La diputada Paola Jiménez, integrante del Congreso del Estado de México, decidió separarse de la bancada del PRI tras denunciar intentos de coacción para votar en contra de la Reforma Judicial.
La legisladora afirmó que recibió presiones por parte de su partido para que rechazara la reforma, pero optó por abstenerse, lo que desencadenó su expulsión de la fracción priista.
«Quisieron forzarme a votar en contra, pero decidí mantener mi postura y abstenerme. No voy a someterme a instrucciones que no reflejan mi análisis ni mi compromiso con la democracia», señaló Jiménez en una entrevista. Además, aseguró que, durante la sesión en la que se aprobó la reforma, recibió mensajes intentando condicionar su voto.
Tras la sesión, la fracción parlamentaria del PRI, por decisión unánime, decidió expulsar a la diputada, argumentando que su voto no reflejaba la postura del partido, que había fijado su rechazo a la Reforma Judicial enviada por el Senado.
Paola Jiménez manifestó que no podía continuar en un partido que no respetara su derecho como legisladora a votar libremente. «Siempre he defendido los temas progresistas, como el matrimonio igualitario y la protección de los derechos de las mujeres. No me someteré a agendas que no respeten la autonomía legislativa», enfatizó.
En respuesta a las declaraciones de la diputada, Ana Lilia Herrera Anzaldo, dirigente del PRI en el Estado de México, aseguró que no hubo coacción al voto y que los legisladores priistas votaron con plena conciencia. «Cada uno sabe si su voto honra la confianza de la sociedad», afirmó.
Mientras tanto, el Comité Municipal del PRI en Toluca, a través de su dirigente Aníbal González Pedraza, anunció que iniciaron los trámites para solicitar la expulsión formal de Jiménez del partido, argumentando que su actuación no representaba los principios fundamentales del PRI.
Con información de El Universal
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