La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Definición para entender el ‘Aquí Mando Yo’: el enclave es la versión capitalista de la taibolinha
Una de las características básicas del mercantilismo-capitalismo-neoliberalismo, consiste en el desarrollo desigual, es decir, a mayor riqueza en las economías centrales, menor progreso en los países de la periferia.
Estudiosos de la historia de América Latina, como el maestro Agustín Cueva, señalan que, así como hubo un proceso de acumulación originaria en Europa y los Estados Unidos, a la par, se dio un proceso de desacumulación en las colonias españolas y portuguesas.
La fórmula es sencilla: la riqueza expoliada de los territorios conquistados, enriquece a los imperios y empobrece a los sometidos. Es el quid de la cuestión.
En este sentido, en la medida que el capitalismo tuvo un mayor desarrollo y se consolidó la globalización durante el periodo del neoliberalismo, las economías de enclave tuvieron un explosivo crecimiento, convirtiendo a países como México, en grandes maquiladoras.
Claro está que, dichos enclaves, se fueron perfilando desde el siglo XIX, después del periodo independentista, cuando por medio de los patrones de reproducción, los mercados dominantes asignaron manufacturas especializadas a ciertas regiones del mundo.
Es el caso de Nuevo León, por lo que, ha tenido un proceso de industrialización superior al resto del país. Desde luego, el fenómeno particular merece una explicación más a fondo.
No se trata de un destino manifiesto, temas raciales, religiosos, etc., son procesos históricos estructurales, que no se resuelven con el voluntarismo presidencial. Cosa de entender que, la historia, es más que aprender en monografías, la lucha entre liberales y conservadores.