Yo Campesino / Sometimiento
- Los aranceles impuestos por Donald Trump forjarán nuevos bloques
Miguel A. Rocha Valencia
Todo indicaría que la guerra mundial arancelaria decretada por Donald Trump tiene por objeto someter a las economías más débiles y dependientes a los designios del gobierno estadunidense o al menos, de sus principales megaempresas.
Queda claro que con ello habrán de redefinirse nuevos bloques geopolíticos a partir del peso económico de los países y no ideológicos, prueba de lo anterior, es la fortaleza mostrada por Canadá y el bloque europeo, en tanto que China busca la definición de socios comerciales con quienes como México ha alcanzado cierto nivel de complementariedad.
Al menos eso fue lo que trascendió luego de la visita al Senado de Zhu Jian, encargado de negocios de la embajada China en México quien comentó al presidente de ese colegio legislativo, Gerardo Fernández Noroña la necesidad de que nuestro país muestre su solidaridad con los asiáticos.
Lo anterior obvio, en el marco de la aplicación del 34 por ciento de aranceles a las importaciones chinas a Estados Unidos, así como a la triangulación de cientos de productos hacia ese país vía México, incluyendo de la rama automotriz y electrónica.
Curioso, en décadas pasadas era Estados Unidos el país de donde nos llegaba la “fayuca” asiática y hoy parece que el fenómeno es al revés con lo cual queda claro que la invasión china no es de hoy sino desde hace muchos años a ambos lados de la frontera.
Y si a eso agregamos que la presidenta(a) de México ya empieza hablar de aranceles recíprocos, la batalla puede tomar forma, pues habla de que se está tomando una posición frente a lo que se viene, como sería la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El hecho de que en México ya esté cantada la recesión por la acumulación de dos trimestres negativos como lo plantea el Indicador Oportuno de la Actividad Económica con tres variaciones mensuales negativas, obliga al gobierno mexicano a actuar.
No olvidemos que en días pasados en Inegi reportó una baja en el consumo que constituye la línea defensiva de la economía y eso es para preocuparse más allá que la manufactura y construcción liguen meses de caída junto con el interés por invertir. Reflejo y consecuencia de lo anterior fue la disminución en la población ocupada hasta en 236 mil plazas.
Tal vez lo más grave es que contra toda lógica, el mayor pesimismo económico se está generando en Estados Unidos donde los dueños de empresas globales pierden muchos miles de millones de dólares tan sólo por el nerviosismo en los principales sindicadores bursátiles.
Eso y los factores domésticos hacen ver a los analistas como los de Black Rock que aquel país ya está en recesión, lo cual se refleja en México en un proceso que no inició el 20 de enero con la llegada de Trump, sino como resultado de un sexenio fallido que a cambio de comprar la presidencia dejó un país sumido en deudas, con escaso margen de maniobra y un gobierno comprometido con una herencia maldita que habremos de pagar todos, hasta los cuatroteros.
Todo es cuestión de tiempo, las facturas se van a empezar a cobrar, el tema es cuánto más se cotizará por el tema de los intereses pues la destrucción de instituciones es parte del daño y cuando la infraestructura social se daña, el costo es muy alto.
Llegó la hora de las definiciones y ya se habla en el mundo con el lenguaje de pagar con la misma moneda que por cierto y para que no se nos olvide, se acuñó en Estados Unidos y tiene la imagen del rubicundo Donald Trump.
Así que preparémonos, ya no hay más debate; China reclama “solidaridad” a México y nuestro gobierno habrá de definir su posición en el ámbito internacional pues, aunque n o se mueva, los daños van a golpear.