Yo Campesino / A cobrar cuentas
- Parece que China esperaba provocación para saldar deudas con EU
*Miguel A. Rocha Valencia*
No hay duda, Donald Trump se metió en problemas muy serios al desafiar a China en materia comercial y financiera y ahora él deberá negociar antes de que el gigante asiático lo pongan en mayores aprietos.
De entrada, China y sus mil 400 millones de habitantes, superado por La India con 40 millones más, tiene como vecinos a los mercados más numerosos del mundo, incluyendo el conteniente europeo y sus 742 millones de personas sin olvidar su influencia en vastas regiones rusas donde aún conserva lazos históricos.
Claro no se deben desestimar los cerca de 350 millones de estadunidenses y los 140 millones de mexicanos, además de centro y sur América a donde llegan productos terminados fabricados en China en todas las ramas industriales, tecnología y gran parte de los avances científicos como los chips e investigación médica.
En China no existe como antes el misterio de una economía cerrada, sino que, por el contrario, al abrirse de par en par y ofrecer condiciones laborales, fiscales, físicas, urbanísticas y de todo tipo a la inversión, incluyendo recursos naturales minerales con sus tierras raras, y agua, los asiáticos se pusieron a competir con sus principales rivales en todos los campos, ya no como simples maquiladores o “piratas” sino al tu por tu en desarrollo de tecnologías o la suma de estas.
Gracias a ello, China creció entre 1989 y 2024 a un promedio anual de 8.78 por ciento, ningún país lo ha logrado y se volvió una nación tan rica que empezó a comprar deuda de otras naciones como Estados Unidos, quien le adeuda más de 750 mil millones de dólares por los cuales el gobierno trumpista debe pagar muchos miles de millones tan sólo en intereses
De hecho, entre 2012 y 2021 con Xi Jinping a la cabeza, los asiáticos acumularon un crecimiento del 75 por ciento con una economía con un peso financiero de 18 billones de dólares en una década y un PIB per cápita que pasó de seis mil 300 a 12 mil 500 dólares; es decir, lo duplicaron.
Tal vez la explicación sea que en 2012 “sólo” estaban en la lista de Fortune 73 empresas internacionales chinas entre las 500 más grandes del mundo y para 2021, ya tenían enroladas 136 de las más importantes, es decir más del 20 por ciento.
Se trata de cifras medibles por organismo internacionales y por la influencia que ya tienen en el mundo, mismas que harían pensar a cualquiera antes de intentar enfrentarse financiera y comercialmente a ese gigante cuyo crecimiento no se detiene a pesar de lograr “apenas” el cinco por ciento el año pasado mientras que otros alcanzaron el dos por ciento y eso ya fue extraordinario.
Por todo eso el enfrentamiento arancelario que inició Donald Trump con China sólo puede tener un desenlace negativo para los estadunidenses cuyos principales índices están caídos, incluyendo el Nasdaq que agrupa a las 100 empresas más destacadas en tecnología y que abrió la semana con una caída de 20 mil puntos, lo cual representó una pérdida del cinco por ciento y muchos, pero muchos millones de dólares.
Lo peor de todo para Estados Unidos cuyo presidente pretende someter económica y comercialmente al mundo es que la guerra ya está abierta y contra lo esperado, Canadá, Europa, China y sus aliados, no cedieron, resultaron “respondones” y en ese contexto los asiáticos van por todas las canicas.
De hecho, ya superaron la dialéctica trumpista y no van a aflojar a sabiendas de que si cualquiera de las empresas estadunidenses ubicadas en territorio chino piensa en salir para reubicarse en EU no solo tardaría años sino también la pérdida de competitividad y desde luego, de un mercado que va más allá de Norteamérica cuya economía podría cerrarse, pero sería un aislacionismo que finalmente pagaría con lo que ya se avizora: una gran caída de la cual sería muy difícil levantarse.
Tal vez por eso quien busca o desea diálogo es Trump, veremos si Jinping se dobla o aprovecha para de una vez establecer a su economía como la de mayor hegemonía mundial. México ya está muy metido en eso, también, lo cual podría constituir una ventaja frente a Estados Unidos que no puede darse el lujo de perder un aliado tan cercano.