México registra récord de 74 mil 764 solicitudes de refugio en el primer semestre de este año, pero desde 2019, el gobierno sólo ha aprobado dos asilos de Palestina, de 21 solicitudes, y dos a Israel, de 16. El resto están pendientes o rechazadas.
Al conocer este sorprendente dato revelado por Los Ángeles Press (haciendo honor a su lema: “las noticias que no se ven en tu país”), revisé las estadísticas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y, en efecto, México ha dado refugio a solicitantes de 110 países de origen, convirtiendose en el tercer país a nivel mundial con más peticiones de este tipo, después de Estados Unidos y Alemania, pero sólo a dado refugio a cuatro personas efectadas por el conflicto palestino israelí.
El gobierno de México, indica Los Ángeles Press, ha enfrentado críticas en relación a su respuesta a las solicitudes de refugio presentadas por personas provenientes de Palestina e Israel. Según datos de la Comar, alrededor del 90 por ciento de estas solicitudes han quedado sin respuesta o han sido denegadas.
Se dice que México ha sido un país de acogida, receptor de población extranjera solicitante de protección humanitaria, pero en el caso de Israel y Palestina ha mostrado una postura neutral, navegando “entre dos aguas”, ante las tensiones que existen en esta región de Oriente Medio.
De algún modo, la relación entre México y ambos países es “un poco ambiagua”, dijo Zidane Zaraoui Awad, doctor en Ciencias Políticas por la UNAM, entrevistado por Ángelica Ferrer de la agencia Sputnik. Por un lado, indicó el académico, “el país condena las acciones de Israel y la ocupación de Palestina.
Pero, por otro, Israel ha sido, durante mucho tiempo, el principal socio comercial de México en Oriente Medio”.
Uno de los pilares de la política exterior mexicana es la doctrina Estrada, que plantea el principio de no intervención y derecho de autodeterminación de los pueblos. Doctrina a la que hizo referencia el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia del 9 de octubre, lo que motivó una fuerte reacción de la embajada de Israel en México que señaló que la neutralidad implicaría, en última instancia, respaldar el terrorismo.
Ante esto, la canciller Alicia Bárcena, pidió que terminen los “ataques indiscriminados” tanto del grupo palestino Hamás como del Ejército de Israel en el conflicto en la Franja de Gaza. “Seamos claros – puntualizó – México aboga por la paz, el diálogo y la protección de civiles sin matices”.
La diáspora palestina se inició con la guerra árabe – israelí de 1948, tras la fundación del Estado de Israel, continuó con la Guerra de los Seis Días de 1967, y siguiendo esta historia de refugiados, en el reciente conflicto bélico, desencadenado por el ataque terrorista de Hamás a Israel el 7 de ocyubre, los desplazados dentro de la franja de Gaza han superado los 338 mil, según datos de la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas.
Chile tiene la comunidad palestina más grande fuera del mundo árabe, con cerca de 700 mil ciudadanos de origen palestino; en Estados Unidos hay 85 mil que en su mayoría llegaron tras la Guerra de los Seis Días y, de acuerdo a Wikipedia, la diáspora palestina es especialmente representativa en algunos países de Centroamérica, por ejemplo, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es de ascendencia palestina y en lo que se refiere a México, menciona al escritor Gabriel Zaid.
En efecto, México ha tratado de mantener una posición imparcial desde la Asamblea de la ONU para la Partición de Palestina, en 1947, ya que fue uno de los diez países que se abstuvieron de votar, aunque reconoció al Estado de Israel en 1950; poco después se establecieron relaciones diplomáticas y en 1959 se abrió la embajada de México en Tel Aviv.
Sin embargo, no fue sino hasta agosto de 1975, cuando el presidente Luis Echeverría Álvarez, autoproclamado “líder del Tercer Mundo”, se reunió con el entonces jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, en El Cairo, Egipto. Ese mismo año, la OLP abrió una Oficina de Información en la Ciudad de México.
De igual manerra, a la toma de posesión del presidente López Obrador, en diciembre de 2018, asistió como invitado el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riyad al-Maliki y en 2021, el Senado reconoció las relaciones diplomáticas entre México y Palestina.
En junio de este año, el gobierno palestino reclasificó su misión diplomática en México y estableció su embajada en la avenida Paseo de la Reforma 2621, en las Lomas de Chapultepec, misma colonia de la Ciudad de México, en donde también está la embajada de Israel (Sierra Madre 215).
El Museo Memoria y Tolerancia, ubicado frente al Hemiciclo a Juárez, abrió sus puertas en 2010 con el objetivo de generar conciencia sobre la gravedad de los grandes crímenes de la historia de la humanidad, especialmente el genocidio y el holocausto judío.
De igual manera, en la colonia Clavería está un busto de Yasir Arafat, líder de la OLP, que en 1994 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con los líderes políticos israelíes Shimon Peres e Isaac Rabin, por sus esfuerzos a favor de la paz en Oriente Medio. Monumentos que invitan a una profunda reflexión porque desgraciadamente hoy, en Oriente Medio, no hay memoria ni tolerancia y tampoco paz. RDM