Yo Campesino / ¿Otros datos?
- Pronósticos a la baja y aún falta lo peor a pesar de Plan México
Miguel A. Rocha Valencia
En vez de buscar justificaciones, “otros datos”, muestreos pagados de popularidad y pronósticos demagógicos de bienaventuranza, deberíamos estar metidos de lleno en prepararnos para uno de los episodios más negros de la vida nacional, pero que la llega del ganso al poder.
Todo indica, como lo hemos comentado aquí que no vamos a escapar de la recesión y que lejos de alcanzar un crecimiento “pírrico” como tiempos del neoliberalismo, de los de “antes”, los corruptos, iremos para atrás no sólo este año sino también el que sigue y si no hacemos la tarea, vamos a pagarlo muy caro.
No se trata de posiciones políticas como las de la mañanera donde tienen otros indicadores sino de simples números analizados por más de 100 instituciones financieras incluyendo el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, y asesoras inversiones, además del Bank of America.
Bueno hasta el Inegi refleja datos de que no sólo estamos en recesión técnica con caída de la actividad productiva y el empleo sino también en el consumo derivado de la incertidumbre generada por las reformas centralistas, desaparición de los órganos autónomos, cooptación de la autoridad electoral, del mal manejo de la economía a nivel doméstico y las repercusiones, a partir de hace dos meses de las condiciones internacionales (aranceles).
Desde hace casi un año, los avisos al gobierno federal por parte de los sectores económicos y sociales del país advertían sobre el tema, tanto, que antes de tomar posesión como president(a) la actual mandataria ofreció analizar las reformas y someterlas al escrutinio de todos los sectores, pero no lo hizo, mintió o no pudo.
Por eso a partir del inicio de su mandato se acentuaron las señales negativas, ya de por sí llevábamos un sexenio para el olvido con el incremento de la deuda de manera exponencial (casi ocho billones de pesos más) de un gobierno que ofreció no pedir prestado y sí lo hizo a las tasas más altas de la historia que tienen comprometido el gasto público.
Fue el último trimestre de 2024 un retroceso más luego de un crecimiento sexenal del uno por ciento “maquillado” y la pérdida de casi 450 mil empleos. Los efectos de ese retroceso se resintieron en la construcción y manufacturas, afirman que eso fue porque se acabaron las “granes obras” del obradorato. Es decir, no hubo inversión privada en infraestructura.
Tampoco hoy la hay a pesar del anuncio de grandes planes que se enmarcan en la marca “Hecho en México” y cuyo alcance será mínimo precisamente por la ausencia de inversión derivada del marco legal en poder del Ejecutivo y un poder Judicial que habrá de obedecerlo como ocurrirá con el Legislativo dentro de dos años.
No hay árbitros ni transparencia y sí una gran corrupción; no hay dinero público para invertir, pero si para regalar sin importar que sea a cuenta de más deuda y sus intereses. Debito a ello, la bolsa está rota, los ingresos se van al caño del débito y la compra del agradecimiento que entre más pobre sea la gente, se hará mayor. Dinero gratis en crisis es oro puro para el que reparte.
Pero los datos, aunque no le gusten a la exjefa de gobierno están ahí. La consulta de Banamex es contrastante, pero ninguno de los 100 especialistas consultados da más allá del 0.5 por ciento del crecimiento, hay quienes dan decrecimiento de hasta menos 0.5 por ciento, otros dan cero para llegar a un promedio de la encuesta del 0.2 por ciento.
No se trata de opinadores ajenos o interesados sino financieros como Bancomer, Mifel, Cibanco, Santander, HSBC, Scotia, Multiva o Monex, entre otros; lo del Fondo Monetario Internacional, con su 0.3 por ciento, tampoco es de juego, sus indicadores son de probada capacidad universal y en base a factores que en este caso ya incluyen el tema de los aranceles y las condiciones propias de México, país que en su concepto, será el más dañado por las condiciones internas y externas.
Pero aun así al gobierno de la 4T no le importa, tiene sus propios datos, considera que su “Plan” va a resultar y nos sacará de toda crisis, ojalá así ocurra, pero para empezar sólo haremos una pregunta ¿De dónde van a salir los recursos para todo lo planeado?
Porque la iniciativa privada nacional e internacional, no van a arriesgar su dinero en países que de entrada no garantizan un marco legal independiente sino subordinado al capricho o visión de quien gobierna, que determina qué es corrupción, a quien se castiga, que otorga y finiquita concesiones de obra, explotación o actividad sin que exista autoridad que se le oponga, y todo eso en medio de una gran opacidad.