Magno Garcimarrero
El viejo truco de infiltrar simpatizantes de una causa, entre quienes combaten por otra distinta y, acaso contraria, aparentando fidelidad a ésta, se ha llamado “quintacolumnismo”, término que nos ha llegado de España, desde los tiempos de su guerra civil… o más bien incivil: 1936.
El quintacolumnismo lleva el objetivo de destruir o impedir, desde dentro de una organización, sus propósitos para facilitar el trabajo del enemigo.
Aunque el concepto nos viene de la Península Ibérica, es posible que, esa mala acción, sea sospechosamente identificada en México, desde la guerra de Reforma: 1858-1861.
Don José Nemesio se cambió el nombre de pila por el de Santos, cuando supo que había sido bautizado la víspera del día de la celebración católica de “Todos Santos”. Así que, por voluntad propia se le conoció como Santos Degollado, siempre sin aludir el segundo apellido: Sánchez.
Con ese nuevo nombre hizo vida pública y pasó a la historia de México… aunque con otros remoquetes: “Héroe de las derrotas” y “Mártir de la Reforma”. No obstante, hizo, en 50 años de vida, un trabajo tan bien ejecutado, que en su honor se puso su nombre a calles y escuelas de muchas ciudades.
Las poblaciones de Coatepec y Xalapa, Veracruz., tienen calles alusivas a ese héroe de las derrotas, aunque muchos pobladores que no saben de historia, pluralizan el apellido: “Santos Degollados” con la creencia de que se refiere a algunas víctimas de la guerra cristera a quienes no les valió el escapulario antibalas. Quizá su remembranza callejera en nuestro terruño, obedezca a que, Don Santos vivió confinado en Jalapa, desterrado por el gobierno “centralista”, cuando el centralismo se impuso al federalismo en la región central del país (1848).
Don “Santitos”, como lo llamó el guerrillero Antonio Rojas, (alias: El Matacuras), cuando Degollado lo declaró “fuera de la ley” … (“¡Ah! que don Santitos tan inocente, pos cuándo yo he estado dentro de la ley”).
Ciertamente, Santitos perdió la mayoría de las batallas a que se enfrentó, incluyendo la última donde, capturado, fue fusilado el 16 de junio de 1861.
La sospecha de haber sido quintacolumnista de los conservadores, se apoya en varias acciones: El hecho de haber sido educado por un tío sacerdote. El hecho de ser sumamente creyente de la religión católica que, sustentaban los centralistas. La suma de derrotas frente a los conservadores, que le valió el apodo de “El héroe de las derrotas”. El hecho de manifestarse por una solución negociada de la guerra civil lanzando el 21 de septiembre de 1860, una propuesta de paz con la mediación de Inglaterra, por lo que recibió ya entonces el repudio de los liberales.
Por otra parte, habría que considerar que fue padre de Santos Degollado Carranza, quien casó con Maura Guízar y Valencia, (hermana de San Rafael Guízar y Valencia) y éstos concibieron a Maura Degollado Guízar, quien casó con Francisco Maciel y éstos engendraron al innombrable Marcial Maciel Degollado… ¡Nefasta genealogía sotánica y satánica!
M. G.