* ¿Cuánta de esa riqueza explotada por las compañías mineras contribuye al desarrollo de México y a la dignidad de los habitantes de donde extraen la vida? Mientras tanto, las oligarquías arman la gorda en Oaxaca, para distraernos de lo que es fundamental
Gregorio Ortega Molina
La maniobra política parece fácil, por ser considerada clásica. Consiste en identificar un enemigo común y concitar el odio social en su contra, como lo propiciaron los nazis contra los judíos.
Quieren, aquí, que los mexicanos todos consideren a la CNTE en particular, y a los maestros en general, el enemigo al que hay que destruir con saña social y con sangre de a de veras.
Hay voces disidentes, piden diálogo, descalifican la violencia como argumento, porque saben que desde el gobierno pretenden jugarles el dedo en la boca, pero ya no son menores de edad, están seguros de que los enemigos de México son otros, esos que despojan a los mexicanos de su riqueza, degradan los usos y costumbres y el medio ambiente y, además, reciben preseas porque los empleados del gobierno son suyos, por eso los honran con distinciones.
Distraídos como estamos con el quebradero de cabeza en que se convierte la CNTE -con o sin simulación de por medio-, ya ni las muertes ni los secuestros, desaparecidos o levantones nos conmueven, mucho menos estamos dispuestos a unirnos en contra del despojo.
Por El País nos enteramos de las desgracias propias, debido al importante trabajo periodístico de Zorayda Gallegos y Oswaldo Ramírez, quienes nos cuentan: “Roberto de la Rosa contempla su casa: una construcción de muros anchos y grietas en el techo que por varias generaciones ha pertenecido a su familia.
En la sala, frente a una imagen del mítico héroe revolucionario Emiliano Zapata, dice que él no abandonará sus raíces por nada en el mundo. Esos muros desgastados resguardan la historia de un hombre que desde hace seis años lucha contra un consorcio que quiere explotar una mina a cielo abierto en el terreno donde está asentada su casa y la de sus vecinos.
“Él vive en Salaverna, una comunidad apostada sobre un terreno montañoso del municipio de Mazapil, ubicado en el noreste del Estado de Zacatecas. Ahí la empresa Tayahua en asociación con Frisco -una compañía de Carlos Slim, el hombre más rico de México- emprendió en 2010 un proyecto minero-metalúrgico que extraería el mineral mediante minado a cielo abierto con una inversión de 45 millones de dólares.
“El conflicto entre la comunidad y la minera comenzó a finales de 2010 cuando recibieron las primeras visitas de los miembros de la compañía que intentaban convencerlos de desalojar el terreno, cuenta don Roberto, delegado municipal. La empresa les ofrecía reubicarlos a un nuevo fraccionamiento construido exclusivamente para ellos porque en el subsuelo de Salaverna había una falla sísmica que representaba un riesgo para su vida.
“La mayor parte de las 120 familias se resistieron a aceptar el trato y la minera continuó con el trabajo subterráneo, que implicaba detonaciones tres veces al día. En diciembre de 2012 una parte del cerro donde están apostadas las casas se desgajó y se vieron afectados un par de vecinos.
Casualmente ese día gente de la empresa llegó a contarles que el nuevo fraccionamiento, ubicado a 5 kilómetros de ahí, estaba casi listo para su inauguración. Los opositores al proyecto están convencidos que el desprendimiento ocurrió por las detonaciones que hace la empresa con la finalidad de infundirles temor.
“En el nuevo Salaverna, Refugio –una anciana de 90 años y arrugas pronunciadas- está sentada afuera de una vivienda de colores pálidos. Su nuera dice que ahí se la pasa todo el día. “Está deprimida, desde que nos vinimos para acá, no tiene mucho que hacer. Allá se la pasaba todo el día caminando por el monte o alimentando a los animalitos”.
Otra vecina, quien atiende una tienda de abarrotes, dice que ella está conforme con su casa. “Acá tenemos una escuela nueva, nos hicieron una iglesia y las calles están pavimentadas”, dice.
“Zacatecas es un Estado tradicionalmente minero y esta actividad es uno de los principales pilares del desarrollo económico de la región. Desde la época de la colonia se han explotado importantes yacimientos de cobre, oro y plata. Actualmente el 40% del territorio está concesionado”.
¿Cuánta de esa riqueza explotada por las compañías mineras contribuye al desarrollo de México y a la dignidad de los habitantes de donde extraen la vida? Mientras tanto, las oligarquías arman la gorda en Oaxaca, para distraernos de lo que es fundamental.