Javier Peñalosa Castro
A tambor batiente cerraron las campañas políticas que protagonizaron los aspirantes a las 12 gubernaturas que estarán en juego en las urnas —queremos suponer que sólo será ahí— este fin de semana (Aguascalientes, Chihuahua, Tlaxcala, Zacatecas, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Puebla y Sinaloa).
Cual ocurre en los circos de múltiples pistas, ciudadanos de estas entidades federativas han sido testigos de malabarismos y desfiguros por parte de políticos de toda laya. Desde el ex usurpador de la Presidencia, Felipe Calderón, quien fue a apoyar al candidato a la gubernatura de Quintana Roo, y en el ínterin protagonizó un choque automovilístico tras pasarse un alto (lo bueno es que por aquellas tierras no debe funcionar el alcoholímetro) hasta el secretario de Gobernación, quien haciendo caso omiso de los impedimentos que la ley contempla para que funcionarios públicos en el ejercicio de un cargo hagan campaña en víspera de elecciones, ha vuelto al viejo ardid de referirse a López Obrador como “el señor López”, adoptado por los allegados a Vicente Fox (señaladamente su intérprete traductor, Rubén Aguilar) para intentar restar presencia a AMLO durante la campaña negra (el famoso complot que sí fue) desatada para impedir a toda costa que llegase a la Presidencia en 2006.
En tanto, en la pista de Zacatecas, donde el PRI y el PRD tiemblan ante la posibilidad de que David Monreal sea el primer gobernador de Morena, la estrategia ha sido filtrar conversaciones privadas con un supuesto regaño de su hermano, Ricardo Monreal, ex gobernador de ese estado y fuerte aspirante al gobierno del Distrito Federal en el 2018 por su supuesta falta de compromiso. Por supuesto, se trata de pláticas privadas que fueron difundidas de manera ilegal y sacadas del contexto en que se dieron con el avieso fin de restar popularidad e intentar evitar la llegada del candidato de la oposición al poder. Se ve difícil que dejen llegar a este otro hermano Monreal, pero la votación para Morena en Zacatecas será abundante.
Por otra parte, en el escenario de Veracruz, donde se reconoce que existe un “empate técnico”, muchos opinan que el candidato de Morena, Cuitláhuac García, puntea en las preferencias. Ahí preocupa a propios y extraños la eventual participación de Javier Duarte para apoyar al Yunes postulado por el PRI, ya sea con sus malas artes de represor o de corruptor, habida cuenta de la desaparición de miles de millones de pesos del presupuesto estatal y de los créditos otorgados a la entidad. Ahí los aparatos del PAN y del PRD no han escatimado los halagos hacia su candidato, de cuestionada reputación, Migue Ángel Yunes, a quien lo mismo se señala como participante en actividades de pederastia que en desvío de recursos públicos cuando fue director del ISSSTE.
En Chihuahua, donde la candidatura de Javier Corral prometía una competencia más cerrada, aparentemente el PRI mantendrá el poder, que en algún momento estuvo en manos del PAN. Tal vez el antagonismo de Corral con las estructuras tradiciones de su partido le esté pasando ahora la factura.
En Puebla, todo apunta a que el ex priista Rafael Moreno Valle cederá la estafeta a su valido Antonio (Tony) Gali, quien tendrá la nada fácil encomienda de cuidarle las espaldas a este personaje que se caracterizó por el dispendio y el ejercicio opaco del gasto público durante su gestión, y de quien se especula que se ha hecho de los recursos que estima necesitará en (el remoto) caso de ser postulado como candidato del PAN o de alguna alianza contra natura con partidos como lo que queda del PRD para competir por la Presidencia.
En Oaxaca, en cambio, tras el gobierno errático y desacertado de Gabino Cué, que entre otras cosas rompió lanzas con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, es previsible que el PRI recupere el poder, y que éste quede en manos de Alejandro Murat, controvertido exdirector del Infonavit e hijo del también cuestionado exgobernador José Murat.
Mientras tanto, en Hidalgo, Tlaxcala y Sinaloa se prevé que el PRI mantenga la preferencia del electorado. Lo mismo se vislumbra que ocurra en Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, a pesar de los resultados que reportan las administraciones tricolores, que van de malos a desastrosos (especialmente en el caso de Tamaulipas).
Aunque es difícil aventurar un pronóstico sobre las gubernaturas que ganará cada partido o alianza, en lo concerniente a porcentajes de votación, es previsible que el PRI mantenga su fortaleza, que Morena gane terreno y el PAN y el PRD caigan debido a la falta de compromiso con sus militantes y simpatizantes.
La CDMX ante el reto de crear su primera Constitución
En la capital del País no se elegirá jefe de gobierno hasta 2018. Sin embargo, se renovará el poder legislativo local, cuyos integrantes tendrán facultades para redactar la primera Constitución de la Ciudad de México. La campaña sobre la forma en que se elegirá a los miembros de este cuerpo legislativo no fue clara. Sin embargo, es de esperarse que Morena se convierta en la primera fuerza política, seguida por el PRD, que recibirá la factura por su apoyo incondicional a los pactos de Peña Nieto, que tanto daño han hecho a las clases populares.