CIUDAD DE MÉXICO.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) insiste en que la pandemia, Inflación, pobreza e Inseguridad son factores que no permiten crear, aumentar y/o actualizar Impuestos. Se les hace un llamado a los Diputados de congresos locales y nacionales a honrar la palabra del presidente.
“Sres. Diputados, este es el caldo de cultivo de la realidad nacional que nos toca sobrevivir. Debemos señalar puntualmente que los programas sociales de apoyo por la pandemia y políticas publicas instrumentadas por los distintos niveles de gobierno para paliar los efectos negativos de esta emergencia sanitaria resultaron insuficientes, no tuvieron impacto y no lograron su cometido” comenta Cuauhtémoc Rivera, Presidente de la ANPEC.
Por lo anterior se exige talento legislativo para apoyar el pequeño comercio y lograr reactivar el mercado de lo local, el mercado interno.
Aquí nuestras propuestas:
a) No crear, aumentar ni actualizar impuestos.
b) Fondo Nacional crediticio revolvente.
c) Tarifas diferenciadas en el pago de servicios e impuestos.
d) Garantizar el libre comercio con prevención, no más prohibiciones ni restricciones comerciales.
e) Un programa que garantice la seguridad carretera y posibilite un suministro y abasto sin contratiempos.
f) Aumentar el poder adquisitivo de los consumidores para que les alcance para más de 8 kilos de tortillas.
g) Programa de vacunación para los pequeños comerciantes por ser una actividad esencial de máxima proximidad.
h) Apoyos a las mujeres emprendedoras del pequeño comercio (guarderías, becas, servicio médico para ellas y sus críos, bolsa de trabajo, tarifas preferenciales para el transporte).
C. Diputados demandamos programas sociales y políticas públicas de apoyo al pequeño comercio, que realmente bajen y sean efectivos; deben responder a sus electores, dar la cara por ellos y, de entrada, “honrar la palabra y compromiso del Presidente de no crear, aumentar y/o actualizar impuestos”.
Para lo anterior, ANPEC analiza, a continuación, el contexto de la realidad del país, argumentando las razones por las cuales está en contra del aumento de impuestos:
Pandemia.
La población más vulnerable es la que está pagando los platos rotos de esta crisis sanitaria; el 30% del canal de abasto tradicional, de máxima proximidad, conformado por 1 millón 200 mil puntos de venta tuvo que bajar sus cortinas por quiebra; 300 mil pequeños comercios cerraron sus puertas por la pandemia y en el marco de la reactivación titilante solo han vuelto a abrir 150 mil negocios con otros giros y con un menor margen de utilidad.
El pequeño comercio garantiza el abasto a más del 52% de la población; da manutención a 5 millones de personas; en muchos casos opera aún como una banca social de apoyo al ofrecer la oportunidad a sus clientes de consumir y pagar después. En la pandemia el pequeño comercio fue declarado actividad esencial, por lo que no dio la espalda a la comunidad, como nunca lo ha hecho.
“El mercado de lo local, de máxima proximidad detona la economía de las comunidades rurales, suburbanas, urbanas y periféricas; es una diáspora que entreteje el mercado interno mexicano; sin embargo, es importante recordar que las prohibiciones comerciales, encarecimiento de los servicios públicos (gasolina, diésel, gas, luz) y los crecientes índices de inseguridad son verdaderas barreras comerciales que terminan encareciendo los productos esenciales, empobreciendo el consumo popular, provocando una crisis alimentaria”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
La inflación.
No subyacente del país, desde antes del Covid, ha ido al alza, promediando un 11%, porcentaje muy distante del programado. Los precios de los productos de la canasta básica se han encarecido en promedio un 15% respecto al año anterior (febrero 5.5%; marzo 10.73%; abril 19.30%; mayo 15.97%; junio 12.45%; julio 10.67%).
Inseguridad.
Ha convertido a muchas localidades del país en pueblos sin ley, donde la extorsión (cobro de piso) es el pan de cada día; la coacción es ley por la que se rige la comercialización de lo ilícito. Cada vez son más los asaltos a mano armada, al igual que el robo de vehículos con lujo de violencia; se han incrementado los secuestros exprés y las desapariciones. Todo esto genera un clima de zozobra que no permite trabajar y ganarse la vida decentemente.
La Encuesta Nacional De Seguridad Pública Urbana realizada de marzo del 2021 nos dice que un 66.4% de la población mayores de edad considera que vivir en su ciudad es inseguro; 71% de las mujeres perciben inseguridad en su entorno, 60.9 % de los hombres sufren igual suerte. Las ciudades con mayor inseguridad son: Fresnillo, Ecatepec de Morelos, Cuernavaca, Gustavo A. Madero, Uruapan, Guadalajara, Cancún, Coatzacoalcos, Naucalpan y Tonalá. 78.4% de la población siente inseguridad al ir a un cajero automático, 71.2% en el transporte público, 63.4% al ir a un banco y 59.2% al transitar por la vía pública.
La percepción de inseguridad de los mexicanos aumentó al 66.4% este 2021; 34,681 víctimas de asesinato en 2019 y 34,554 en 2020, cifras que convierten a estos años en los más violentos.
“En las pandemia las bandas delincuenciales han hecho su agosto, son los ganones, ellos ganan en la tierra de nadie, como ocurre en muchos Estados: Baja California Sur y Norte; Sinaloa; Sonora; Chihuahua; la Rivereña fronteriza Tamaulipeca; cabeceras rurales Zacatecanas; el Bajío Guanajuatense, Potosino y Queretano; el occidente Jalisciense, Nayarita y Colimense, que viven en desasosiego por el trasiego de estupefacientes. Los índices delictivos crecientes en la mayoría de las alcaldías de CDMX decantan la fotografía de violencia e inseguridad que se vive en muchos lares del país”, subrayó Rivera.
La pobreza.
La pandemia ha provocado 4 millones de nuevos pobres en el país; de éstos 2.1 millones viven en extrema pobreza; las entidades que más se han empobrecido son: Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla; en las que se ha incrementado la pobreza extrema son Quintana Roo, Tlaxcala y Yucatán; 10.8 millones de personas viven ahora en la pobreza extrema, una factura pendiente de la sociedad mexicana. 43.9% de la poblacion en México es pobre, pero la situacion se agrava en niños y niñas menores de 6 años.
A más del 64% de la poblacion no le alcanza para comprar los productos de la canasta básica. La escalada inflacionaria ha provocado que los consumidores cancelen consumos de alimentos esenciales, abaraten la calidad de muchos de los productos que adquieren y padezcan hambre. La inflación ha provocado un empobrecimiento alimentario que ha puesto en jaque la salud de las familias mexicanas en el peor de los momentos. Incertidumbre y desesperación es lo que vive la población del esfuerzo al no poder recuperar sus empleos y los ingresos perdidos por la pandemia; tienen temor de enfermarse, sabedores de lo que cuesta atender un enfermo de Covid. Ahora, suman una nueva incertidumbre a sus vidas, la disyuntiva de mandar o no a sus hijos a la escuela. Cada vez se torna más asfixiante su realidad.
Por último, C. Diputados, saben que el horno no está para bollos, sería una desgracia que no apoyen al pequeño comercio, al consumo de lo local, ya que esto provocaría un colapso de graves consecuencias sociales y equivaldría a traicionar a quienes votaron por ustedes y los llevaron al escaño que detentan.
AM.MX/fm
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