Por Abraham Gorostieta
Ciudad de México. (Índice Político).- El 80% de las reclusas en México son madres, en su mayoría jóvenes. De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Seguridad Publica, en México, en 2018 había 10,594 mujeres en reclusión.
Datos de la Fundación Reinserta, dicen que el 88 por ciento de las mujeres que se encuentran reclusas en los penales del país son madres de familia y al menos 800 niños mayores de tres años de edad viven con ellas a pesar de que la Ley Nacional de Ejecución Penal lo prohíbe.
México cuenta con 353 cárceles en el país, de las cuales hay mujeres en 181 de ellas; de la población de mujeres que hay, muchas de ellas han tenido hijos estando presas, lo cuales viven con ellas.
No hay datos certeros de cuántos menores habitan en las prisiones del país, pues el número se mueve según los ingresos y egresos de las madres reclusas, sin embargo la fundación Inserta estima que hay al rededor de 800 niños viviendo en reclusión junto con sus madres.
Son niños que nunca han ido a un parque, al zoológico, que no tienen amigos, que no han salido a la calle porque viven recluidos con sus madres.
La Ley de Ejecución Penal en materia de maternidad establece que “los menores solo pueden permanecer con su madre reclusa hasta los tres años de edad”, pero una investigación de Reinserta ha podido documentar que existen hasta adolescentes viviendo con sus madres en reclusión.
La Ley de los Derechos de los Niños en México establece que deben de contar con un entorno sano para lograr su desarrollo y bienestar integral, además de tener una alimentación adecuada, educación inicial, vestimenta, atención pediátrica.
De las 10,594 mujeres en reclusión, 1,269 se encuentran en el Centro Femenil de Readaptación Social (Cefereso) de Santa Martha Acatitla. Una investigación de la antropóloga Mayra Elizabeth Aguilar Enríquez afirma que en este lugar, las reclusas son más visitadas por sus madres (con 56%) que por sus hijos (6.6%).
Este estudio afirma que son las madres las que más visitan a las mujeres en reclusión, y los hijos varones los que menos.
Las mujeres en reclusión tambien se enfrentan a que tiene que generar dinero para cuidar a sus hijos. El Gobierno no tiene una estrategia para este problema, esto termina en empleos muy mal pagados dentro de la cárcel.
Sin embargo, los niños que nacen y viven en prisión junto a sus madres recluidas tienen una condición especial, la norma que les permite quedarse hasta los casi seis años es una solución, también hay un CENDI dentro de cada cárcel y algunas mujeres funcionan como cuidadoras y defensoras de los niños. También existen programas que abordan aspectos psicoafectivos, artísticos, pedagógicos y jurídicos.
La Fundación Reinserta tiene la siguiente tabla:
DE 0 A 2 AÑOS. Las mujeres que quedan embarazadas durante su condena en prisión, tienen el derecho de vivir con sus hijos hasta que cumplen los 6 años. Durante ese tiempo los niños crecen al cobijo de su madre, pero en un entorno poco favorable para su desarrollo físico y emocional. Violencia, estrés e inseguridad es el ambiente común de la prisión.
DE 2 A 3 AÑOS. Es difícil ver a estos niños y niñas socializando con otros niños. La mayoría del tiempo tienen que pasarlo al lado de sus madres. De vez en cuando algunos de ellos salen por el fin de semana para visitar a sus familiares, luego regresan con su madre a prisión. Otros nunca han tenido la posibilidad de salir.
DE 3 A 4 AÑOS. Aunque ningún niño que viva en la cárcel puede ser tocado o registrado por los guardias, existen otras actividades que ponen en riesgo su integridad, por ejemplo, deben permanecer con su madre todo el tiempo, incluyendo los días de visitas conyugales.
A LOS 5 AÑOS. Después de que la cárcel ha sido el hogar de los niños invisibles, cuando cumplen 5 años y 11 meses, deben enfrentarse a una nueva realidad, abandonar la prisión y a su madre.