Joel Hernández Santiago
“¡Aberrante!”; “¡Manipulada!”; “¡Traición a la democracia!”; “¡Corruptos!”; “¡Esto es lo que serán las elecciones de julio!”… y más descalificaciones y aun agresiones surgieron por todos lados del país, no sólo en las famosas redes sociales, refugio de novedades, de comunicación y de desahogo social; también en otros medios de comunicación, en reuniones de políticos y hasta en las reuniones de casa o con amigos… El clamor es casi unánime.
Todo esto en contra del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) luego de que la noche del lunes 9 de abril diera a conocer su resolución de 4 a 3, para dar acceso a la boleta electoral, para contender por la presidencia de México, a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, gobernador con licencia de Nuevo León y hoy candidato independiente. Una resolución increíble, políticamente incorrecta y de dudosa procedencia.
Y esto surge luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) había encontrado desaseo en la acumulación de firmas ciudadanas a favor de la candidatura de los tres aspirantes independientes que estaban en cabeza de lista: Margarita Zavala, Armando Ríos Piter y Rodríguez Calderón, a).- Bronco. Un procedimiento establecido por el mismo Instituto Electoral.
Entre sumas y restas a favor o en contra y, bajo reserva, la señora Zavala consiguió la candidatura a partir del 30 de marzo. No así Ríos Piter ni Rodríguez Calderón. Al final esto se fue al TEPJF…
… Y, para sorpresa-indignación-frustración y desconfianza de todos, sin más ni menos y sin llevar a cabo la renovación de un procedimiento de audiencia o ni siquiera por la razón misma de que el desaseo estaba probado y presente en los documentos presentados por Bronco, el Tribunal emitió su fallo: Bronco entra en la boleta, lo que quiere decir que contará con prerrogativas, hará campaña y será fiel a sí mismo, como ya ocurre.
Tres de los cuatro magistrados que votaron a favor fueron propuestos por el PRI y uno más llegó ahí promovido por el entonces legislador, Ricardo Monreal Ávila. No importa. Si importa:
En primer lugar fueron los partidos políticos los que obligados por las circunstancias decidieron cuáles deberían ser los requisitos que deberían cubrir aquellos independientes que osaran enfrentarlos –a los partidos políticos y sus candidatos—en las urnas. Y pusieron todas las trabas posibles; todas las piedras en el camino y requisitos al grado de exageración.
Así que el ideal de que los mexicanos contaran con candidatos independientes, surgidos de la sociedad civil, dotados y capaces, pues no: no habría de ser y, por lo mismo, sólo aquellos que provenían de una fuerza política y económica previa, pudieron llegar a la recta final: y de ahí también que hicieran chanchullo pues los requisitos y los tiempos los rebasaban.
Pero todo se acomoda a las circunstancias. Si bien nadie –o pocos—objetaban la participación de los independientes, al conocerse el procedimiento fallido con el que querían llegar, se estuvo de acuerdo en que no podrían estar ahí, como candidatos independientes.
La señora Zavala entró con calzador el 30 de marzo, e a Ríos Piter sí le aplican la regla de la Audiencia para revisar sus cifras en apenas diez días y a Bronco, sin objetarle lo dejan pasar: todos en condiciones de desaseo.
Pero Bronco, fiel a sí mismo –decíamos- ya comenzó a lanzar dardos envenenados. Ya se siente seguro de estar en la boleta y, por lo mismo, seguro de que podría ganar. Así que sin ocultar agradecimientos por los favores recibidos, se lanza directo en contra de Andrés Manuel López Obrador: “Voy por AMLO, y que se cuide”…
Al tiempo que arremetía también en contra del INE a cuyos consejeros amenazó con demandarlos ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), mientras que el INE presentó una denuncia penal ante la misma por presuntas irregularidades en la recolección de firmas por Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco… y acaso uso de recursos para ello.
El desaseo parece ser el síntoma de este proceso electoral. Un proceso que habrá de significarse por la pérdida de ideologías, de doctrinas y principios de partido, para sustituirse por la personalidad de los candidatos y su guerra por el poder, marginando al elector en la toma de decisiones ciertas. Cuando llega el ciudadano ante la boleta, su dilema no es a quién quiere, sino ¿por qué tiene que votar por este o por este otro?
La figura de los independientes tiene que revisarse, no sólo porque conviene en nuestras actuales circunstancias de déficit democrático, sino que podría ser la única opción por la que representantes sociales podría competir por gobierno, en tanto se soluciona un nuevo sistema de partidos políticos en un nuevo sistema político mexicano.
Lo que vimos estos días es una aberración jurídica y un fracaso político de quien promovió esta resolución del TEPJF, porque al final de cuentas la opinión pública ha convertido a estas instituciones en el foco de sus enojos, como a quienes las manipulan y, por supuesto a sus beneficiarios, en este caso el Bronco.
Ya veremos quién sale más raspado con todo esto.