Claudia Rodríguez
Los priistas y sus aliados, salen a la defensa del aparato de Gobierno que ahora encabeza el presiente Enrique Peña Nieto, luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentara el contenido de su informe pre-li-mi-nar sobre las violaciones a la propia materia de la Comisión.
Mientras distintos funcionarios de la Secretaría de Gobernación (SeGob), la canciller Claudia Ruiz Massieu Salinas y hasta el propio presidente del Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones recriminan a la CIDH, no reconocer los esfuerzos que la presente Administración federal realiza en pro de los derechos humanos; es el aparato de Estado el que cae en una trampa al no atender que el reporte es inicial y no un todo parcializado de la situación nacional.
Son los priistas los que en realidad no cooperan; no obstante el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha reconocido la apertura y la transparencia de la Administración peñista y el apoyo que se ha dado a la CIDH, sobre todo en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; apoyando incluso en el curso de las investigaciones con financiamiento económico.
La CIDH entregó el viernes anterior un texto que advierte de la grave crisis de violaciones e impunidad que se vive en México, luego de que visitaran Coahuila, Nuevo León, Guerrero, Veracruz y Tabasco, sin embargo; el documento final se espera sea presentado durante algún mes del primer semestre del 2016.
Ante la verdadera crisis de violaciones e impunidad de la propia justicia mexicana que en todos los ámbitos campea, más les hubiera valido a los actores que respaldan la tarea de Peña Nieto, ser prudentes en sus expresiones, porque muchos ya en su actuar son delincuentes por colusión u omisión.
La gravedad de como se vulneran los derechos humanos en nuestro país empieza desde que no se reconocen las violaciones cotidianas y sistemáticas; ya sea en las calles con pequeños pidiendo una dádiva económica o en especie, o los mismos niños que en un juzgado son violentados no sólo por quienes los agreden, sino también por un juzgador; la discriminación entre pares por nuestra género, condición, color y situación económica; o de igual forma las agresiones cada vez más comunes en los colegios que son en primera instancia ocultados por las autoridades escolares.
Las violaciones a los derechos humanos en México son embarazosas, pero querer defender lo indefendible, nos pone en mayor riesgo a los gobernantes que a los gobernados.
Acta Divina… Ante miles de jóvenes asistentes al XXV Encuentro Nacional de Acción Juvenil, Ricardo Anaya dirigente nacional panista, adelantó que por más duros que sean los señalamientos de la CIDH, éstos deben ser recibidos por las autoridades del país: “El informe de la Comisión es fuertísimo, lo que nosotros le pedimos al gobierno federal es que reciba este informe con absoluta apertura y disposición”.
Para advertir… El Gobierno de Peña Nieto terminó con Ayotzinapa.
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