La bondad humana parece extinguirse o acaso nunca ha existido, cada día se recrudece más y más la depredación del hombre hacia el hombre mismo, la comparación con la fieras o bestias parece un halago a la condición humana.
Los enunciados de Friedrich Nietzsche sobre la compasión parecen estar más vigentes que nunca, su planteamiento de una doctrina religiosa que ha sumido a los pobres en un estado de decadencia y a los ricos en rumbo a una evolución parece certera, aun cuando el mismo Nietzsche reconoce que “la evolución no significa en modo alguno y necesariamente acrecentamiento, elevación, potenciación” .
La bondad humana se sustenta principalmente en la llamada virtud de la “compasión” y muy pocas veces en un sentido de reconocimiento espiritual ¡propio!
Nos hemos ceñido a una “moral” dictada por quienes carecen de ella, e igualmente nos conducimos y regimos por una serie de leyes y normas originadas en esa “moral” y administradas por quienes no las respetan ni representan y encuentran siempre evadirlas, no por inteligentes sino por criminales.
Nietzsche describía la moral como “el gran antídoto del nihilismo teórico y práctico”, donde el nihilismo es la perdida de credibilidad en un valor supremo condicionado en la finalidad, el porqué.
Las bases actuales de la conducta y acondicionamiento social son endebles porque se construyen con mano de obra de indolentes (educados para ello) bajo el poder de arquitectos con un exacerbado sentido de soberbia y prepotencia.
Bertrand Russell lo define como “el poder tradicional convertido en poder desnudo” es decir la decadencia desde un poder respetado hacia un poder totalitario, tiránico.
El sentido que Nietzsche implica sobre la definición del superhombre (Übermensh) parece la respuesta a muchas circunstancias actuales ya que implica a un ser humano “libre” de ataduras doctrinales y por tanto morales de quienes esgrimen su verdad como única verdad, un hombre de voluntad propia y desde luego ¡no! la publicitada explicación racial que tanto esgrimen los detractores de Nietzsche.
Pero la libertad es un concepto difícil, que implica incondicionalidad, desapego, egoísmo y temeridad, el hombre que desea ser verdaderamente libre debe entender que hay 2 libertades verdaderas que alcanzar, Schoppenhauer las definía como libertad intelectual y libertad moral.
Por su parte la voluntad implica conocimiento, así se entiende que el superhombre debe ser un individuo consciente e inteligente en libertad intelectual y moral.
¿Son acaso los ricos futuros superhombres? no, seguramente están libres de moral y aun cuando son inteligentes carecen de consciencia pues su ambición y prepotencia los esclaviza.
Nietzsche implica en el Übermensh un ejercicio del instinto, de la supervivencia, de la potenciación de la vida… pero también de la conveniencia de estos actos. ¿Acaso es instintivo o conveniente procurarse un entorno adverso, destruir en lugar de preservar? Los animales depredadores en su entorno endémico y cuyo instinto es puro no matan si sus necesidades son cubiertas, de hecho son parte activa de un bienestar y equilibrio natural.
El rumbo que las personas en el poder han tomado es tan decadente como la misma decadencia de los pobres ante una doctrina.
Su ambición, prepotencia, proyección, inteligencia y estrategia los coloca exactamente del lado al que suponen pretenciosamente no pertenecer. Se perciben libres y soberanos, dueños y señores, supervivientes natos, inteligentes sobre el promedio pero en realidad están extraviados.
El sufrimiento que la pobreza implica tarde o temprano motiva la voluntad, solo es cuestión de tiempo para que, en unos cuantos, el conocimiento reditúe consciencia y con ello la búsqueda de libertad y la verdadera voluntad de poder.
Así la bondad humana como concepto y factor de evolución espiritual no existe, es un adoctrinamiento llamado compasión, cualquier persona con alguna discapacidad conoce el verdadero sentido de la compasión y no les es grato, mucho menos útil.
Aristóteles define la compasión como “un estado morboso y peligroso que conviene combatir de vez en cuando con una purga”.
Existe la empatía que es parte de la consciencia y lo que verdaderamente nos conduce al humanismo.
Por ello la importancia de la información relevante, los datos útiles, el sentido común, la apreciación de ello vuelto conocimiento. De esto, insisto, surge la voluntad, el conocer que se quiere.
Se creen en el lado iluminado de la luna pero desconocen la existencia de un lado oculto que brilla sin su presencia.
-Victor Roccas