Yo Campesino / Se pondrá peor
- Panorama económico para llorar; lo bueno es que según la 4T somos felices
Miguel A. Rocha Valencia
Las patadas a su pesebre ya le redituaron a Donald Trump resultados negativos a su país y serán peores con todos los efectos directos y secundarios que pegarán en la economía mexicana donde ya estábamos con pronósticos negativos y ahora se pondrá color de hormiga como bien adelanto la OCDE sin importar se apliquen o no aranceles generalizados.
Si esto último ocurriera, estaríamos ante un panorama recesivo, como temen suceda en la unión americana a pesar del discurso oficial, como en México donde parecen ignorar o al menos minimizar las señales negativas.
Por lo pronto y debido a las amenazas trumpistas hacia el mundo comercial, la Federal Reserve Sistem (FED) que funciona como banco central estadunidense decidió mantener sus tasas de interés y anunció a través de su jefe, Jerome Powell subrayó su pronóstico inflacionista derivado precisamente de la incertidumbre generada por el presidente de aquel país, carestía que seguramente será exportada.
Lo “más peor” es que la economía mexicana como hemos anotado aquí desde hace semanas, sigue mostrando signos de desaceleración y en algunos casos caídas sectoriales muy importantes sobre todo en las manufacturas y la construcción que ahora se reflejan en una fuerte caída en el consumo que en febrero mostró un deterioro mayor en cuatro años.
De acuerdo con datos del Indicador Oportuno del Consumo Privado del Inegi la baja es del 1.7 por ciento. En febrero con lo cual se suman tres meses de caída a los que se sumaría marzo con menos 0.97 por ciento.
Para los analistas del Banco Base este indicativo es grave ya que “la debilidad del consumo refuerza el riesgo de que México haya entrado en una recesión, pues el consumo privado representa el 71 por ciento del PIB”, comentario que refuerza la proyección de la OCDE para México, aunque en la mañanera digan lo contrario o lo minimicen.
No se olvide que, desde antes del cierre del sexenio pasado, la economía nacional presentaba claros signos de una rápida desaceleración derivada del débil desempeño de las inversiones causado por el tema de la reforma al marco legal y la agresiva campaña para destruir al poder Judicial. A ello se suma ahora la incertidumbre derivada de la política arancelaria de Donald Trump.
Para entonces, todos los pronósticos eran negativos; nadie se creyó lo del crecimiento del tres al 3.5 por ciento del PIB y menos cuando se planteó un déficit a cubrir con casi 1.2 billones de deuda adicional a la contraída en el sexenio del mesías tropical ya que con ello, la posibilidad de inversión pública se vería mermada e incluso se habló de nuevos ajustes a la baja del gasto público.
Mucho menos posibilidades hay si se continúa con la política de disminuir dinero presupuestal a inversiones a cambios de incrementar el barril sin fondo llamado “programas sociales” con que se compra el agradecimiento popular, aunque más tarde o temprano no haya con qué cubrirlos precisamente por una caída económica que, como vemos ya le está pegando al consumo.
Es decir aquí se da la sumatoria de efectos nacionales y externos para formar una tormenta que puede ser muy agresiva si continúan cayendo los indicadores donde la inversión será determinante.
Ojalá y el Plan México funcione y que los billetudos nacionales coloquen su dinero en proyectos de México para lo cual el gobierno cuatroteísta deberá colocar buenas zanahorias con las concesiones sobre todo de obra más allá de los atractivos intereses que paga por documentos de deuda.
Por ello es preferible que se aflojen concesiones, que caiga dinero privado nacional o extranjero y no por la vía del endeudamiento porque con este último hay qué pagar intereses que no van a estar por debajo del 9.5 por ciento a menos de que el Banco de México continúa con la política de abaratar el dinero lo cual podría derivar en una nueva presión inflacionaria además de la importada.
El tema está complicado, las ventanas son muy estrechas y de alguna u otra manera como lo señalan los números del Inegi, la incertidumbre generada interna y externamente ya nos está pegando, pero podría estar mucho peor si no se toman y hacen las cosas en serio alejadas de demagogias como aquello de que a pasar de todo, incluso la 4T, somos un país feliz, feliz…