Durante años se ha señalado que la principal causa de daño a la salud de los fumadores es la combustión, es decir, el humo proveniente del cigarro tradicional, mismo que contiene una gran cantidad de sustancias tóxicas.
Sin embargo, aunque ya existen alternativas sin humo, como cigarros electrónicos, vapeadores y calentadores de tabaco, que son menos dañinos para la salud, en México aún no existe un marco regulatorio para evitar su venta informal, el acceso a menores de edad y brindar productos seguros y de calidad.
En el mundo, países como Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos muestran que que bajo leyes claras y evidencia científica, se puede contar con un marco regulatorio diferenciado para estos dispositivos libres de humo, garantizando que los consumidores sean solo adultos y que consuman productos con o sin tabaco, y que son menos riesgosos que el cigarro combustible.
Alemania, Francia, Canadá, Italia, Polonia, Suiza, España, Guatemala, Japón y Corea del Sur son otras naciones que ya cuentan con regulaciones que permiten la libre venta y comercialización de los vapeadores, lo que ha cerrado la puerta al mercado ilegal y ha permitido que cada vez más fumadores busquen una opción para seguir consumiendo tabaco con mejores alternativas, pero que implique menos riesgo que fumar de la forma tradicional.
En México, la venta de estos dispositivos radica en el sector informal, por lo que hace unos días la bancada de Movimiento Ciudadano presentó una iniciativa para regular los cigarros electrónicos y vapeadores, y lograr un marco regulatorio bajo tres ejes: proteger la salud de la población, respetar el derecho humano del libre desarrollo y dar certeza al mercado con diversos filtro de calidad y/o requerimientos legales.
En representación de la bancada naranja, el diputado federal Sergio Barrera, aseguró ante los legisladores que la falta de regulación genera una ausencia del Estado para proteger la salud, respetar el libre desarrollo y elección de las personas y dar certeza al comercio formal de estos productos sin combustión.
“Un gran número de personas utilizan cigarros electrónicos como un método alternativo al cigarro o una vía para dejar de fumar, sin embargo, estos dispositivos han servido para que menores de edad y adultos jóvenes tengan un primer contacto con las adicciones, sin conocer los efectos adversos que los dispositivos no regulados pueden causar a la salud”, aseveró.
Se calcula que en el país existen cerca de 100 mil usuarios de los llamados vapeadores, aunque su gran mayoría son menores de edad que tienen acceso a estos productos de manera ilegal. Además del gran problema que representan al no garantizar la salud de los consumidores, el gobierno deja de recaudar recursos ante la falta de regulación.
“Los vapeadores requieren de una autoridad que autorice su correcta distribución y que dé garantías sobre el producto que consume. Desde la salud pública se deben generar mecanismos para evitar que menores de edad adquieran el hábito de fumar”, aseguró Salomón Chertorivski, también diputado de MC.
En México hay 15 millones de mexicanos adultos que fuman, de acuerdo con las últimas encuestas de tabaquismo, los cuales, de mantenerse la prohibición, se quedarían sin el derecho a conocer opciones de menor riesgo de daño para el consumo de tabaco y nicotina, cuando 9 de cada 10 mexicanos estarían dispuestos a dejar el cigarro y usar alternativas, si contaran con la información científica necesaria.
Además de brindar acceso a toda información sobre estas opciones y analizar a fondo estas alternativas con criterios científicos, hacen falta mayores esfuerzos por parte de los legisladores para encontrar una regulación que proteja a los no fumadores y a los menores de edad, que se una vía efectiva para reducir el consumo de cigarro en la población.