Claudia Rodríguez
La humanidad siempre ha estado ávida en encontrar respuestas a los fenómenos naturales que inciden en sus asentamientos o formas de vida.
No escapa a la búsqueda de indicios sobre porqué se origina un sismo y sobre todo el cómo poder predecirlos con bastante anticipación.
La respuesta al cómo y cuáles los factores del origen de un sismo, la tienen los profesionales del estudio de la tierra en el terreno científico –e incluso uno que otro simple observador de estos movimientos telúricos.
Sin embargo, la búsqueda insistente para prevenir desastres y desgracias tras las sacudidas de un movimiento telúrico, sigue siendo un trabajo incesante por muchos interesados, sobre todo en el campo de la investigación.
Más allá de las alertas sísmicas que para el caso del país, sólo advierten un movimiento telúrico a los habitantes de la Ciudad de México (CDMX), cuando ya incluso se está produciendo en las costas del estado de Guerrero; la ciencia intenta tener mejores respuestas y alertas con mucha anticipación, antes de que un temblor en alguna porción de la Tierra sorprenda.
Desde el 2006, diversas universidades mexicanas, pero sobre todo la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en conjunto con el gobierno ruso, iniciaron la construcción de un satélite que estaría destinado a la predicción de sismos, no con un minuto u horas de anticipación, sino hasta con cinco días del movimiento telúrico.
El proyecto México-Rusia, a nivel académico y gubernamental, advertía también que serían predictivos todos los sismos mayores a cinco grados Richter al monitorear emanaciones de gas radón, variación del campo eléctrico terrestre, emisión de ondas de muy baja frecuencia, incrementos de temperatura y modificaciones de la ionósfera; que tienen diferenciaciones cuando las placas tectónicas tienen movimientos.
El satélite para predecir terremotos en México, denominado UNAMSat III, al final y como ya sabremos, quedó en proyecto porque aunque todavía se supieron de avances sobre el mismo y su posible lanzamiento en el año 2014, hasta ahora no es una realidad.
Hay quienes dicen que hay detalles técnicos que ajustar, pero hay quienes también advierten que en la conclusión del proyecto UNAMSat III, lo que más afecta es la poca asignación de presupuesto a la ciencia e investigación.
¿Será? ¡No, qué va!
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto, pidió en el 2014, apoyar a naciones para fortalecer el campo de la protección civil y resaltó que no es un reto menor el reto, tomando en cuenta la amenaza de ciclones, sismos y terremotos.
Para advertir… En la práctica, la Administración de Peña ha reducido año con año, el presupuesto al campo de la investigación y la tecnología.
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