que representan aproximadamente a 2.7 millones en el sector; dichas unidades son las que predominan en el país y se distinguen “por contar con ingresos bajos, por llevar un pequeño excedente de producción agropecuaria o pesquera al mercado” y ofrecer su fuerza de trabajo temporalmente fuera de las UER.
Y el Estrato E3: UER en transiciòn, integrado aproximadamente por 442.370 unidades de producción que corresponden al 8.3 por ciento de las UER; Estrato que se define porque sus ingresos obtenidos son idóneos para proveer las necesidades básicas de sus familias y resolver los problemas en beneficio de la pequeña empresa que se sostiene y se desarrolla en su beneficio; en síntesis, presenta bajos niveles de producción y productividad, débil integración de cadenas productivas y alta fragilidad a los riesgos climatológicos.
Respecto sobre la dimensión de los ingresos ínfimos de los estratos mencionados 1, 2 y 3 también se consideró pertinente extrapolar la información documentada de septiembre pasado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, sobre la pérdida del poder adquisitivo la cual fue calificada como inhumana. “Por citar algunos casos” donde el salario mínimo desde el periodo neoliberal (1982) un trabajador compraba 18.6 litros de leche; para 2018 difícilmente adquiría cuatro litros. Para la tortilla la relación pasó de 51 a seis kilogramos; el pan (comestible), de 280 a 44 piezas; huevo, cerca de nueve a 3 kilogramos; y frijol de 12 a tres kilogramos.
Dos. Por dicha situación se plantea (un acercamiento) para que la economía social rural adopte en materia del sector, una estrategia resiliente en esta etapa de transicion neoliberal hacia el modelo económico posneoliberal.
En este sentido, que del agrónomo brasileño Polan Lacki “El Libro de los pobres rurales. Desarrollo Agropecuario: De la dependencia al protagonismo del agricultor”, 2011, se retoman ciertos argumentos de dicho libro, pero con las reservas de que se trata de un proceso de adecuación al modelo mexicano.
Desarrollo de la estrategia resiliente
Que los productores realicen una agricultura “rentable, competitiva y sustentable”, pero no privilegiando como imperativo razones “de justicia social” como lo señala el Plan de Desarrollo 2018-2024, por lo que es imperativo el no continuar practicando una agricultura disfuncional y cometiendo algunas, varias o todas las distorsiones en los distintos eslabones de la red agroalimentaria.
Esto en referencia a las “ineficiencias de producción, gestión y comercialización de insumos y productos” que son la principal razón del subdesarrollo vigente en el medio rural, el que a su vez contribuye al subdesarrollo regional y nacional, por tanto en esta perspectiva mientras los productores no puedan establecer innovaciones para eliminar estas ineficiencias y aumentar sus bajos rendimientos será imposible lograr los objetivos y metas previstas.
Será pertinente además considerar que los subsidios y apoyos anunciados para el presupuesto del 2020 para el sector agroalimentario serán reducidos en referencia al presupuesto del año en curso; por lo que es necesario compensar estas distorsiones, y así los productores “tendrán que enfrentar o aceptar que estas los expulsen del campo”.
No es conveniente que dichas innovaciones sean apenas tecnológicas y que sean introducidas solamente en la producción; “es indispensable por tanto establecer innovaciones tecnológicas, gerenciales y organizativas y desde luego hacerlo en todos los eslabones” de la red agroalimentaria: en el acceso a los insumos, en la producción, gestión predial, la transformación de las cosechas y en la comercialización de los excedentes.
Porque estas son las condiciones para que los productores se transformen en eficientes empresarios (“aunque sean pequeños”), afín de obtener insumos a precios más bajos, reducir costos de producción, mejorar la calidad de sus excedentes, incrementar sus precios de venta; y, por derivación “la adopción de medidas realistas”.
La necesidad de que los campesinos sean más eficientes para poder volverse rentables, competitivos y sustentables está fuera de discusión; el problema reside en el que y en el cómo hacerlo; los intentos con tal propósito en los últimos 40 años en México han demostrado que es imposible lograrlo a través de la “modernización del campo” porque los gobiernos, aunque sean de la 4ª. Transformación (4T) no dispondrían de recursos en cantidad suficiente como para ofrecer “todos los factores convencionales” de dicha modernización a la totalidad de los productores.
Tres. Claves de la estrategia
Primero. El problema toral “es que existe una contradicción entre: la urgencia de tecnificar y modernizar el agro para aumentar la producción y la productividad de todos los productores”; y la “no disponibilidad de recursos para hacerlo por la vía convencional fuertemente dependiente de los factores convencionales antes mencionados”.
Segundo. Si la exigencia es que todos los productores se modernicen y no disponen de los medios convencionales para hacerlo, es necesario que, “como mínimo, les proporcionen los conocimientos (tecnologías y capacitación) para que ellos puedan desarrollarse prescindiendo o por lo menos disminuyendo su dependencia”; de las no siempre favorables u oportunas decisiones del Gobierno; los insuficientes y muchas veces ineficientes servicios del Estado; y los generalmente inalcanzables recursos externos a los predios (créditos, tecnologías de punta, insumos de alto rendimiento, maquinaria sofisticada, etc.).
Tercero. Si no se disminuye la dependencia de estos factores reconocidamente escasos, “el crecimiento con equidad” continuará siendo una falacia es decir un supuesto de buenas intenciones; por lo que en la etapa vigente de la transicion neoliberal al sustituirlo por el modelo económico posneoliberal continuará negando oportunidades de tecnificación y por tal motivo excluyendo a más del 73 por ciento de los productores que integran el sector de la economía social rural ( esto en relación a los Estratos 1, 2 y 3 arriba señalados) de cualquier posibilidad de volverse rentables, competitivos y sustentables, y por tanto a que sigan la práctica disfuncional tecnológica, gerencial y comercial de sus procesos productivos.
Cuarto. En las actuales circunstancias (de transicion del neoliberalismo hacia el modelo económico posneoliberal, reducción del aparato del Estado, restricción del crédito, eliminación o disminución de los subsidios, etc.), “no existe ninguna posibilidad de que todos los productores puedan desarrollarse”, si se sigue intentando hacerlo a través de la referida etapa de transicion a que antes aludimos; la equidad es incompatible con el modelo vigente. Reiterar en él significaría seguir desperdiciando tiempo y recursos cada vez más escasos, adulterando con falsas expectativas a los productores y posponiendo la solución de los problemas de los mismos.
Quinto. Sin embargo, por factores ineludibles económicos, sociales, políticos y especialmente éticos, la 4T no pueden renunciar al objetivo de la equidad, lo que significa “que el Estado deberá adoptar medidas idóneas de compatibilizar las urgentes necesidades de una enorme cantidad de productores con las cada vez más limitadas posibilidades de los presupuestos de satisfacerlas”. Por tanto, debe haber oportunidades de verdadera y funcional modernización para todos los productores (y en particular los de la economía social rural) porque el país demanda urgentemente: acrecentar la producción, la productividad y los ingresos de todos los actores rurales; proveer de alimentos a un número progresivo “de pobladores urbanos a precios que sean compatibles con el bajo poder adquisitivo de la mayor parte de ellos”; y producir excedentes agrícolas de mejor calidad y menos costo.
Sexto. La estrategia agroalimentaria ya no podrá ser lograda “por la vía paternalista” o clientelar dependiente de créditos, subsidios y proteccionismos, lo que significa que a partir de ahora la…
- Agricultura rentable, competitiva y sustentable tendrá que ser sinónimo “de agricultura eficiente, en el acceso a los insumos, en la producción, en la administración de los predios, en el procesamiento y conservación de las cosechas, en la comercialización de los excedentes” y el cuidado- equilibrio de la biodiversidad.
- Sólo podrá ser rentable la agricultura que gracias a su eficiencia: – reduzca costos unitarios de producción; -incremente precios de venta de los excedentes.
Séptimo. En este sentido para que la agricultura sea funcional tendrá como condicionantes:
- Mejorar la calidad de los excedentes; y reduzca sus costos de producción.
- Sólo “podrá existir equidad” si se ofrece a todos los productores alternativas de modernización “que sean compatibles con los recursos que ellos realmente poseen”, por escasos que sean. Para la inmensa mayoría de los mismos, “sólo podrá haber equidad si se les ofrece tecnologías de bajo o costo cero que puedan ser adoptadas sin necesidad de acceder a factores externos”, porque dicha mayoría sencillamente no puede adquirirlos.
- Tendrán mayor posibilidad de éxito económico los productores que, “además de producir con mucha eficiencia, se organicen para hacer inversiones en conjunto” y se encarguen ellos mismos de la mayor parte de las demás etapas de la red.
- Octavo. De poco servirán las cada vez más improbables “promesas de macrodecisiones políticas” de ámbito nacional si al interior de los predios, faltan adecuadas medidas tecnológicas y gerenciales de los productores:
- siguen produciendo un excedente muy pequeño y de mala calidad;
- siguen obteniéndolo con bajos rendimientos y consecuentemente con altos costos unitarios de producción;
- siguen teniendo importantes pérdidas en la cosecha y posteriores a ella;
- y siguen vendiendo los excedentes al por mayor, sin agregarles valor y al primer eslabón de una larga cadena de intermediarios.
- aunque existieran subsidios éstos no serán suficientes para corregir las fallas de ineficiencia y distorsiones que ocurren en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria.
- Cuatro. Corolario, Desarrollo endógeno:
- En gran medida, “los insumos materiales que son insuficientes o inaccesibles, tendrán que ser reemplazados por (o potenciados con) los insumos intelectuales (tecnologías apropiadas, capacitación y estímulos)”; los productores deberán utilizar íntegra y racionalmente sus recursos propios y aplicar adecuadamente las tecnologías que sean compatibles con dichos recursos; al mejorar el rendimiento de los recursos que poseen estarán trazando la ruta para ser menos dependientes de los recursos que adolecen.
- El principal factor de producción será el conocimiento adecuado y no el recurso abundante. Mayores posibilidades de desarrollo tendrán los productores que sepan resolver sus problemas y no tanto los que cuenten con instrumental para hacerlo; “disponer de recursos materiales no será suficiente si los productores no tienen los conocimientos para aprovechar las potencialidades y oportunidades existentes”.
A mayor abundamiento se indica preliminarmente algunos de los componentes estratégicos.
- Créditos, insumos de alto rendimiento, animales de alto potencial genético, equipos modernos, obras de infraestructura, subsidios, garantías oficiales de precios y de comercialización, etc.
La propuesta de menor dependencia no significa que sean los factores externos innecesarios, ni que las regiones podrán modernizar su agricultura sin decisiones institucionales, sin servicios del Estado y sin insumos y equipos modernos; sería irreal proponer que se logre una agricultura rentable, competitiva y sustentable sin riego, fertilizantes, maquinaria, etc.
La propuesta estriba en proponer en primera instancia a los agricultores las condiciones básicas para que ellos puedan empezar a tecnificar sus actividades aun cuando no tengan acceso, como de hecho no existe en la mayoría de los productores.
- Ejemplo: producir en sus predios parte de los insumos; procesar a nivel primario las cosechas de sus predios y/o comunidades para incorporar valor; comercializar los insumos y los excedentes en conjunto para hacerlo con menor intermediación.