Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
Hay, a lomo de la frontera México-Estados Unidos, un espectáculo doloroso e indignante a la vez.
Las pantallas de televisión y las redes sociales abruman a los mexicanos con las irritantes y desgarradoras escenas en las que aparecen agentes de diversas dependencias del gobierno de Trump humillando a padres e hijos de migrantes.
Medios, legisladores, militantes de movimientos civiles estadunidenses condenan esos atentados contra los Derechos Humanos.
¿Qué importan “daños colaterales” sin general divisas?
En México, la Cancillería se desgarra las vestiduras y finge solidaridad con las víctimas connacionales. En otros escenarios domésticos, sin embargo, se celebra que, en mayo pasado, las remesas enviadas por nuestros transterrados lograron otro “máximo histórico”: Tres mil 90 millones de dólares.
Eventualmente, en 2018, el total de las remesas podría romper la barrera de los 25 mil millones de dólares, superando los ingresos de divisas generados por el petróleo y el turismo.
Los emigrados siguen en la indefensión en los Estados Unidos: Aquí, dependencias gubernamentales buscan ideas para que las familias receptoras de las remesas “no las dilapiden” y las inviertan en proyectos productivos.
Eso no está del todo mal. Pero… por ahí ronda la iniciativa de que los trabajadores expatriados se convenzan de que una “buena opción” sería gestionar desde las plazas donde laboran su incorporación a las corporaciones privadas que aquí gestionan fondos para el retiro.
Menuda propuesta, cuando se sabe que, cuando cobren su primera pensión, los ahorradores apenas alcanzarán un 30 por ciento del último salario devengado.
Peor aún, la Comisión Nacional de Fondos para el Retiro informa que esos ahorros sufrieron una minusvalía en las últimas semanas de la primavera.
¡Aguas! ahí viene otra reforma al sistema pensionario
Para colmo, apenas hace unas horas se anunció una reforma más al sistema de pensiones al arrancar el próximo gobierno. Las administradoras y operadoras de inversiones reaccionaron de inmediato, exigiendo que esa reforma, incluya un incremento en las cuotas de aportación para dejarlas entre 12 y 15 por ciento desde un piso de seis por ciento, y la obligatoriedad del ahorro “voluntario”.
Si tal exigencia se cumpliera, vale recordar la conseja inglesa: Mal inicia la semana de quien ahorcan en lunes. Es el neoliberalismo.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.