Ricardo Del Muro / Austral
Nuestro vecino, Oaxaca lideró el crecimiento industrial del territorio nacional en 2024, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al registrar un crecimiento anual de 11.6%, producto de la construcción del tren del Istmo de Tehuantepec y sus polos de desarrollo, que comparte con Veracruz.
Aunque la información publicada en El Economista destaca que el Corredor Interoceánico se ha convertido en un imán de inversiones, las cifras del Inegi señalan que el crecimiento de los oaxaqueños se debió fundamentalmente a la industria de la construcción que, por cierto, se ha desplomado en el sureste del país, después de que terminaron las obras del Tren Maya.
Además de Oaxaca, el Inegi señaló en lo referente al crecimiento industrial, la segunda posición correspondió a Durango, con un alza de 8.2%, seguido de Colima (5.7%) y Veracruz (5.6%), además de otras entidades que registraron incrementos superiores al 2.5% como Guanajuato, Guerrero, Puebla, Nuevo León, Estado de México, Querétaro, Baja California Sur, Tamaulipas, Hidalgo y Yucatán.
En tanto, los estados que quedaron por debajo de 2% de crecimiento fueron Morelos, Chiapas, Sonora, Zacatecas y Chihuahua.
Sin embargo, se observó que el efecto en el sector de la construcción por las grandes obras federales de la administración pasada se diluyó completamente en la industria de la región sur – sureste de México.
De las 13 entidades que registraron caídas anuales en su actividad industrial en todo el año pasado, según datos desestacionalizados, la disminución más pronunciada se presentó en Quintana Roo, con una baja de 20.2 por ciento.
Lo anterior fue consecuencia del desplome que vivió la industria de la construcción tras el término del Aeropuerto Internacional de Tulum y del Tren Maya, recordando que este último estado concentra el mayor porcentaje de tramos.
El segundo retroceso más profundo en 2024 fue en Tabasco con una variación negativa de 12.4% anual en su actividad industrial. Las debilidades de esta entidad fueron la minería petrolera y la construcción; el primer sector, que es su principal vocación económica, tuvo resultados adversos por la baja producción y descenso del precio internacional del crudo.
Del lado de la construcción, la conclusión de la refinería de Dos Bocas impactó negativamente el aparato industrial de la entidad, sumándose el término de trabajos del Tren Maya (la vía férrea recorre Tabasco, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán).
Las otras caídas en la producción industrial en 2024 fueron en Nayarit, Campeche, Sinaloa, Michoacán, Aguascalientes, Jalisco, Coahuila, Ciudad de México, San Luis Potosí, Tlaxcala y Baja California.
El megaproyecto del Corredor Interoceánico, en efecto, tiene el objetivo de impulsar el desarrollo del sureste de México a través una plataforma logística multimodal para el comercio entre Asia, Europa y América. Se ha planteado promover inversiones en polos de desarrollo – ahora llamados del Bienestar – asociados al Corredor que podrían beneficiar a 105 municipios de los estados de Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas.
La presidenta Claudia Sheinbaum, en febrero de este año, destacó que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec va muy avanzado, por lo que se proyecta que sea inaugurado y puesto en operación en su totalidad para el primer semestre de 2026 con la conclusión de la Línea K, que va de Ixtepec, Oaxaca, a Ciudad Hidalgo, Chiapas, que tiene un avance de 65 por ciento en su proceso de rehabilitación.
El anuncio fue hecho antes la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la guerra de aranceles con China. El mercado mundial cambió a partir de abril de este año y todavía es prematuro vaticinar la dirección y el alcance de estas transformaciones, que, obviamente, afectarán el proyecto original de los “polos del Bienestar”. Sin embargo, es previsible que, por lo pronto, las obras de construcción del Corredor generen inversiones y empleos en las regiones beneficiadas.
En este sentido, el director general del Corredor Interoceánico, vicealmirante Juan Carlos Vera Minjares, informó en la conferencia matutina de febrero, los avances de la obra: La Línea Z que va de Coatzacoalcos a Salina Cruz, ya se encuentra operativa al 100 por ciento desde el pasado 22 de diciembre de 2023.
Sobre la Línea FA, que recorre de Coatzacoalcos (Veracruz) a Palenque (Chiapas) destacó que también está operativa al 100 por ciento en sus 310 kilómetros que fueron rehabilitados; la vía de Penetración Roberto Ayala – Dos Bocas, que recorrerá de Huimangiillo a Dos Bocas para conectar la Refinmería Olmeca, presenta un avance de 39 por ciento en la liberación de los derechos de vía y tardará 18 meses en ser construida.
De la Línea K, que va de Ixtepec (Oaxaca) a Ciudad Hidalgo (Chiapas), informó que tiene un avance general de más de 65 por ciento en su proceso de rehabilitación que contempla trabajos en sus 459 kilómetros de vías; en 427 puentes ferroviarios y en más de 600 obras de denaje y 14 estaciones.
Precisó que los trabajos en esta línea se realizan por tramos, ya que es la más grande de todas dentro del Corredor Interoceánico. El tramo uno que va de Ixtepec a Tonalá presenta un avance de 87 por ciento y se espera que se ponga en marcha en julio de este año; el tramo dos, va de Tonalá a Huixtla; y el tres de Huixtla a la frontera sur. RDM