Joel Hernández Santiago
El tema de la inseguridad en los servicios públicos de transporte, y aun foráneos, es una constante en nuestros días en el país. Ocurre en Ciudad de México, en el Metro, Metrobús, Combis, taxis e incluso en los servicios privados ahora tan de moda… El transporte público es un peligro en todo México, o casi todo. Y poco se ha hecho para solucionar esta dramática situación que vive la gente que usa estos medios y que, en general, es de pocos recursos económicos… aun así…
No hay un día, uno sólo, en el que no ocurran estos hechos criminales en ellos o cerca de ellos. Algunos los conocemos por los distintos medios de información y, lo peor, es que con toda frecuencia terminan con “no hubo detenidos”… Y no los hay luego, ni los habrá, en muchos casos…
Pero es así, sobre todo por la extrema saturación de estos transportes, lo que hace que sus usuarios sean presa fácil de bandas criminales o sujetos en grupo que les atacan cada vez más de manera más ostentosa, cínica y sin temor, ya porque no pasará nada aun si son detenidos, o porque tienen complicidad con policías o autoridades o también porque el entorno es propicio para que cometan sus fechorías…
El panorama del transporte público es de tal desorganización, tanto de operarios, concesionarios y autoridades, que todo es posible ahí, y son los mismos usuarios quienes con frecuencia tienen que defenderse o defender a otros en vista de que la seguridad es prácticamente inexistente…
Por ejemplo: tan sólo el Metro de la ciudad de México transporta cada día a unos 5.5 millones de viajeros en sus doce líneas. El Metrobús transporta a 1.5 millones diarios en las 7 líneas con las que cuenta, en tanto que en la Zona Metropolitana 6 millones de usuarios se transportan en microbús o combi diariamente: todo un mundo de personas, inerme.
Lo más reciente es la ola de intentos de secuestro de jóvenes mujeres a las afueras de distintas estaciones de Metro. Si bien esto había sido motivo de llamada de atención a la autoridad del Metro y del Gobierno de la Ciudad de México, el argumento evasivo era el de que “no se habían presentado denuncias al respecto”.
Luego fueron presentadas estas denuncias, hasta hoy 15 de ellas, y es cuando la maquinaria parece que se mueve, aunque muy lentamente y sólo en las estaciones en donde se tiene focalizada la mayor incidencia de delitos, el resto sigue inerme aun. Por supuesto no le costará trabajo a los delincuentes moverse a otro lugar para seguir en las suyas…
Por supuesto la directora del Metro, Florencia Serranía Soto, ni sus luces, no sólo con el argumento de que los intentos de secuestro ocurren fuera de las instalaciones, aunque dentro de los mismos pasillos o vagones ocurran hechos criminales, hostigamiento sexual, vendimia interminable, asaltos, robos… Mucho ahí. Y más si se considera que en muchos casos hay mujeres que acusan hostigamiento sin haber ocurrido o sin probarlo y por el sólo hecho de ‘sentirse asediadas’. Sí hay abusivos que lo intentan, pero también hay quienes acusan sin ton ni son… Y eso es parte del fenómeno de comportamiento, y criminal dentro del transporte…
Como ocurre en el Metrobús y más en los famosos Microbuses o combis en donde se asalta a diario a los usuarios mediante violencia e, incluso, homicidio –que han ocurrido-. “Pero no podemos hacer nada porque no se presentan denuncias” dice la autoridad… ¿Por qué será?
Pero, ya se dice que “no se permitirá más todo esto” según la señora Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y ya enlista una serie de medidas de solución. Y está bien, siempre y cuando en efecto se pare esta violencia contra usuarios, se detengan esos intentos de secuestro de jovencitas y se deje de robar-asaltar-agredir-golpear a usuarios de estos medios de transporte que son utilizados cada día por millones de seres humanos…
Y esto, decíamos, no sólo ocurre en la capital del país; sí sucede con toda frecuencia en los sistemas de transporte público en distintos estados de la República Mexicana. Los asaltos, robos, secuestros, abusos, agresiones, golpes: todo ahí… Tal parece que además de deficiente el sistema de transporte público de la República, hay que cargar con la incapacidad para coordinarlo y para asegurar a los viajantes…
Una política integral de organización del transporte público, de su fortalecimiento al mismo tiempo que las garantías de seguridad para el usuario como el uso de vehículos en buen estado, y choferes y operadores capacitados no sólo para manejarse con la prudencia y experiencia que se requiere al transportar a seres humanos, así como garantizar que no sean cómplices –como ocurre en algunos casos- de los delincuentes a quienes facilitan su agresión.
La queja constante en todo el país es el excesivo uso de vehículos de transporte privado-personal. Esto ocurre precisamente por las deficiencias e inseguridades en el transporte público. Si éste fuera un medio que garantice prontitud y salvedad sería preferentemente usado por millones, con lo que se evitaría el excesivo uso de combustible como la alta contaminación que trae como consecuencia.
Pues así están las cosas: urge que haya seguridad en el transporte público de la Ciudad de México, y en sus inmediaciones; urge que así sea en toda la República y que las autoridades y directivos de estos medios de transporte hagan su trabajo de forma eficiente y, sobre todo, urge un transporte público sin tacha, económicos y con beneficios para todos. ¿Es mucho pedir? ¿Sí? Pues de todos modos urge.
jhsantiago@prodigy.net.mx