A L F A O M E G A
JORGE HERRERA VALENZUELA
ALEGRE NOCHEBUENA, FELIZ NAVIDAD, CUÍDEMOS LA SALUD
Estamos en plena fiesta navideña. El jueves 16 principiaron las tradicionales “posadas”. Se rompieron las primeras piñatas. La noche del 23 terminarán las procesiones de los santos peregrinos y esperamos la celebración del nacimiento del Niño Jesús, la Nochebuena. Cena, abrazos, brindis y el recalentado la mañana de Navidad. En las iglesias se ofician las misas programadas.
Bueno, pero lo que desde hace muchos años esta temporada es de reuniones familiares, de desplazamiento hacia lugares de recreo, se suspenden parcialmente las actividades. Las vacaciones escolares y el regreso a las aulas en los primeros días de enero 2022. La tradicional costumbre de invitar a los vecinos para cantar los villancicos y pedir posada, se mantiene en muchos lugares del país, principalmente en los pueblos y rancherías.
Surgen algunas preguntas. ¿Cuándo y dónde comenzaron las posadas? ¿Qué debemos saber sobre el promotor? ¿Cuál es el significado de las piñatas y del palo con que se golpean?
BULA DEL PAPA SIXTO V
Las crónicas me remiten hasta el Siglo XVI. El Papa Sixto V, de origen serbio, recibió la petición de Fray Diego de Soria, para permitirle oficiar misas del día 16 al 24 de diciembre de 1587 y mediante la bula correspondiente el Papa otorgó la autorización.
El sacerdote agustino era el administrador del monasterio-convento de Acolman, “un pueblecito ubicado cerca del centro de la Nueva España”. Hoy es San Agustín Acolman, Estado de México. Es parte del recorrido de la Ciudad de México a las Pirámides de Teotihuacán. Esta edificada una iglesia, cuyo pórtico tiene características especiales del barroco y el plateresco. En la entrada del convento existió una figura del fraile golpeando una piñata de siete picos, lo que más adelante comentaré.
Es interesante saber qué es una bula papal. Es un documento sellado con plomo y si está autentificado con el sello papel, recibe el nombre de bula papal o bula pontificia. La denominación se aplica exclusivamente a los escritos de los Papas sobre algún asunto de importancia doctrinal o disciplinaria.
COMIENZAN LAS POSADAS
Jubiloso de tener el permiso papal, fray Diego de Soria ofició la primera “misa de aguinaldo” el miércoles 16 de diciembre de 1587, muy concurrida por españoles, criollos y los nativos, los indios de Acolman. La denominación de aguinaldo, seguramente fue porque al final de cada celebración se repartían regalos. De esto no encontré mayores referencias.
Por ese acontecimiento, posteriormente, se consideró declarar, Acolman, Cuna de la Navidad Mexicana, Surgieron las tradicionales posadas, llamadas así porque representan el peregrinaje de María y José, de Nazaret a Belén, donde tendría lugar el nacimiento del niño. La Virgen y el carpintero, que sería canonizado como santo, eran representados por dos distinguidas personas de Acolman.
El sacerdote agustino organizó de tal forma las festividades como las seguimos viviendo. La procesión era un recorrido en rededor del convento, los participantes llevaban una vela encendida y entonaban letanías, cánticos, finalizando en un punto donde se pedía posada, porque los peregrinos que acompañaban a los que serían los padres del Niño Jesús, querían descansar.
Los vecinos del lugar hacían la representación del nacimiento del Niño Jesús, la noche del 24 de diciembre, lo que conocemos como Nochebuena y el siguiente día se celebraba la Navidad. Se servía “una comilona” preparada en el mismo convento y eso fue llamado, por el fraile, como “un banquete”. La tradición se conserva hasta nuestros días, la cena de Nochebuena y los abrazos con la frase de ¡Feliz Navidad!
LAS PIÑATAS DE 7 PICOS
El romper la piñata es, desde siempre, parte del festejo católico.
No se ha precisado el origen de la piñata. Unos dicen que fue en España donde hubo las primeras, pero unos más creen es Asia.
Como sabemos la piñata es una olla de barro que es cubierta con papeles de colores, mismos que se pegan con “engrudo”. En el exterior y alrededor se colocan siete picos de cartón también forrados con colorido papel. Las personas elegidas para golpear a la piñata deben tener vendados los ojos, es decir “estar a ciegas”. Recibe un palo de madera, mientras la piñata colgada de un lazo es movida para evitar que la rompan.
Previamente la olla fue rellenada con frutas, dulces y regalos. En la actualidad es igual, aunque no faltan “los ingeniosos” que ponen cenizas, agua o dinero en las ollas, lo cual no es costumbre.
Comentaré sobre “los siete picos”. Se dicen que cada uno representa un pecado capital. ¿Cuál son? Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. Romper la piñata a ciegas, es la virtud de triunfar sobre las tentaciones y como recompensa es recoger las frutas y golosinas que caen de la destrozada olla.
Pues bien, nos señalan que al atacar a los siete pecados capitales, triunfan las siete virtudes, que son: castidad, templanza, generosidad, diligencia, paciencia, caridad y humildad. Están mencionadas en el orden respectivo a los pecados arriba enlistados.
LA TRADICIÓN SE PIERDE
Las posadas inicialmente solo se realizaron en las iglesias. La misa y en espacios exteriores, en el mismo atrio, se continuaban el festejo. La costumbre se extendió hasta convertirse en una tradición. Para el Siglo XIX cobraron carta de naturalización dentro y fuera de México. Contaron que en algunos lugares como en Zacatecas acostumbran hacer un asado de cerdo y siete sopas, las siete virtudes, a lo que llaman “reliquias zacatecanas”. Espero que me lo confirmen, porque no sabía de ello.
Pasados algunos años, la Iglesia Católica aceptó que en los hogares se organizaran y celebraran las posadas. De niño viví con mis tíos abuelos en Santa Ursula Xitla, atrás de la hoy zona restaurantera de Tlalpan. Participe en las posadas que se apegaban completamente a la tradición mexicana, desde la procesión, los rezos, romper la piñata y disfrutar un ponche calientito y un pan de dulce.
La costumbre o tradición se ha perdido. Desde la mitad del siglo pasado, solamente en las parroquias se mantiene la celebración incluyendo romper la piñata. En las rancherías sigue, pero en las ciudades son bailes y fiestas. Los infantes de hoy, niñas y niños, conocen la piñata, por las fiestas de cumpleaños; ahora representan a personajes de caricaturas.
jherrerav@live.com.mx