Ahora que se revisa por las autoridades del gobierno del Distrito Federal el programa “Hoy no circula” tras 24 años de haberse puesto en marcha, habrá que apuntar que como en otras áreas los proyectos y normas puestas en marcha, en una gran mayoría de las ocasiones no prosperan en positivo porque no se ejecutan con visión global.
El “Hoy no circula”, tras casi cumplir su primer cuarto de siglo, no sólo fue carente de una revisión histórica de la ciudad y de su propia proyección, sino que también estuvo salpicado de negocios y corruptelas que muy pronto salieron a la luz.
Es cierto que el nivel de contaminantes que se respiran en el Valle de Mèxico han enfermado a miles de capitalinos, incluso a otros los ha llevado a la muerte. De ahí la urgencia de que no sólo la iniciativa privada y las administraciones locales del Distrito Federal y del Estado de Mèxico, abonaran en la reducción de emisiones contaminantes, sino también, los particulares quienes utilizamos un vehículo, por lo que se nos marco la restricción a cada conductor un día de tránsito por la ciudad a menos claro, que el vehículo contara con el ya ahora olvidado convertidor catalítico.
Pero justo en este aditamento capaz –nos dijeron–, de reducir las emisiones contaminantes de los combustibles, fue que apareció el primer gran negocio al amparo de las administraciones de la ahora llamada Zona Metropolitana de la Ciudad de Mèxico (ZMCM), pues un porcentaje importante de conductores antes de dejar de circular, optó por comprar un segundo o hasta tercer auto familiar en las agencias automotrices pues eran los únicos lugares en donde el convertidor catalítico tenía como accesorio un auto nuevo.
El parque vehicular así, creció de forma descomunal y ni la reducción de emisiones contaminantes, ni el problema del caótico tránsito vehicular se resolvió.
Ahora pasamos a los segundos pisos y un plan incierto en el futuro de la infraestructura vehicular.
El caso de los ciclistas circulando en la ciudad como opción de movilidad en el Distrito Federal entra a las categorías de los programas al “ahí se va”, pues pese a que existen cursos para aprender a manejar estos vehículos y las normas de circulación a observar no se plantean como un requisito para conducirlas, lo cual es claro, no debe entrar en el rubro de opción.
Hay quienes incluso acompañando al propio Marcelo Ebrard de su casa a su oficina en Palacio Nacional, se subían a la bicicleta con una buena oración pero sin conocimientos de operación del vehículo que montaban.
Ahora nos avisan a modo de introducción que para reducir contaminantes y caos vial, no habrá de otra sino restar vehículos al tránsito diario. Esperemos entonces otro capìtulo del “ahì se va” al estilo capitalino.
Acta Divina… Tanya Müller, secretaria de Media Ambiente del Distrito Federal, advirtió que la actualización del programa “Hoy no Circula”, contempla reducir el parque vehicular en circulación.
Para advertir… Con cerrar negocios con giro de divertimento no se combate de raíz a quienes nos tienen secuestrados hasta el pensamiento y el accionar.
actapublica@gmail.com