MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Usted le cree al doctor Hugo López-Gatell o es de los que lo cuestionan y pone de mal humor? ¡Caray!
Ya lo decía el doctor López-Gatell desde el martes 11 de febrero último, es decir cuando la prensa amarillista, sí, ésa que como usted nomás publica su versión escandalosa y no el color de la versión oficial de la 4T que es honesta y combate a la corrupción, pulcra prístina.
“No se necesita tener hospitales designados, esto es importante también. Hay mucha mitología en lo que hemos escuchado en la prensa internacional, de que se necesitan construir hospitales especiales o tener centros exclusivamente para el coronavirus. No”, eso dijo el doctor Hugo el 11 de febrero.
Y creo que a usted no le quedó suficientemente claro que, ese martes 11 de febrero, el epidemiólogo subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, que más parece secretario de Salud y el doctor Jorge Alcocer Varela su segundo de a bordo, puntualizó:
“(…) el coronavirus, igual que ocurre con la influenza, igual que ocurre con más de 180 virus respiratorios que existen en el mundo y en el país desde hace mucho tiempo, no hay necesidad de hacer un diagnóstico para el uso clínico; es decir, de nada le sirve a un paciente saber que tiene coronavirus o al médico saber que está tratando una persona con coronavirus porque no existe en el mundo entero para todos estos virus tratamientos específicos”.
Bueno, bueno, si hoy el doctor Hugo tiene otra opinión, abismalmente contraria, pues dele el beneficio de la duda. Total, el canijo Covid-19 sólo ha matado a más de cien mil personas. No sea usted amarillista ni escandaloso y no ande por ahí de chismosito dejando mal parado al subse. Y menos, ¡ni Dios lo quiera!, se atreva a dudar de la palabra del licenciado Andrés Manuel.
Mire usted, disculpe, pero que le quede clarito lo que ese canijo martes 11 de febrero dijo el subse López-Gatell del licenciado López Obrador:
“(…) Entonces, estaremos informando. Como dice el presidente, y a mí que me tocó vivir desde el ámbito técnico la pandemia de influenza 2009, les puedo decir es una gran fortuna tener un líder nacional, un presidente, que respeta el ámbito técnico; y que no sólo respeta, sino estimula la transparencia y la veracidad, la mesura en hablar con base en los datos técnicos, porque entonces la información pública la vamos a hacer del conocimiento en tiempo real, como la hemos estado haciendo desde el inicio y siempre hablando con la verdad”.
Bueno, bueno, 17 días después, el 28 de febrero, la Secretaría de Salud recomendó no abrazarse ni saludarse de beso en la mejilla, pero el licenciado presidente hizo como que la virgen le hablaba y hasta presumió una foto en la que le da beso y mordida a rubicunda niña, en una de esas dizque giras de trabajo que se negó a suspender.
¿Y todo por qué? A poco no se acuerda que incluso el licenciado Andrés Manuel aseguró, sí, aseguró ese día frente a la inminente llegada del Covid-19 a México:
“(…) estamos actuando con mucha responsabilidad, que no vamos a cometer el error que se cometió en el gobierno (de Felipe Calderón)… ¿Se acuerdan que nos pusieron a todos (en cuarentena)…? No podíamos hablar y, bueno, eso no. Y, afortunadamente, repito, no tenemos problema. La fortaleza del virus o lo peligroso que es, está demostrado que no va a acorde con todo lo que se ha manejado mundialmente”.
Y el domingo 22 de marzo, en un comedero en el estado de Oaxaca, franco como es, porque su pecho no es bodega, convocó.
“Todavía estamos en la primera fase (de la pandemia). Yo les voy a decir cuándo no salgan. Pero si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer, a las fondas, porque eso es fortalecer la economía familiar, popular. No hacemos nada bueno, no ayudamos su nos paralizamos sin ton ni son, de manera exagerada. Vamos a seguir haciendo la vida normal, y el presidente les va a decir cuándo hay que guardarnos”.
¿Hoy es harto diferente el mensaje presidencial? También dele el beneficio de la duda; total, es el señorpresidente y, bueno, es honesto, no miente, no roba…
¡Ah!, pero la canija prensa amarillista, la que está al servicio de los conservadores y neoliberales, la misma que está encabronada porque le quitaron privilegios y se dedica a informar, incluso en espacios que nada tienen de fifí, de lo que ocurre en el país fue desmentida, en aquella conferencia mañanera del martes 11 de febrero, por el ínclito doctor López-Gatell, quien, retomo, les restregó:
“No se necesita tener hospitales designados, esto es importante también. Hay mucha mitología en lo que hemos escuchado en la prensa internacional, de que se necesitan construir hospitales especiales o tener centros exclusivamente para el coronavirus. No”.
¿Usted es periodista neoliberal? ¿Opina con espíritu conservador? ¿Colabora en alguno de esos inmundos pasquines que le amargan la mañana al inquilino de Palacio? ¡Caray!
Sin duda, usted aplaude a los de FRENAAA y simpatiza con los integrantes del G10, sí estos diez gobernadores que son tercos y quieren que les entreguen completas las participaciones federales y solicitan al licenciado que los escuche, que no se mala onda y, bueno, que haga algo para recuperar el presupuesto recordado.
Respóndame, respóndame. Sí, usted, usted que, aunque no asiste a las mañaneras pero sigue puntualmente las declaraciones del dúo López, es decir, del licenciado López Obrador y el epidemiólogo López-Gatell, ¿qué gana con informar que cada día crece el número de muertos por Covid? ¡Caray!, no le basta con saber que, entre febrero y este mes de noviembre, han muerto más de cien mil ciudadanos en la república mexicana.
¿Por qué privilegia usted el número de muertos y no el de recuperados? ¿Por qué no hace mutis frente al número de contagiados que supera al millón?
Mire usted: el licenciado y el doctor son dos mexicanos que todos, todos los días despiertan con ánimo renovado de hacer su trabajo, pero la presión de neoliberales y conservadores –sí, sí, como usted que vivió aquellos años de vino y rosas, privilegiado por el oropel—los desvía de su patriota responsabilidad.
¿Engañan a los ciudadanos?
No cabe duda que usted, sí, usted que lee este mamotreto, nomás piensa en oscuro cuando el panorama es, digamos, color Morena porque, ya se dio cuenta que el licenciado que vive en el Palacio Nacional y usa sillas centenarias de alto valor histórico como banquito para arreglar las cortinas, cuestionó a los gobiernos pasados por usar como color institucional al de sus partidazos.
No le basta con la declaración del licenciado presidente que, el pasado fin de semana, en Texcoco, dijo a los que le critican:
“Le hicimos caso al doctor (Jorge) Alcocer, al doctor Hugo López-Gatell y ellos llevaron a cabo la conducción de toda la estrategia para enfrentar el COVID.
“Y lo primero que nos recomendaron fue que se procurara convencer a la gente para que no saliera, que nos cuidáramos, que se evitara el contagio repentino, pronto, masivo, para que no se enfermaran muchas personas y no tuviésemos posibilidad de atenderlos, porque lo cierto es que había sólo tres mil camas en todo el país con equipo y sólo 800 especialistas para atender COVID.
“Por eso fue muy importante que en la primera etapa se aplanara la curva, que no creciera tanto el contagio. Esto nos permitió contar con tiempo para reconvertir hospitales, para comprar equipos, para capacitar a médicos”, sostuvo el licenciado Andrés Manuel.
¡Ah!, ¿cambió con lo dicho el 11 de febrero? Es el señorpresidente, entiéndalo; es humano y, qué caray, también puede cambiar de opinión, aunque el yerro incluya perjuicio a la salud de los mexicanos y la pérdida de más de cien mil vidas.
Total, ese día, el casi olvidado 11 de febrero, en la mañanera, el doctor Hugo López-Gatell sostuvo que “el coronavirus nuevo 2019, como lo hemos dicho desde el inicio y sigue siendo vigente esta realidad, se comporta como una enfermedad respiratoria de moderada a baja gravedad. Es más leve que la influenza estacional, seguimos en la temporada de influenza, se va a acabar en el hemisferio norte hasta marzo o abril.
“El coronavirus nuevo ha cobrado mucha notoriedad porque es una enfermedad emergente, pero la proporción de grave es la proporción de muertes son semejantes o incluso menores a la influenza, no se necesitan hospitales especializados”.
Por eso el subse anda encanijado con la prensa. Lo dijo hace unos días y acusó: “Los medios han convertido las noticias en un mecanismo de confrontación política pareciera el atractivo de publicidad de un hecho tan dramático y poco respetuoso para las personas que han muerto”. ¡Sopas!
Bueno, como usted se habrá dado cuanta, hasta clases de periodismo da y recomendó que ojalá los medios de comunicación, prensa escrita, medios digitales, radio y televisión replicaran y expandieran la transparencia porque el propósito del gobierno no es cumplir con un requisito, pero lo consideramos indispensable de decir las cosas de forma abierta y verazmente.
Pero qué le vamos a hacer con estos reporteros, periodistas conservadores y neoliberales — ¿acaso también lo seré, señor?—que dudan de la palabra honesta, valiente, incorruptible y casi santa del inquilino de los Piños, quien por cierto dispuso desde el púlpito:
“Y la recomendación a todos los servidores públicos es que se le dé un buen trato a los ciudadanos, que son nuestros amos, el único amo que tenemos es el pueblo de México y debemos de servirle con entrega total y lo estamos haciendo”. ¿Amos lo que se dice amos?
¿Y qué si hay más de un millón de contagiados de Covid-19 y más de 100 mil personas han muerto por la enfermedad? No sea amarillista ni escandalosito. Conste.
sanchezlimon@gmail.com
www.entresemana.mx
@msanchezlimon