In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”. Alejando Dumas
¿Te has preguntado cómo llegar a fin de quincena?, ¿constantemente haces sumas mentales y piensas en la forma en la que podrías disminuir las deudas?, ¿has desarrollado problemas gastrointestinales, insomnio o síntomas de ansiedad por la falta de solvencia económica? Desafortunadamente, un amplio porcentaje de los mexicanos sufre lo que se ha denominado: estrés financiero, y esto puede tener graves consecuencias tanto físicas como mentales.
Este padecimiento según los expertos se define como la angustia y presión constante ante una situación económica llena de incertidumbre, lo cual generalmente se deriva de endeudamientos excesivos, préstamos personales, pagos de tarjetas de crédito, la falta de cultura de ahorro y la casi nula educación financiera.
Hemos escuchado durante mucho tiempo en algunos sectores que lo importante no es el dinero, pero ¿esto es cierto? Y es que claro, las relaciones sanas con la familia, la pareja, los hijos y las amistades desempeñan un papel esencial en nuestro bienestar, sin embargo, no podemos negar que la solvencia económica también es un elemento significativo para nuestra tranquilidad.
Aunque busquemos negarlo vivimos en una sociedad en la cuál nuestros ingresos y egresos son cuestiones que nos asedian constantemente, es probable que muchos recordemos a lo largo del día al menos una deuda pendiente o un pago por hacer, lo que estoy convencido golpea nuestra concentración y estabilidad, por poco tiempo o por un largo periodo.
Y aunque podemos ser positivos ante los constantes embates de la economía y los gastos inesperados, lo cierto es que, además de otros múltiples factores, la pandemia causó estragos importantes, de acuerdo con datos del Estudio de impacto global Covid-19, presentada por CIGNA; el 48% de todos los encuestados en el mundo afirma que la incertidumbre sobre el futuro es su principal causa de estrés, y un número similar, el 45%, afirma que no dispone de una red de seguridad financiera en caso de perder su empleo o no poder trabajar.
Por otro lado, la Asociación Estadounidense de Psicología en su informe Pagando con nuestra salud menciona que el 72% de los adultos encuestados se sienten estresados por el dinero al menos parte del tiempo y en algunos casos han afirmado que han pospuesto sus necesidades de atención médica debido a preocupaciones financieras.
Nuestro país no se encuentra lejos de esos números, la Encuesta Nacional sobre la Salud Financiera de este 2024, menciona que 50.8% de las personas de 18 años o más presentan un nivel bajo de bienestar financiero, 48.4% dijo sentir preocupación de que las deudas se acumulen y 36.9 % de la población se encontraba en un nivel alto de estrés financiero.
Las diversas investigaciones acerca del impacto de la falta de solvencia económica abordan dos realidades inquietantes, pero, lamentablemente no nuevas: 1) los sectores más vulnerables son las mujeres y los jóvenes y 2) la ansiedad constante desencadenada por el estrés puede derivar en conductas como el abuso del alcohol o las drogas e incluso en ocasiones a pensamientos recurrentes de suicidio.
Las páginas de consejos financieros recomiendan recurrir al asesoramiento o evitar gastos innecesarios, entre otros puntos; sin embargo, el problema es más profundo, por lo que deberían tomarse medidas más significativas como la impartición de educación financiera desde las escuelas, elaborar un presupuesto familiar o asesoramientos gratuitos por parte de las instituciones gubernamentales; porque nuestra realidad es que se vive al límite, separados del abismo de la quiebra sólo por pequeños pagos mínimos que permiten sobrevivir para alcanzar la siguiente quincena, y repetir el ciclo. Actuemos con responsabilidad.
*Consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.