Por Arturo Sandoval
“Los países con la mayor densidad de robots tienen también las tasas de desempleo más bajas. La combinación correcta de tecnología y humanos impulsarán la prosperidad”. Ulrich Spiesshofer, presidente y CEO de ABB.
TikTok, YouTube, X, Google, Microsoft Edge, ChatGPT, WhatsApp, Facebook Messenger, Telegram, WeChat, Skype, Microsoft Teams, Alexa, Spotify, Signal, Viber, Line, WeChat; y ahora DeepSeek de China y el de Elon Musk, Grok 3.
Actualmente, TikTok cuenta con más de 1,500 millones de usuarios activos mensuales, mientras que WhatsApp supera los 2,000 millones y Facebook Messenger tiene más de 930 millones. Las plataformas de IA avanzan rápidamente: OpenAI, creador de ChatGPT, tiene un valor estimado en más de 80,000 millones de dólares en 2024, y la inteligencia artificial generativa ya representa un mercado de más de 200,000 millones de dólares a nivel global.
En los buscadores aparecen informacion sobre cuál es el chat más seguro, cuál el mejor; también sobre los mejores buscadores o correos electrónicos. La verdad, ninguno de ellos. Un estudio de la Universidad de Oxford reveló que el 72% de las plataformas digitales comparten datos de sus usuarios con terceros sin su conocimiento expreso. La mayoría vende la información al mejor postor para cualquier uso comercial o delictivo. Nosotros les damos ese permiso al no leer los confusos y torcidos contratos de adhesión cuando damos clic en: “Aceptar todas las condiciones”.
Cada vez empeora al ver que los más ricos del mundo son los dueños de estas plataformas y chats. Elon Musk, dueño de X, Tesla, SpaceX, Starlink, Neuralink y OpenAI (aunque luego se distanció de esta última), tiene una fortuna estimada en más de 210,000 millones de dólares, según Forbes. Mark Zuckerberg, con su dominio de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), supera los 160,000 millones. Donald Trump, al permitir desregulaciones y beneficios fiscales para las grandes tecnológicas, les da aún más poder, sobre todo a Musk, quien con su nuevo chat se adueña de las ideas de los usuarios. Es algo así como la creación del confesionario en la Edad Media para saber quiénes eran enemigos del reino, chantajear doncellas, corruptos e infieles.
Gerardo Laveaga, en su libro El Sueño de Inocencio, nos dice: “Inocencio III, determinó qué era bueno y qué era malo, convocó cruzadas, fundó una policía para supervisar la ortodoxia (los dominicos), ‘inventó’ mecanismos como la confesión y el matrimonio indisoluble, aniquiló la competencia (la Iglesia de Constantinopla y el movimiento de los cátaros), incluso despojó de su reino al monarca de Inglaterra”. ¿Se parece Inocencio III a algún personaje actual? Probablemente a muchos en todos los momentos de la historia.
Es casi imposible no usar la tecnología sin importar la edad; todo está interconectado como una red que cubre el mundo y más allá. Actualmente hay más de 7,000 satélites activos orbitando la Tierra, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, y se estima que para 2030 habrá más de 100,000 gracias a iniciativas como Starlink de Musk y Kuiper de Amazon. Antenas, bases espaciales, drones, chips de tarjetas, celulares, relojes médicos, juguetes sexuales, marcapasos, micrófonos y cámaras ocultas en cualquier electrodoméstico o artículo… No hay por dónde escapar, hasta ahora.
La carrera de estos millonarios por adueñarse de la IA es la garantía de dominar el mundo en un futuro muy cercano. En 2023, un informe de Goldman Sachs reveló que la IA podría reemplazar hasta 300 millones de empleos en los próximos años. Las predicciones de expertos como Geoffrey Hinton, “el padrino de la IA”, advierten que el desarrollo descontrolado de la inteligencia artificial podría superar la inteligencia humana en menos de 20 años.
RoboCop, El Hombre Biónico o La Mujer Biónica eran parte de una historia de ficción lejana, donde un cerebro humano ordenaba los movimientos de sus partes mecánicas y eléctricas. Incluso Terminator, donde el cerebro ya es tecnológico digital, se ve ancestral en comparación con los prototipos actuales. En China, el Ejército Popular de Liberación ya está probando robots humanoides con inteligencia artificial avanzada para tareas de combate.
Aun con el aumento de la dominación de la IA por los poderosos millonarios, llegará el momento en que esta rebase la inteligencia humana, no obedezca a sus creadores y se separe de los humanos. ¿Para qué? Quizás para esclavizarlos, exterminarlos o usarlos de forma que no los ataque, pero los explote según los dictados de sus algoritmos en constante crecimiento.
El romanticismo de que un robot empiece a tener sentimientos humanos es de risa; tampoco lo buscarán las máquinas. No podrá ser un objetivo humanizarse, a menos que sea en películas. Un estudio de la Universidad de Stanford en 2024 determinó que las IA pueden simular emociones, pero no tienen consciencia ni intenciones propias, al menos por ahora.
Únicamente podemos elegir en el abanico tecnológico lo que pensamos que es lo menos malo, lo menos cruel, lo menos dañino y usar esas plataformas con todo el desconocimiento e ingenuidad de un bebé.
“A la gente le preocupa que las computadoras se vuelvan demasiado inteligentes y se apoderen del mundo, pero el verdadero problema es que son demasiado estúpidas y ya se han apoderado del mundo”. Pedro Domingos, profesor en la Universidad de Washington.
NOTA: ¿sólo veremos a un RoboPayaso agacharse para cargarnos y ponernos en su canasta junto a otros humanos?