Se anuncia para 2020, un incremento anual del salario sin precedente en los últimos 44 años.
Redacción NoticiasMX.- El proceso de contener el incremento salarial en México, empezó con los planes de choque aquellos, de mediados de los ochentas, en que fueron implementados “por consenso” o “por decreto”, como quiera vérsele. Y no pasó nada absolutamente. Siguió habiendo inflación y carestía; y la clase trabajadora resultó ser al final la más sacrificada.
En aquellos años, no sólo se contuvo la inflación, sino que mantuvo -desde entonces- a la población mexicana “a raya” materialmente, al margen del consumo mínimo, para solventar sus necesidades más básicas.
El valor del trabajo se desplomó desde entonces. Mucha agua ha corrido debajo del puente desde entonces y muchos cambios en México se empezaron a fraguar en lo político y en lo social, gracias a aquellas políticas de contención o “de choque”, que al final resultaron políticas “de castigo a la población” mediante aquella figura llamada “pacto”, en sus incios.
Llamado pomposamente “Pacto de Solidaridad Económica” primero, en las postrimerías del sexenio de Miguel de la Madrid y ya con Salinas de Gortari en el poder, la figura mutó pero sólo en su envoltura, pues pasó a llamarse a partir de 1988, “Pacto de Crecimiento y Estabilidad Económica (PECE)”. En esencia siguió siendo lo mismo: un plan para contener la actualización salarial en aras de “no provocar inflación”.
En 36 años, el trabajador mexicano perdió el 75% de su capacidad adquisitiva. La anterior es una cifra conservadora, pues hay estudios como el del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, publicado en 2018, que revela que la pérdida acumulada del poder adquisitivo del mínimo salarial de los trabajadores mexicanos en los últimos 36 años, medida por la canasta básica, fue de 80.08%.
En los análisis hechos a lo largo de los años, se detectó que hace tres décadas el salario mínimo alcanzaba para comer y un poco más, pero ya no ha podido recuperar su poder adquisitivo.
En el estudio también se destaca que los aumentos salariales que se han dado en los últimos años “nacieron muertos”, gracias a la inflación.
Por ejemplo, en 1987 se requería laborar cuatro horas con 53 minutos para obtener la llamada canasta “básica alimenticia”, mientras que para octubre de 2018, eran necesarias 24 horas con 31 minutos de trabajo para adquirirla.
El trabajador mexicano tuvo el nivel de ingresos más bajo, dentro de las consideradas 7 economías latinoamericanas más “desarrolladas”, según estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
En las 6 administraciones contenidas en esos 36 años (De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto), se dijo a los mexicanos que “no podía incrementarse el salario más allá de lo permitido por la regla dada por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Que en todo caso, sólo podría ser posible, en razón directa al incremento de la productividad.
Pero,… ¿Qué pasó en realidad en todos esos años?; ¿Realmente fuimos tan improductivos los mexicanos?,.. ¿Porqué el valor de la mano de obra del mexicano en todo ese tiempo no se revaloró?
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) nos muestran que del 2005 al 2016, por tomar un lapso de ejemplo, el producto medio por trabajador ocupado en el país, creció poco más del doble que sus remuneraciones.
En ese lapso la productividad por hora de todo el sector manufacturero en México creció 10.5%, mientras que las remuneraciones medias reales –que incluyen salarios, prestaciones sociales y utilidades repartidas- lo hicieron en 5.1%.
No sólo en el sector manufacturero subió la productividad. Las actividades del sector terciario, también mostraron en el 2014 avances de 3.7% anual en productividad por hora.
En otro caso, el año 2017, según cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el sistema bancario mexicano tuvo utilidades por 135 mil 735 millones de pesos, cantidad que superó un 28.8% a las generadas en 2016, también por ejemplo.
Pese a ello, dicha ganancia no se vio reflejada en un incremento real de los salarios de los empleados bancarios.
En el sector bancario en México, actualmente trabajan más de 220 mil trabajadores, de estos el 70% está contratado por la vía de outsourcing. Con el avance de la contratación vía un tercero, se han perdido muchos derechos que tenían los trabajadores de este sector, como lo eran una jubilación digna y a temprana edad con una pensión al 100% del último ingreso, más de dos semanas de vacaciones pagadas, reparto de utilidades o servicio médico particular, además, que sus salarios no están acorde con la productividad de los bancos.
El gobierno de Peña Nieto, por ejemplo también, para ilustrar a detalle esta entrega, elevó en enero de 2016 los precios de la gasolina Magna en un promedio de 14.2%, la gasolina Premium un 20.1% y el diésel un 16.5%.
Provocando dolosamente inflación con esta medida y dejando de lado los afanes de contener el proceso inflacionario. Una vez más, se demostró que el sacrificio estaba destinado sólo a los trabajadores, no a las grandes empresas paraestatales, recipientes de corrupción y opacidad.
Y antes, el gobierno de Calderón Hinojosa, habría tenido excedentes petroleros hasta por una quinta de su presupuesto anual: aproximadamente 737 millones de pesos extras a lo presupuestado y no obstante eso, los recursos financieros estuvieron lejos de usarse como palanca del desarrollo económico del país o incrementar la productividad, debido a que este ingreso extraordinario sólo sirvió para aumentar subsecretarios, jefes de unidad, directores generales adjuntos, directores y subdirectores de área, jefes de departamento y personal de enlace- que sumaron 1 mil 531 plazas- y que ayudaron a engrosar la burocracia del Poder Ejecutivo Federal.
Incluso, está documentado que en octubre de 2017, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), presentó su propuesta para incrementar el salario mínimo de 80.04 a 95.24 pesos diarios, pero el ofrecimiento patronal, fue desechado “por decreto” por el Gobierno Federal, quedando el mínimo salarial para 2018 en 88.36 pesos por día.
Esto significa que sí hemos logrado de algún modo incrementar la productividad laboral en nuestro país.
Había razones de sobra en esos 36 años para mitigar un poco la escasa capacidad adquisitiva del trabajador mexicano, y sin embargo;… no se hizo nada por remediarlo, por incrementar el salario.
Pero si “por decreto” los gobiernos de las 6 anteriores administraciones, castigaron a los trabajadores mexicanos con salaros que eran, según el propio Justin Trudeau, primer ministro canadiense, “una sexta parte de los que reciben los trabajadores canadienses”, la única salida sería “por decreto” también, provocar el incremento salarial. “Machetazo a caballo de espadas”.
Congruencia y honor a su propia palabra; lo que hay que reconocer a AMLO
Si algún valor como ser humano y como gobernante tiene el actual Presidente de México, es precisamente que ha sido congruente con su discurso sostenido en campaña, de subir el salario a los trabajadores y luchar por el bienestar del pueblo.
Hay que decirlo con todas sus letras. La decisión es valiente y constituye un gran desafío, el demostrar que no tiene porqué generar inflación el incremento salarial, cuando es una medida que se toma “por consenso“, o “pactada” con todos los sectores productivos del país.
Este lunes, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), empresarios y gobierno mexicano, acordaron que el salario mínimo para 2020 aumentará en un 20 por ciento, es decir, pasará de 103 a 123 pesos.
Y que en la frontera norte habrá un incremento de cinco por ciento, pasará de 156 a 185 pesos; “nos permitimos anunciar que por consenso llegamos a un acuerdo para que en 2020 el salario a nivel nacional y al cinco por ciento en la zona libre de la frontera norte”, anunció la titular de la Secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde.
“Se trata del mayor incremento anual en los últimos 44 años”, señaló la funcionaria federal en el evento celebrado en Palacio Nacional; haciendo énfasis en que este segundo incremento anual es un forma de avanzar para darle vuelta “a la oscura página” que enfrentó el poder adquisitivo de los mexicanos.
hch