La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, pidió el viernes que se construyan más reactores nucleares en Estados Unidos y en todo el mundo. Pero el director ejecutivo de la empresa de servicios públicos de Georgia que acaba de terminar los dos primeros reactores estadounidenses construidos desde cero en una generación a un costo de casi 35 mil millones de dólares dice que su compañía no está lista para tomar el relevo.
Hablando en Waynesboro, Georgia, donde Georgia Power Co. y otras tres empresas de servicios públicos pusieron el mes pasado en operación comercial un segundo nuevo reactor nuclear, Granholm dijo que Estados Unidos necesita 98 reactores más con la capacidad de las unidades 3 y 4 en la Planta Vogtle para producir electricidad. y al mismo tiempo reducir las emisiones de carbono que modifican el clima. Cada uno de los dos nuevos reactores puede alimentar a 500.000 hogares y empresas sin liberar carbono.
«Ha llegado el momento de que otros sigan su ejemplo para alcanzar nuestro objetivo de llegar a cero emisiones netas para 2050», dijo Granholm. «Tenemos que al menos triplicar nuestra capacidad nuclear actual en este país».
El gobierno federal dice que está aliviando los riesgos de la construcción nuclear, pero los 11.000 millones de dólares en sobrecostos en la Planta Vogtle, cerca de Augusta, siguen siendo preocupantes para otras empresas de servicios públicos. Chris Womack es el director ejecutivo de Southern Co., la empresa matriz de Georgia Power con sede en Atlanta. Dijo que apoya el llamado de Granholm para una mayor generación de energía nuclear, pero agregó que su compañía no construirá más pronto.
«Creo que el gobierno federal debería desempeñar un papel de liderazgo para facilitar y hacer que eso se convierta en realidad», dijo Womack. «Hemos tenido una larga experiencia y vamos a celebrar lo que hemos hecho aquí por un buen tiempo».
El evento del viernes coronó una semana de celebraciones, donde los líderes proclamaron que los reactores fueron un éxito, a pesar de que terminaron con siete años de retraso.
El miércoles, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, planteó la idea de un quinto reactor Vogtle. Aunque el republicano Kemp rara vez habla del cambio climático, ha hecho de los vehículos eléctricos una prioridad y ha dicho que las nuevas industrias exigen electricidad libre de carbono.
«Una de las primeras preguntas que tienen en mente es: ¿Podemos proporcionarles lo que necesitan?» dijo Kemp. «Podemos responder con confianza ‘¡Sí!’ por días como hoy.»
Actualmente se prevé que los nuevos reactores Vogtle le costarán a Georgia Power y a otros tres propietarios 31 mil millones de dólares, según cálculos de The Associated Press. Si a eso le sumamos los 3.700 millones de dólares que el contratista original Westinghouse pagó a los propietarios de Vogtle para que abandonaran la construcción, el total se acerca a los 35.000 millones de dólares.
Los clientes de electricidad en Georgia ya han pagado miles de millones por lo que podría ser la central eléctrica más cara de la historia. El gobierno federal ayudó a Vogtle garantizando el reembolso de 12 mil millones de dólares en préstamos, reduciendo los costos de endeudamiento.
El miércoles, la administración del presidente Joe Biden celebró una reunión para promover la energía nuclear y dijo que crearía un grupo de trabajo para aliviar los desafíos que acosaban a Vogtle.
La administración Biden prometió que el ejército pondría en funcionamiento reactores, lo que podría ayudar a reducir los costos para otros. También destacó el apoyo a los reactores más pequeños, sugiriendo que los reactores pequeños podrían reemplazar a las plantas de generación eléctrica alimentadas con carbón que están cerrando. La administración también se comprometió a simplificar aún más la concesión de licencias.
Granholm dijo que creía que otros podrían aprender de los errores de Vogtle, como comenzar la construcción antes de que se completaran los planos. También predijo que se podrían construir modelos adicionales de los reactores Vogtle, que fueron los primeros de su tipo construidos en Estados Unidos, a un costo menor.
«Entonces la pregunta es, ¿cómo se aprende del nuevo diseño en la segunda, tercera, cuarta y quinta planta? Si no se varía el diseño, se vuelve un 30% menos costoso cada vez que se construye». Dijo Granholm.
En Michigan, donde Granholm era gobernadora demócrata, anunció en marzo hasta 1.500 millones de dólares en préstamos para reiniciar la central nuclear de Palisades, que se cerró en 2022 después de que un propietario anterior tuviera problemas para producir electricidad a precios competitivos.
Pero como gran parte del esfuerzo interno se centra en construir una serie de reactores nucleares más pequeños utilizando componentes producidos en masa, los críticos se preguntan si en realidad se pueden construir a un precio más bajo. Otros señalan que Estados Unidos aún no ha creado un depósito permanente para los desechos nucleares, que duran miles de años. Otras formas de generación eléctrica, incluida la energía solar respaldada por baterías de almacenamiento, son mucho más baratas de construir inicialmente.
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