Por: José Alberto Sánchez Nava
“Un país que siembra clientelismo y cosecha dependencia, solo puede vender su dignidad en el mercado de las amenazas extranjeras.”
1.- Introducción
La instauración de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas por parte de Donald Trump llega en el momento más vulnerable para México en décadas: un país fracturado por el nulo crecimiento económico del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), una crisis alimentaria agudizada por el abandono histórico al campo y una clase política que, lejos de blindar al Estado contra el narcopoder, parece perpetuarlo. Este no es solo un conflicto comercial, sino el punto de quiebre de un proyecto nacional fallido, donde la retórica soberanista choca con la realidad de un país dependiente, endeudado y secuestrado por sus propias contradicciones.
2.- El legado de AMLO: Estancamiento Económico y Populismo Agrario
El sexenio de López Obrador cerró con un crecimiento económico promedio anual de apenas 0.9%, el más bajo desde la década de 1930, según datos del INEGI. Mientras el mundo se recuperaba postpandemia, México se estancó en la mediocridad: inversión privada ahogada por la incertidumbre, megaproyectos faraónicos sin viabilidad —como el Tren Maya o Dos Bocas—, y un gasto público clientelar que priorizó programas sociales sobre infraestructura productiva.
El campo mexicano, históricamente marginado, fue víctima de un doble juego. Por un lado, se desmantelaron apoyos a la agricultura comercial bajo la excusa de combatir el «neoliberalismo»; por otro, se impulsó Sembrando Vida, un programa que, lejos de garantizar soberanía alimentaria, se convirtió en un mecanismo de control político. Con un presupuesto de más de 30 mil millones de pesos anuales, este esquema reparte subsidios a cambio de lealtades, promoviendo cultivos de subsistencia —como maíz o frijol— en tierras no aptas, sin tecnología ni acceso a mercados. El resultado: México importa hoy el 45% de su maíz y el 70% de su arroz, según la SADER, mientras pequeños productores abandonan sus parcelas por migrar o engrosar las filas del crimen organizado.
3.-Dependencia Alimentaria: La Trampa de los Aranceles Recíprocos
La vulnerabilidad de México se expone crudamente ante la posibilidad de imponer aranceles a Estados Unidos como represalia. Trump lo sabe: el país no puede darse el lujo de gravar insumos estratégicos como harina de maíz, trigo o incluso gasolinas, porque carece de capacidad productiva para sustituirlos. La llamada «soberanía alimentaria» prometida por AMLO fue un espejismo:
- Maíz: Aunque México es cuna de este grano, importa 18 millones de toneladas anuales de maíz amarillo —transgénico y barato— desde EU para alimentar ganado y producir tortillas industriales.
- Trigo: La harina de trigo estadounidense abastece al 60% de la industria panificadora nacional.
- Gasolina: PEMEX, en quiebra técnica, depende de las importaciones para cubrir el 70% de su demanda.
Ante este panorama, cualquier medida retaliatoria, es decir, imponer aranceles al maíz, al trigo o a las gasolinas, como reacción a los aranceles impuestas por Trump a nuestras exportaciones, sería un suicidio económico. México no tiene margen para replicar: su dependencia lo obliga a aceptar un dilema perverso: someterse a los aranceles de Trump o disparar el costo de la canasta básica, lo que generaría hambre y malestar social.
4.-Sheinbaum y el Mitin del Zócalo: ¿Resistir al Imperio o Blindar a la Narcopolítica?
En este contexto, la convocatoria de la presidenta Claudia Sheinbaum a un mitin de «resistencia» en el Zócalo el 9 de marzo no solo parece ingenua, sino cómplice. La pregunta que la sociedad exige responder es: ¿qué se defiende realmente?
- ¿A la economía nacional? Imposible, cuando el gobierno no tiene un plan para reindustrializar al país, modernizar el campo o reducir la dependencia comercial.
- ¿A la soberanía? Una ironía, cuando el Estado ha permitido que cárteles controlen regiones enteras y que funcionarios y exfuncionarios electos o no, operen como capos.
- ¿A los políticos acusados de narcocolusión? Aquí yace el meollo: el mitin podría ser una cortina de humo para evitar que el debate se enfoque en los vínculos de la clase política con el crimen, precisamente la acusación central de Trump.
México no necesita actos masivos de resistencia simbólica, sino una purga institucional. Mientras el gobierno no enfrente a los «narcogobernantes» —sea exmandatario, gobernadores en funciones o legisladores—, cualquier discurso antiimperialista será percibido como hipocresía.
5.-La Narcopolítica: El Elefante en la Habitación
Trump no inventó la colusión entre el Estado mexicano y el crimen organizado; solo la instrumentaliza. Basta recordar:
- Que 12 gobernadores actuales y diversos actores políticos así como funcionarios en los tres niveles de gobierno son investigados por lavado y financiamiento con recursos de procedencia ilícita para actividades en materia electoral y diversos destinos de esos recursos, según organizaciones civiles.
El envío de 29 presuntos criminales a EU, sin extradición formal, fue un acto de sumisión que no resolvió el problema de fondo: la estructura institucional que permite al narco corromper al Estado. Mientras México no limpie sus propias cloacas, seguirá siendo chantajeado por Washington.
6.-Conclusión: Entre el Realismo y la Dignidad
México está atrapado entre dos fuegos: la coerción económica de Trump y la incapacidad interna para cortar los hilos del narcopoder. Para navegar esta tormenta, Sheinbaum debe elegir:
- Reconocer la crisis alimentaria: Revertir el abandono al campo con tecnología, no con clientelismo.
- Auditoría internacional contra la narcopolítica: Permitir que organismos externos investiguen a funcionarios, como se hizo con la CICIG en Guatemala.
- Replantear el T-MEC: Negociar con EU desde una agenda clara, no desde la improvisación.
La resistencia no se construye en un mitin, sino con instituciones fuertes, transparencia y una economía que priorice la productividad sobre el populismo. Si el gobierno insiste en defender a una clase política corrupta, el mitin del Zócalo no será recordado como un grito de soberanía, sino como el epitafio de un país que perdió su rumbo.