José Alberto Sánchez Nava
“La justicia fiscal no se logra con discursos, sino con reglas claras que equilibren la equidad y la productividad.”
1.- ¿Una reforma fiscal profunda?
En el intrincado panorama político de México, las declaraciones de figuras clave como Ricardo Monreal tienen un peso que trasciende las palabras. En esta ocasión, el diputado y representante de Morena ha propuesto un tema que inevitablemente polariza y genera debate: México necesitará una reforma fiscal profunda muy pronto, porque la distribución de la riqueza y la sociedad igualitaria a la que aspiramos requiere un mayor esfuerzo de los que más tienen. Esa es nuestra filosofía: la progresividad fiscal.
Este planteamiento, respaldado también por el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se presenta como un llamado a la redistribución de la riqueza, apelando a ideales de justicia social y equidad. Sin embargo, detrás de esta consigna, surgen interrogantes fundamentales que merecen un análisis profundo: ¿qué significa realmente este “mayor esfuerzo”? ¿Qué tan viable es esta propuesta dentro del marco constitucional y económico actual de México?
2.-La Base Legal: El Principio de Legalidad Tributaria
El artículo 31, fracción IV, de la Constitución mexicana establece que los ciudadanos tienen la obligación de contribuir al gasto público de manera equitativa y proporcional. Este principio de legalidad tributaria no es un simple formalismo: es un pilar que garantiza que los impuestos sean justos, claros y previsibles.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que las leyes fiscales deben ser concretas y no dejar margen a interpretaciones ambiguas por parte de las autoridades. En otras palabras, el sistema fiscal debe ser transparente, asegurando que los ciudadanos entiendan exactamente cómo, cuánto y por qué están contribuyendo.
En este contexto, las palabras de Monreal adquieren un matiz interesante. Si la Constitución ya establece que los impuestos deben ser proporcionales y equitativos, ¿qué implica un “mayor esfuerzo” para quienes tienen más recursos?
3.-El Debate de la Progresividad Fiscal
La progresividad fiscal es un principio ampliamente aceptado en sistemas tributarios de todo el mundo. Su lógica es sencilla: quienes tienen mayores ingresos o acumulan más riqueza, pagan una proporción mayor en impuestos. Pero la implementación de este principio en un país como México, con un panorama económico tan desigual y con una alta informalidad, presenta retos considerables:
- ¿Qué significa “los que más tienen”? En un sistema fiscal basado en la productividad y generación de riqueza, gravar a quienes generan empleos y contribuyen significativamente al PIB debe manejarse con cuidado. Si se aumenta demasiado la carga fiscal, se corre el riesgo de desincentivar la inversión y el crecimiento económico.
- La informalidad como barrera estructural. Más del 50% de la economía mexicana opera en la informalidad, lo que significa que una gran parte de los trabajadores y pequeños empresarios no contribuyen al sistema tributario. En este contexto, ¿cómo se puede garantizar que una reforma fiscal no termine castigando únicamente a los contribuyentes formales?
- ¿Redistribución o productividad? La riqueza no es un recurso estático que puede redistribuirse sin consecuencias. Su generación depende de la inversión, la innovación y el trabajo. Si el “mayor esfuerzo” que propone Monreal se traduce en mayores impuestos sin considerar incentivos al crecimiento, podríamos enfrentar un estancamiento económico.
4.-¿Hacia Dónde Apunta Monreal?
Aunque el discurso de Monreal se alinea con los ideales de justicia social que promueve Morena, es crucial entender los detalles detrás de esta propuesta. ¿Qué mecanismos específicos se contemplan? ¿Un aumento en las tasas del Impuesto Sobre la Renta (ISR)? ¿La creación de nuevos impuestos al patrimonio o al consumo de lujo? ¿O simplemente una mejora en la recaudación y fiscalización de los sectores informales?
El riesgo está en que el discurso se quede en una consigna política y no en una política pública viable. Para lograr una reforma fiscal profunda, es necesario equilibrar la redistribución con el fomento a la productividad.
5.-Una Reflexión Inquietante
El sistema fiscal mexicano ya opera bajo principios de equidad y proporcionalidad, como lo exige la Constitución. La verdadera pregunta es si el gobierno tiene la capacidad de ampliar la base de contribuyentes y reducir la evasión fiscal sin asfixiar a los generadores de riqueza.
¿Es el “mayor esfuerzo” que menciona Monreal un llamado a gravar más a los contribuyentes ya cumplidos, o una estrategia integral para fortalecer la justicia fiscal en todos los niveles?
México necesita una reforma fiscal, sí, pero esta debe basarse en hechos, no en slogans. Debemos avanzar hacia un sistema que no solo redistribuya la riqueza, sino que también fomente la inversión, la productividad y el cumplimiento tributario generalizado.
6.-¿Qué sigue para México?
El tiempo dirá si las propuestas de Monreal y su partido logran materializarse en algo más que un discurso atractivo. Pero lo que queda claro es que el debate fiscal ya está sobre la mesa. ¿Están los mexicanos preparados para enfrentar las implicaciones de una reforma que promete tanto, pero cuya implementación aún está rodeada de incertidumbre?
El reto no está solo en lo que se propone, sino en cómo se aterriza. Y ahí es donde se definirá el verdadero legado de Ricardo Monreal.