Por Aurelio Contreras Moreno
En la víspera del primer informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el ala más radical de sus aliados mostró las garras y dejó ver diáfanamente su intención por acabar con la pluralidad de ideas en México e imponer la dictadura del pensamiento único por decreto oficial.
Durante la reunión plenaria de la bancada del Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados, previa al inicio del primer periodo ordinario del segundo año de sesiones de la LXIV Legislatura, el diputado Óscar González Yáñez, con total desparpajo y desvergüenza, anunció que en la agenda de su grupo parlamentario se incluye la regulación de los medios de comunicación con fines de control político.
“Si nosotros no regulamos a los medios de comunicación, se van a convertir en el instrumento fundamental de la derecha en el 2021 y en el 2024. Solamente ganamos las elecciones, pero no hemos desmantelado los poderes fácticos, no los hemos regulado. Ahí nosotros tenemos una propuesta que haremos llegar”, dijo el diputado del PT, el único partido en México que lleva casi 30 años con el mismo dirigente nacional, Alberto Anaya Gutiérrez.
El “problema” fue que González Yáñez hizo esa infame confesión de parte cuando la plenaria petista aún estaba abierta a los medios de comunicación, lo que de inmediato causó alarma y malestar, al grado que su coordinador de bancada, Reginaldo Escobar, le pidió que no adelantara asuntos que todavía no eran públicos. Pero el tema ya había estallado.
La incontinencia verbal, aunada a una curiosa normalización de las prácticas autoritarias, llevó al diputado González Yáñez a ser todavía más explícito acerca de las intenciones de su partido, fiel aliado del lopezobradorismo, respecto de acallar a las voces críticas del gobierno en los medios de comunicación.
“Estamos buscando que los medios de comunicación estén total y absolutamente democratizados y que puedan informar a la población exactamente de todo lo que hace el gobierno, porque de alguna otra manera podemos correr el riesgo de que algún medio de comunicación pueda servir a algún interés particular y eso no le ayuda a la sociedad”, afirmó el petista en entrevista con el periodista José Cárdenas, quien lo cuestionó sobre lo que en los hechos sería una auténtica “ley mordaza”, por decir lo menos.
Cándido –o irremediable y brutalmente cínico-, González Yáñez dijo al aire que “lo que nosotros estamos buscando es que la información que le llegue a la sociedad sea totalmente sana (sic) de aquellas opiniones que buscan un interés particular, (…) que la información sea estrictamente apegada a la información que el gobierno ejerce. Y a partir de ahí, puede haber opiniones diversas. Lo que no queremos es que los medios de comunicación se conviertan en un instrumento de alguien en particular y no de la sociedad. (…) Se tienen que convertir en propagandistas de la información objetiva y real”, sostuvo el legislador, en cuya oficina de bancada penden fotografías, entre otros, del dictador y genocida chino Mao Tsé-tung.
No es para nada velada la intención del PT por impulsar una reforma legal que signifique la persecución de aquel periodista o medio que disienta o refute las versiones oficiosas del gobierno, que en más de una ocasión ha sido exhibido mintiendo descaradamente u ocultando información en apenas nueve meses del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, quien en ese mismo lapso no se ha preocupado tampoco por disimular su repulsa hacia la prensa que no lo adula, por los reporteros que lo cuestionan y los columnistas que lo critican.
El resultado de ese desdén presidencial por los medios libres han sido 15 reporteros asesinados en lo que va de la presente administración, de acuerdo con la Oficina en México del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin que eso, valga decir, le importe un carajo a la “4T”.
Tras el acto de “brutal honestidad” de González Yáñez, en la cuenta de Twitter de la Secretaría de Gobernación se publicó que “no es intención del @GobiernoMX limitar en forma alguna la libertad de expresión que se ejerce en los medios de comunicación. Lo expresado por el diputado @OscarGonzalezYa del PT es su posición legislativa”. Igual que fue “posición legislativa” del PAN en Baja California votar en favor de la inconstitucional ampliación de mandato del ¡qué coincidencia! morenista gobernador electo Jaime Bonilla.
“¿A poco la prensa no aplaude?”, exigió López Obrador a los reporteros asistentes a su conferencia mañanera de este martes -tras transar con Carlos Slim la nueva unión del poder político con el económico-, mostrando una vez más cuánto goza de humillar a quienes desprecia, por más lamesuelas y abyectos que algunos de ellos se propongan ser.
Ahora quiere que los aplausos sean permanentes. Con garrote en mano.
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